Ginny se despertó porque sintió que el bebé le estaba haciendo presión sobre el vientre. Se movió para acomodarse mejor en brazos de Harry pero se dio cuenta que éste ya no estaba. Ella dormía sobre varias almohadas bien distribuidas. Se fijó en el reloj, había dormido ocho horas seguidas. Tenía más de dos meses que no dormía así. Se levantó y encontró una nota de Harry en su mesita de noche.
Tuve que irme, no te preocupes, mamá esta bien. Vengo mas tarde por ti para llevarte al hospital. Harry.
Se dejó caer de nuevo sobre las almohadas, aun podía oler el perfume de él ahí. Volvió a leer la nota y se dio cuenta que Harry no le puso la hora en que iría a recogerla, de inmediato se metió a darse un baño y arreglarse.
Cuando Ginny bajaba por las escaleras de su casa rumbo a la cocina a prepararse algo de comer, mientras llegaba Harry por ella, se dio cuenta que alguien había entrado a su casa porque se escuchaba ruido en la cocina. De inmediato sacó su varita. La cocina tenía dos puertas, una daba directo hacia la sala y comedor, y la otra hacia un pequeño pasillo que daba hacia la salida de la parte trasera de la casa y las escaleras. Así que Ginny sin hacer ruido caminó hacia el pasillo para ver quien era el intruso que estaba en la cocina.
— Soy yo, Ginny – le dijo Harry antes de que se asomara a la cocina.
— Demonios, Potter, me asustaste.
— Perdón, pero cuando llegué escuche que te estabas bañando.
— ¿Cómo entraste?
— Me llevé tus llaves – le dijo tranquilamente sirviéndole un plato de comida italiana.
— ¿Por qué?
— Pensé que aun estarías dormida.
— ¿Y no pensaste en que yo iba a necesitar mis llaves? – le dijo molesta.
— ¿Para que? Te dejé un recado diciéndote que yo vendría por ti.
— ¿Y si yo quería salir antes?
— Ya no va haber problema por eso – Ginny se relajó, tenia hambre y no quería discutir – ya saqué una copia de tus llaves.
— ¿QUE? Pero ¿Quién te crees? Esta es MI casa y no te da derecho...
— Lo hice por alguna emergencia ¿O prefieres que me aparezca aquí?
— No puedes. Mi casa tiene hechizos protectores – Harry rodó lo ojos — ¿Qué significa eso?
— Nada. Te traje de comer.
— Explícame que significa eso de – Ginny lo remeda rodando también los ojos.
— ¿No vas a comer? – Le pregunta Harry ante la mirada severa de Ginny – me sé todos los contra hechizos de tus hechizos protectores. Así que puedo aparecerme aquí sin ningún problema o abrir la puerta con alohomora. Es mejor que tenga las llaves ¿no crees?
— ¿Cómo lo haces? – Le preguntó Ginny sorprendida – enséñame a hacerlo.
— Después, por ahora come para ir al hospital, no podemos llegar tarde porque se termina el horario de visitas.
Ginny comió en silencio mientras veía que Harry se había llevado algo de trabajo a casa y de vez en cuando le quitaba un pedazo de comida de su plato y volvía con la lectura de sus documentos. Admiraba tanto el poder de Harry, pero al mismo tiempo, lo odiaba porque siempre iba a un paso delante de ella, y lo peor, es que no sabía como igualarlo. La academia de aurores le había enseñado muchas cosas, al igual que la practica en el cuartel, pero siendo sincera consigo misma, el tiempo que trabajó con Harry aprendió muchísimo mas que en toda su historia académica. Harry era un gran mago, pero también un gran maestro.
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¿Te utilizo, Te necesito?
RomanceHarry el salvador del mundo mágico. Ginny un auror con grandes ambiciones. Ambos se utilizaran para obtener lo que desean, hasta convertirse en una necesidad. Créditos absolutos a Nat Potter W