Capítulo 5: Segundo nivel del subsuelo

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*Daniela

Debo decir que el hecho de que Elena nos haya sometido tan fácil fue humillante, aunque nosotros nos lo buscamos por subestimarla. “Nunca subestimes a tu oponente por más débil que parezca”, esa es una de las primeras lecciones que mi padre adoptivo, Luke Chase, me dio durante nuestros dos años juntos. Muchos nos miraban raro porque mi padre adoptivo era blanco y yo soy negra, y nunca faltaba el idiota que me golpeaba solo por mi color de piel.

Mi vida en Miami fue bastante turbulenta, pero agradable los últimos dos años, hasta que todo terminó. El sonido de alguien tocando mi puerta me sacó de mis pensamientos, fui a abrir la puerta y me encontré con Max, justo lo que necesitaba:

- ¡Ahí está! – Dijo la voz de mi ancestro, su voz mostraba lo desquiciado que estaba – ¡MÁTALO! ¡MÁTALO YA!

- ¿En qué te ayudo Max? – Pregunté ignorando la voz de mi ancestro.

- Pues estoy aburrido y quería ver si te interesaba salir un rato – No percibí ninguna intención romántica de por medio.

- La verdad es que estaba pensando volver a la playa – Dije intentando sonar entusiasmada.

- Te acaban de dar ganas ¿Eh? – Su tono burlón y su ceja levantada, me daban ganas de golpearlo y arrastrarlo al mar.

- Tú fuiste el que preguntó – Dije a la defensiva – Voy a alistarme ¿Me esperas?

- Claro – Cerré la puerta y lo dejé afuera un momento.

Busqué mis shorts, mi traje de baño y mi toalla. Mientras me desnudaba para ponerme el bikini fui llamada por Draig al Todo. Cada bestia se ubica en un lugar distinto del Todo, el Dragón por su lado está ubicado en el océano y el lugar en donde hablamos es una pequeña isla en medio del mar. Es lo bastante grande como para albergar hasta veinte personas, pero normalmente llamo solo a tres de mis ancestros al mismo tiempo, aunque la mayoría de las veces solo hablo con Draig y hablando del rey de Roma:

- ¿Qué pasa? – Pregunté cruzándome de brazos.

- La mayoría de las chicas tendrían la vergüenza de cubrir sus cosas – Dijo señalando el hecho de que estaba desnuda.

- Pues la mayoría no me llama a otro plano existencial mientras me estoy cambiando – Contraataqué con ligereza.

La verdad es que no me importaba que Draig me viera desnuda, las bestias pueden ver, oír, oler y sentir lo mismo que los Elementales y mientras vivía con mi padre teníamos un espejo de cuerpo completo en el baño, así que Draig me ha visto desnuda hace ya un tiempo. Pese a la imagen que muchos tienen de los dragones, es decir, los lagartos de cuatro patas con alas de murciélago y que escupen fuego, en realidad los dragones no son criaturas de fuego. Son criaturas de agua y ni siquiera tienen alas, la mejor imagen con la que puedo comparar a Draig es con la de un dragón chino o dragón serpiente. Como el nombre lo indica, es un dragón con cuerpo de serpiente y con brazos y piernas muy cortos, en China son considerados los guardianes de la lluvia y los ríos, por lo que hace sentido que el Dragón sea la personificación del elemento agua:

- ¿Qué quieres Draig? – Volví a preguntar.

- El desequilibrio se está haciendo muy grande, demasiado – Me explicó con una mirada preocupada.

- Lo sé – Dije un poco preocupada – Estamos tratando de averiguar lo qué pasa.

- ¡Es culpa de ese! – Gritó una voz detrás de mí – Si matas a esa escoria se restaurará el equilibrio – Era mi ancestro, vestía su armadura y casco de soldado romano, tenía una mirada desquiciada que solo transmitía sus ganas de hacer correr sangre.

Libro 4 | Saga Elementos | Tierra: El Hijo del GolemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora