Para cuando Harry despertó, Ginny ya había devorado todo su desayuno y ahora se encontraba ya lista para salir del hospital, solo le faltaba atarse las agujetas de sus tenis y, debido a su gran vientre, le era casi imposible hacerlo.
Harry tomo sus lentes de la mesa de noche, no sin antes tallarse los ojos de cansancio. Había pasado una pésima noche. El sillón era demasiado incómodo y agregado a que Ginny no había dejado de molestar toda la noche con que tenía hambre y sed.
Se levantó viendo el plato vacío del desayuno y se agacho para ayudarle con las agujetas.
— Yo puedo sola.
— ¿Te comiste todo el desayuno? – Ginny no le contesto, solo hacia gestos tratando de abrocharse las agujetas – durante la noche te comiste...
— ¿Tu también? – Bufó – odio que mis hermanos y mi mamá nada mas me estén midiendo la comida.
— Déjame ayudarte.
— No, yo puedo.
— No puedes.
— ¡Claro que puedo!
— Buenos días – saludo el doctor – veo que ya te sientes mucho mejor Ginny.
— Si.
— Bien, vamos a hacerte un ultrasonido para ver como se encuentra el bebe.
Harry llevo a Ginny en una silla de ruedas al área de ultrasonidos, no sin antes abrocharle las agujetas a pesar de las constantes quejas de la pelirroja. Odiaba no tener control de la situación.
Una vez listos en el área de ultrasonidos, el doctor activo las bocinas para escuchar el corazón del bebe y ambos se quedaron paralizados.
— Aquí esta, un bebe grande y sano – les dijo el doctor.
Harry y Ginny enfocaron su mirada en el monitor sin entender absolutamente nada, hasta que el doctor les iba indicando cada parte del cuerpo de su hijo.
— ¿Quieren saber el sexo del bebe?
— No.
— Si.
— Es mejor saberlo cuando nazca – le dijo Ginny.
— ¿Por qué? Así podemos pensar en el nombre y comprarle ropa – le contesto Harry.
— Yo ya tengo el nombre.
— ¿Y se puede saber cual es?
— Si es niña se llamara Gimo – Harry frunció el ceño – y si es niño se llamara Armur.
— Mi hijo no tendrá ninguno de esos nombres.
— Es MI hijo.
— Bien – interrumpió el doctor – será mejor no decirles. Ginny, tu bebe ya se encuentra mucho mejor, lo veo tranquilo y su corazón esta en perfectas condiciones.
— Excelente – sonrieron ambos.
Ginny no quería que Harry supiera donde vivía, pero sabía que él jamás la dejaría irse sola del hospital, así que no tuvo de otra que dejarse acompañar por él, además quería hablar sobre el tema de su familia.
— Tenemos que hablar – le dijo Ginny dejándose caer sobre un sillón y sacando unas galletas debajo del almohadón.
— Vaya, hasta que dices algo coherente.
— Mi familia no debe de saber que tu eres el padre de mi bebe.
— Hermione lo sabe ¿verdad?
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¿Te utilizo, Te necesito?
RomanceHarry el salvador del mundo mágico. Ginny un auror con grandes ambiciones. Ambos se utilizaran para obtener lo que desean, hasta convertirse en una necesidad. Créditos absolutos a Nat Potter W