10.

807 35 81
                                    

*POV: Javier.*

Había pasado más de tres días desde que Yuzuru y yo hicimos el amor por primera vez y no había recibido noticias de él desde entonces

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había pasado más de tres días desde que Yuzuru y yo hicimos el amor por primera vez y no había recibido noticias de él desde entonces. Le había mandado varios mensajes e incluso en el trabajo había perdido un tiempo valioso en llamarle. Ya era la cuarta vez que iba a los lavabos de la oficina y, sentado en el retrete me prometí a mí mismo que esta sería la última vez que le llamaba.

"El móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura en este momento."

Nada.

Desde aquel día en el hotel mi cerebro se convirtió en una fuente inagotable de su imagen. Yuzuru por aquí, Yuzuru por allá. Era constante y enfermizo. Cuanto menos sabía sobre su paradero más me obsesionaba por él. Y la culpa vino a mí martilleando mi autoestima. ¿Quizá no había disfrutado conmigo? ¿Tan mal lo hice? Durante toda esa semana la pasé haciendo la misma rutina. Levantarme, ir a trabajar, llegar a casa y masturbarme allá donde el deseo me cogiera por sorpresa.

"Eres un maldito animal" pensé tras salir de la ducha después de haberme tocado recreando en bucle la imagen de mi polla siendo engullida por Yuzuru.

¿Qué me había pasado? Yo no era así ni mucho menos. Sí, era un hombre bastante sexual, como cualquier otro hombre... pero esto... desde que le conocí todo había cambiado de una manera demasiado drástica. Yuzuru era literalmente como la fruta prohibida en el paraíso del Edén. Y una vez que la había conseguido y mordido con saña, de repente y en un simple parpadeo, aquella manzana había desaparecido de entre mis manos. Decidí pues enviarle un último mensaje dejando en él mi última esperanza.

-Yuzu, no sé dónde estás, ni siquiera sé si llegarás a leer esto. Pero quiero que sepas que te echo de menos, si decides cortar la amistad del todo al menos házmelo saber...

Solté un gran suspiro después de darle a enviar. Entonces un mensaje de Miki apareció en mi móvil como un milagro. Que si quería quedar decía... realmente... no tenía otra opción, aunque luego me sentiría como un mierda utilizándola con el único fin de desoír mi propia voz interior que gritaba con fuerza el nombre de Yuzuru. Pero era eso o volver a la soledad que tenía antes de entrar en aquella maldita página de citas.

Llegó el sábado de la semana siguiente y con él la cita con Miki. Se le veía realmente radiante y feliz por volver a verme. Era una mujer maravillosa y no se merecía nada de lo que le estaba haciendo aunque no tuviera la más absoluta idea de lo que ocurría. Decidió acompañarme hasta casa queriendo aprovechar hasta el último minuto juntos. Allí, antes de abrir la puerta de mi piso Miki se acercó a mí siendo plenamente consciente de que mi actitud no era la misma que siempre, y muy cerca de mi rostro me miró con seriedad.

-¿Todo bien Javi?.- Susurró ligeramente.

-Todo está bien porque es que siempre estuvo bien. Y estará bien.-

Match!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora