Capítulo 2

4.1K 426 336
                                    

La mujer policía le ordenó que entrase al reducido lugar, y una vez dentro, se percato de la presencia de otra persona; un hombre maduro de piel oscura y rostro pétreo estaba recostado en la litera con los ojos cerrados, pero no dormido, porque al dormir estás despreocupado de tus emociones, el hombre parecía estar meditando o sólo recordando.

−Buenas tardes señor Touré – Saludó Marien con una amable sonrisa, el aludido abrió los ojos oscuros y enfocó su mirada en la pelirroja dedicándole una sincera sonrisa.

−Oh Marien, sólo John por favor,  tantos años aquí y aún no te acostumbras − Susurró con pesadez, reincorporándose para observar al más pequeño con desconcierto.

−Tú nuevo compañero − Informó aclarando sus dudas, Louis le dedicó una tímida sonrisa.

−Comprendo, yo le enseñaré después el resto de mansión – Finalizó sarcástico, aligerando el ambiente, la policía asintió y se retiró no sin antes desearle suerte al castaño.

Louis, sin saber que hacer o decir, sólo revolvía sus manos inquieto.

−Mi nombre es John Touré, puedes llamarme John a secas, es sólo para los amigos – Y el moreno le cerró un ojo amistosamente, haciendo sonreír al castaño.

−Gracias, mi nombre es Louis Tomlinson, sólo Louis – Ambos se dieron la mano.

−Puedes instalarte en la cama de arriba, tus cosas están allí y tus pertenencias en el librero – Dio a conocer gentilmente – Ayer por la noche Marien me comunicó que vendrías; la verdad no imagine que sería alguien como tú – Confesó mirándole directamente en los ojos, inspeccionando cualquier reacción – Tú perfil no encaja con el de un asesino traidor que mató por ambición – Louis abrió sus ojos al máximo... esas palabras sonaban tan crueles y frías, pero era lo que el mundo pensaba de él. Se sintió miserable.

−Asesino... de aquí en adelante, así seré visto, es horrible – Se lamentó, perdido en algún punto de sus recuerdos.

−¿Por qué estás aquí? – Preguntó interesado, Louis lo miró perturbado.

−Es claro, por homicidio − John frunció el ceño.

−Homicidio; es por lo que te acusan, pero realmente ¿por qué estás aquí? – El castaño lo miró conmovido, sonriendo brillantemente.

−¡Usted me cree!... ¿Por qué, si todo apunta en mi contra? Nadie, a excepción de mi familia, creyó en mí, ¿por qué usted sí? ¡Apenas me conoce! – El hombre sonrió llano, y como si fuera lo más obvio del mundo, respondió con simpleza:

−Porque a diferencia de ésas personas, puedo leer el alma a través de los ojos, y sería capaz de asegurar que la tuya está tan pura como la de un niño.  

−¿Y cómo aprendió a hacer eso? – preguntó curioso.

−Supongo que estar conviviendo tantos años con todo tipo de gente te enseña a diferenciar entre unos ojos benévolos, perturbados o iracundos –  Louis se mordió las uñas y tomando suficiente aire, le contó.

− Me acusaron de asesinar a mi mejor amigo, a mi casi hermano, todo sucedió tan rápido... − Y su relato comenzó.

(...)

Louis terminó su historia, llorando silenciosamente.

−El jurado incluso se rió de mí, dijeron que mi historia era patética, que ni siquiera tenía un buen inicio, que todo era una farsa, una mala invención, ellos dijeron...

 "...Tonto, realmente absurdo, ¿quién con toda su entereza mental  entra a un oscuro y peligroso callejón a 'salvar' a un gato?, las personas abandonan a sus animales, no las recogen, para ello está la perrera"

Prison loversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora