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*POV: Yuzuru.*

"7 de Diciembre

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"7 de Diciembre.

Querido diario:

Hoy es mi cumpleaños, ¡al fin tengo 17! Ya estoy deseando que pase otro año más para poder ser mayor de edad y poder empezar mi vida en la universidad. Hasta entonces tendré que esforzarme mucho más que ahora para poder clasificarme en la mejor universidad. Creo que mis compañeros en clase van a hacerme una pequeña fiesta. Insistieron en que la celebrara en mi casa o al menos que nos fuéramos a tomar alguna bebida caliente, pero realmente no me apetece... mi cabeza está demasiado ocupada y enajenada con otro tema que me interesa más. Hará unos pocos días que Javier me siguió como un depravado. Intentó ocultarse bajo un estúpido disfraz pero conozco la forma de su cuerpo tan bien como la mía propia. Aproveché la situación para poner la guinda al pastel y besé al pobre Kento. La verdad, me da un poco de pena ese chico, pero luego pienso que en cuanto mi plan finalice con éxito le dejaré marchar hiriendo sus sentimientos lo menos posible. O al menos eso espero, al fin y al cabo sólo llevamos una semana saliendo y sólo nos hemos dado un beso, no creo que le de mucho tiempo a crear un fuerte sentimiento hacia mí. El único que me importa es Javier. Con él sí querría celebrar mi cumpleaños pero me temo que hoy no será el día. Espero que en cuanto vuelva a mí como un vagabundo hambriento me recompense con creces y me de un estupendo regalo de cumpleaños."

Como me esperaba, mis amigos me regalaron unos auriculares nuevos y por supuesto mi séquito de fans de diversas clases, incluyendo la mía, me trajeron un pequeño pastel de fresas y nata el cual repartí desinteresadamente entre todos los presentes. Mientras comían ilusionados sus porciones de tarta eché un vistazo a los mensajes de mi móvil. Había un rinconcito de mí esperando por un "Feliz cumpleaños" de Javier. Sabía que eso no ocurriría y menos teniendo en cuenta lo sucedido pero aún así... deseaba tanto su felicitación más que la de cualquiera. Más que la de mi madre. Suspiré abatido al ver que no se cumpliría mi sueño. Cuando me hicieron soplar las velas antes de cortar el pastel lo único que desee fue que Javier me hablara, me dijera de quedar ese mismo día y felicitarme en persona junto a un beso y un "perdóname, he sido un idiota, no quiero dejarte escapar, yo también te amo". Sólo quería verle hoy, en mi día especial...

Cuidado con lo que deseas Yuzu, puede hacerse realidad. Pero no de la forma que quieres.

En cuanto las clases acabaron la nieve comenzó a caer débilmente del cielo junto a la campana que resonaba estridente avisando de que por fin éramos libres de irnos a casa. Como siempre salí rodeado de una multitud de chicas que apenas me dejaban caminar, no me daban a basto las manos para recoger tantos regalos envueltos y cartas donde seguramente me confesaban su amor una vez más. Mi mochila estaba casi a reventar. Ya en la acera, entre el gentío uniformado del instituto resaltó una figura bien trajeada y que emanaba una colonia cara y masculina. Oh mierda. Oh santísima mierda.

-Hola Yuzu.- Dijo Javier con una media sonrisa en el rostro.

Paré en el acto quedándome estancado en el mismo sitio apenas a escasos metros de él. Las chicas le observaron y comenzaron a susurrar entre ellas. Lo peor que puede hacer una mujer es empezar a cuchichear, aquello nunca era una buena señal. Yo apenas podía creer lo que veían mis ojos. Mi deseo se había cumplido pero en los ojos de Javier no se veía un atisbo de disculpa sino todo lo contrario. Era algo más bien retorcido y aterrador. ¿Qué hacía aquí, delante de todo el mundo?.

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