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*POV: Yuzuru*

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*POV: Yuzuru*

No recordaba la lengua de Javier tan cálida y suave. Después de estos años separados casi había olvidado del todo cómo se sentía besar al amor de tu vida. El pulso desenfrenado que corría por mis venas era tal que notaba mis sienes palpitando. Los pocos momentos en que Javier me daba margen para respirar mis ojos entrecerrados apenas podían distinguir la forma de su rostro y la expresión que pudiera tener en esos momentos.

El deseo me había nublado la vista.

Sentí el cinturón de seguridad comprimiéndome el pecho, y es que Javier tiraba de mí con fuerza queriendo acercarme tanto a él en un intento por profundizar más, para fusionarnos del todo si eso fuera metafísicamente posible. Y yo ya no podía hablar, ni pensar, ni razonar, ni respirar, sólo sentir. Sentirle de nuevo, al fin. Mis temblorosos dedos acariciaron con torpeza sus rodillas y, casi por inercia, fueron ascendiendo por sus muslos notando en el camino el sofocante calor que emanaba su cuerpo a través de la tela de sus pantalones vaqueros.

El sonido entrante de una llamada de teléfono hizo que nos separáramos, yo sorprendido y él a regañadientes. El tono sonaba con fuerza dentro del coche mientras recuperaba el aliento y las fuerzas. Javier seguía a escasos centímetros de mi rostro mientras yo buscaba a tientas mi móvil en el bolsillo.

Era Kento.

Mierda.

-Joder, cómo te brillan los labios.- Su pulgar acarició ínfimamente mi labio inferior. Podía notarlo arder bajo su dedo. No sabía cuántos minutos habíamos estado besándonos pero por cómo me miraba Javier podía adivinarlo.

El tono de llamada seguía sonando porque era incapaz de enfrentarme a la nueva y atroz realidad, y para mi sorpresa Javier colgó la llamada sin siquiera yo poder evitarlo. Le miré perplejo y su única respuesta fue acercarse de nuevo hasta que las puntas de nuestras narices se rozaron. No podía permitir que esto llegara a más, no podía hacerle eso a Kento. A pesar de tener mis cinco sentidos llenos de Javier tal y como había soñado en repetidas ocasiones, no podía traicionar a Kento de esa forma tan sucia y ruin. Cerré los ojos con fuerza y tragué saliva. 

Sabía a él, a nosotros.

-No.- Dije casi gritando en el momento en que sus labios volvieron a hacer contacto con los míos. Con las palmas abiertas sobre sus hombros le alejé. De pronto no podía respirar, como si en aquel pequeño automóvil no quedara ni una pizca de oxígeno para mis pobres pulmones. -No.- volví a repetir, esta vez con más autocontrol. -Tenemos pareja, esto, esto no está bien, lo sabes perfectamente. No es justo para ellos.-

-Tienes razón.- Contestó varios segundos después.

Necesitaba salir de allí. Me desabroché el cinturón, abrí la puerta y salí a la calle. Por suerte no había nadie por las calles, así no habría ningún testigo de mi traición.

-Perdóname.- Dijo Javier con voz afligida antes de que cerrara la puerta del coche.

Tenía la intención de volver a mi casa andando pero aquella disculpa sincera me azotó el corazón más fuerte de lo que habían conseguido sus besos. Respiré hondo y entré de nuevo al coche, pero esta vez en la parte trasera. Tenía que mantenerme alejado de mi mayor tentación pero tampoco deseaba alejarle de nuevo de mí, no después de haber pasado por todo aquello.

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⏰ Última actualización: Aug 29, 2022 ⏰

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