Capitulo 16

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¿Cómo podría describir lo que en aquellos momentos estaba sintiendo?, podía, talvez, compararse a un drogadicto en vías de recuperación siendo atrapado, de nuevo, por las garras de la droga, ó también a un bulímico tragando hasta hartarse y después, arrepentido, angustiado y desesperado, devolviendo la comida para tratar de enmendar su error.

Sonrió ligeramente ante tales evocaciones y siguió caminando hacia los comedores, caminaba con la cabeza gacha tratando de apresurar el paso lo más rápido posible, no sabía por qué pero le era imposible mantener la mirada a los demás reos, sentía que al verlos directamente, ellos se darían cuenta de lo que acaba de hacer con Zayn.

― ¡Abre bien la puta boca o te tuerzo! — Louis detuvo el paso y viró la cabeza hacia donde había escuchado la amenaza encontrándose con una imagen nada agradable; a unos metros de distancia se encontraba un hombre de rodillas, con la cabeza inclinada hacia atrás y la boca bien abierta, sus ojos estaban entrecerrados pero parecían sacar fuego de abundante rabia acumulada e ira reprimida, delante del hombre había otros tres de pie, incluido el que había lanzado la amenaza; el trío estaba a una distancia corta del hombre arrodillado con sus respectivos penes fuera del pantalón.

Louis miró la escena, confundido y temeroso, y terminó por comprender cuando los hombres comenzaron a orinar tratando de darle la dirección y potencia adecuada para que cayeran dentro de la boca del otro. Todos estallaron en poderosas carcajadas y a Louis le fue imposible seguir contemplando tal atrocidad. Caminó aprisa percatándose de la proximidad de un guardia, corrió y logró alcanzarlo. 

― Hay alguien que necesita ayuda en el pasillo 5 — barboteó y el guardia giró sobre sus talones observándole con sorpresa.

― ¡Justo a quien estaba buscando, qué buena suerte la mía! — Louis lo observó perturbado.

― ¿Perdón? 

― Necesito que me acompañes Tomlinson, sígueme por favor.

― No... ― Gimió — Alguien necesita ayuda, tiene que ir — El guardia rodó los ojos, restándole importancia.

― Ya le avisaré a algún compañero, primero tienes que acompañarme — Insistió tomándole de la muñeca, pero Louis se rehusó ― ¡No me obligues a usar la fuerza jovencito! — Gritó impaciente, logrando que Louis se intimidara.

― Pero ya será demasiado tarde — Susurró angustiado y el guardia pretendió no escuchar, Louis se molestó y trató de deshacerse del fuerte agarre del hombre — Suélteme, yo puedo seguirlo por mi cuenta — Se quejó acalorado, el guardia lo vio de soslayo haciendo una mueca que bien podría ser tomada como una sonrisa.

― No lo creo — La mirada que lanzó le descubrió por completo, era obvio que algo se escondía bajo esos ojos sin aparente pupila. De pronto, como un baldazo de agua fría Louis entendió del todo y un agudo temblor recorrió cada extensión de su cuerpo.

― ¿A... donde me lleva, quién... quiere verme? — Tartamudeó temeroso a la respuesta.

― A la enfermería, el doctor Simmons requirió tu presencia — Confesó al momento que fortificaba el agarre para que Louis no pretendiese escapar. Su cuerpo se paralizó y el guardia tuvo que halarlo con fuerza para que siguiera caminando.

― ¡No quiero ir! — Jadeó aterrorizado ― ¡Suélteme por favor! — El hombre mayor pareció hastiado y comprimió el brazo con fuerza brutal.

―El médico me dijo que te llevara, ¡no cómo te llevara!, evítame el disgusto de cargarte inconsciente por los golpes que pueda darte — Louis lo observó incrédulo y la expresión ofuscada del guardia no le dio espacio a la duda, derrotado, se dedicó a seguirle los ágiles pasos. 

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