Extra: Tardes de invierno

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Fue la mejor manera de comenzar la semana.

—Me gustas. ¿Quisieras salir conmigo?

Esas fueron las primeras palabras que escuchó de ella. Al menos, las primeras que fueran dirigidas específicamente a él.

Su corazón dio un salto. Levantó la mirada, lejos de los apuntes que había tomado en el transcurso de la lección, y sus ojos se encontraron con los de la chica. Ella lo observaba con una sonrisa tímida y las mejillas sonrosadas.

—Cla-claro —tartamudeó en respuesta, al tiempo que sentía como toda la sangre del cuerpo se le agolpaba en la cara.

La sonrisa de la chica se ensanchó en un instante. Su expresión incluso pareció deslumbrar con un efecto de brillo que solo podía verse dentro de un anime.

Intercambiaron correos por sugerencia de la chica y habrían seguido hablando, pero la campana de inicio del siguiente periodo se hizo oír por todo el campus y ella se tuvo que ir su siguiente clase.

Él, entretanto, se quedó pasmado en su asiento, todavía observando la dirección de correo de la chica en su celular. Hasta que una mano en el hombro lo sacó de su estupor.

—Pues eso explica por qué ignoró todos mis avances.

—Y los míos —agregó una voz femenina.

—¿Eh?

Tatsuro se había sentado a su lado en algún momento. Lo acompañaba Elena, quien había cambiado el estilo de su cabello de totalmente liso y negro, a rastas trenzadas con coloridos adornos con forma de atrapasueños.

—¡Esperen un segundo! ¡¿De qué rayos están hablando?!

—La chica es linda —replicó Elena, mientras sacudía una mano hacia él como si quisiera alejar su pregunta—. No puedes culparme.

—No te preocupes, amigo. —Tatsuro reafirmó el agarre en su hombro y con la otra mano levantó el dedo pulgar—. Honraré el código de los hermanos y te dejaré el camino libre. Incluso te otorgaré un poco del extenso conocimiento que poseo sobre chicas.

—Pues yo no prometo tanto. —Elena se cruzó de brazos—. Si no cumples con sus expectativas o le rompes el corazón, mi hombro va a ser el primero en el que pueda llorar.

—Estos idiotas...

Dio un largo suspiro mientras se llevaba la mano a la frente, ignorando lo que decían sus amigos. Estaba acostumbrado a sus excentricidades, pero más de una vez éstas lo habían abrumado.

El profesor tardaba demasiado en llegar a impartir la clase de las tres. El día tardaba demasiado en acabarse.

Quería llegar a casa de una vez y poder comenzar a concentrarse en la cita con... ¿cómo se llamaba? Recordaba haber visto a la chica más de una vez en el pasado, después de todo, habían compartido varias clases a lo largo del primer año de universidad. Sin embargo, su nombre no fue algo que pudiese recordar al primer intento.

De pronto, cayó en cuenta de que había acordado salir con una chica que le era prácticamente desconocida.

—Shizuku —dijo, después de unos momentos—. Se llama Shizuku Marina.

Tatsuro y Elena intercambiaron una mirada. Ambos compartían el mismo pensamiento.

—Sí, ya sabíamos eso —dijo Tatsuro—. ¿Tú no?

—Es que no podía recordarlo.

Tatsuro y Elena dejaron salir un breve "Ah" al unísono.

—¡Pido primera oportunidad! —exclamó Elena.

Yandere ImoutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora