*POV: Yuzuru.*
En cuanto volví a entrar en la página de sexualmatch.jp no tuve que esperar demasiado para tener a varios hombres esperando de mí una respuesta. Los pobres estaban tan emocionados por encontrar a alguien como yo en ese tipo de páginas que llegaban a darme un poco de lástima. Me decidí por uno que, aunque no era tan asquerosamente atractivo como Javier, me servía para poner en marcha mi plan.
Se trataba de un hombre japonés de 20 años de edad y de un físico normal. Kento, el chico al que estaba usando de conejillo de indias, estaba muy ilusionado conmigo, quizá demasiado. La primera vez que quedé con él intentó besarme pero yo fui más rápido que él y sólo me dediqué al coqueteo. Necesitaba exprimir sus ganas y ansias hasta que tuviera la oportunidad de restregar aquella ficticia relación delante de las narices de Javier. Tal como le había dejado la última vez que nos vimos en su casa sabía que esto no iba a quedar así y que volvería a mí de una forma u otra, con intención de aclarar las cosas y de tener él la última palabra por simple orgullo. La existencia de aquel vídeo le carcomía las entrañas cada día que pasaba y yo lo único que tenía que hacer era esperar... como él mismo me dijo. Solo era cuestión de esperar.
Días después y nada más salir del instituto decidí pasar el resto de la tarde hasta la hora de cenar en la pista de hielo, dispuesto a liberar mi estrés. La gente que solía frecuentar la pista ya me conocían de sobra y sabían que en el momento en el que me ponía a danzar en el hielo la pista me pertenecía a mí y solo a mí, por lo que se hacían a un lado esperando expectantes por ver cómo giraba en el aire con tal facilidad.
Después de cambiarme de ropa y con los patines ya puestos mi cuerpo se dejó llevar por la música de Chopin que sonaba a través de mi móvil, y hasta que no hubo un gran silencio seguido de un estruendoso sonido de aplausos mi mente no volvió a la realidad. La forma en la que desconectaba de todo mientras patinaba... era lo único bueno que tenía.
Fue entonces cuando, entre el tumulto de la gente aplaudiendo y vitoreando mi talento me fijé en un hombre que se encontraba bien alejado de los demás, que portaba una gorra, gafas de sol y una bufanda enorme, y que con la boca medio abierta era el único en la sala que no estaba aplaudiendo. ¿Qué imbécil lleva gafas de sol en un sitio cerrado? o replanteándome bien la pregunta ¿por qué el imbécil de Javier pensaba que no le iba a reconocer llevando ese estúpido disfraz, si llamaba más la atención con eso puesto que sin llevar nada encima?
Medio sonreí apartando la mirada de él y me dirigí hacia los banquillos para beber agua. Sólo necesitaba esperar un poco más para...
-¡Yuzu-kun! ¡Estuviste impresionante!-
Levanté la vista y allí me encontré a Kento. Mi confusión se hizo presente en mi gesto, no me esperaba verlo aquí. Cuando patinaba me gustaba estar en soledad, ni siquiera invitaba a mis amigos a venir. La única vez que disfruté patinando con alguien fue con... Javier. Era algo extraño, algo especial, fuera de lo común. Con él puedo sentirme tan libre como cuando patino.
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Match!
FanfictionSEXUALMATCH.JP es una de las webs de citas más populares de Japón. Javier Fernández lleva un tiempo en el país pero no consigue congeniar con nadie así que decide hacerse una cuenta. Por probar no pasa nada, ¿no? ¿o sí?.