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*POV: Yuzuru.*

Podría quedarme viendo dormir a Javier durante el día entero

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Podría quedarme viendo dormir a Javier durante el día entero. Después de haberme despertado aún podía oír de fondo los golpes de las gotas de lluvia contra los cristales. Aquel tifón se había adelantado unos cuantos días de lo previsto. Bajé la vista hacia abajo encontrándome con el brazo de Javier rodeándome la cintura en un agarre fuerte, de la misma forma que yo abrazaba a Pooh por las noches. Con posesividad. Supongo que en vez de haberle regalado a Tigger tendría que haberme puesto una cinta en el pelo y haberme envuelto en papel de regalo a mí mismo, habría sido más práctico. 

Sonreí ante aquel pensamiento mientras le acariciaba el vello de los brazos pero me detuve al cabo de un rato. Tenía que empezar a mentalizarme de que no podía insistirle más a Javier si quería mantenerlo a mi lado de alguna forma, aunque fuera tan superficial como ésta, creando una falsa ilusión de amistad cuando en realidad existía un desmesurado deseo por su parte y un enamoramiento caprichoso por la mía. Estaba acostumbrado a conseguir todo lo que me proponía a base de intentarlo una y otra vez hasta lograr hacerlo mío, pero en el caso de Javier las cosas habían sido un desastre. Quería demasiado a aquel hombre extranjero para querer hacerle más daño. Ya había tenido suficiente. Y yo también. 

Me giré con cuidado sobre mí mismo para ponerme en frente de él. Así, tan cerca y con el tiempo a mi favor, pude apreciar con más detalle las proporciones de su rostro. Su incipiente barba ya estaba creciendo, habiendo pasado apenas un día. Con qué rapidez le crecía... mientras que yo aún no me había afeitado porque no me salía vello en la cara. Cuán diferentes éramos. La yema de mi índice le rozó apenas un poco por miedo a despertarle y comencé a dibujar sobre su cara siguiendo los rastros de sus lunares. Aquellos lunares me volvían loco. Uno, dos, tres... tenía tantos que empecé a perder la cuenta.

-Mmnmnn...- Murmuró Javier.

Me quedé quieto con mi dedo todavía sobre su piel. Creí haberle despertado pero él seguía con los ojos cerrados y sólo movía levemente los labios. Y de repente me acordé de que Javier, además de tener un sueño profundo, también hablaba en sueños. Sonreí y acerqué mi cuerpo más al suyo hasta no dejar nada de espacio entre los dos. Al notarme tan cerca Javier me apretó fuerte con su brazo estrechando más aquel abrazo. Nuestras narices estaban una sobre la otra que podía notar claramente su calmada respiración golpeándome. 

Habría aprovechado aquel momento para besarle pero tenía una tremenda curiosidad por saber qué cosas decía mientras soñaba.

-Yuzu... no se lo digas a nadie... ni siquiera a Yuzu pero... estoy enamorado de ti.-

No entendía nada de lo que decía porque hablaba en español. Sólo capté mi nombre en sus labios y algunas sílabas que desconocía su significado. Podría haberse cagado en mi existencia o haberme dicho algo realmente romántico, pero eso era un misterio. Quise creer la segunda opción. 

Effie comenzó a restregarse contra mi espalda llamando mi atención así que decidí que era hora de levantarse. Además tenía la boca seca y de un sabor repugnante. No sé por qué me obligaba a mí mismo a beber alcohol cuando Javier lo hacía, si yo lo odiaba y además me sentaba fatal. Supongo que quería ponerme a la misma altura que él, beber lo que él bebía, pisar donde él pisaba, respirar el mismo oxígeno, ser uno solo. 

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