Capítulo 11

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Ginny era una experta en convencer a las personas. Primero a Hermione, para que juntas hablaran con sus padres y con sus hermanos diciéndoles que irían de fin de semana a casa de sus abuelos, después a Ron, que quería acompañarlas alegando que él también se llevaba muy bien con la familia de Hermione, y por último a Harry, con el argumento que no iba a dormir ni ella ni su hijo si no estaba a su lado. Definitivamente, Harry era utilizado como una almohada humana indispensable.

Tenían todo listo en el auto. Remus y Sirius prefirieron no ir con ellos, Remus por razones de luna llena y Sirius para acompañarlo. Lily había preparado unos emparedados para el camino, regañando a Harry y a James por comerse algunos antes de partir, sin saber que en realidad se los había comido Ginny, pero ninguno de los dos la delató.

La vista que tenían mientras iban en el camino era magnifica, agregado a que se respiraba aire puro. James manejaba el auto tomando de la mano a Lily quien iba a un lado de él, mientras que Harry y Ginny iban en la parte trasera del auto.

— Amo la naturaleza – dijo Lily asomando la cara por la ventanilla, haciendo que el viento ondeara su cabello pelirrojo.

— Yo te amo a ti – le dijo James.

— Yo te amo más. Ginny – Lily volteó a verla – en la casa del lago, James y yo hicimos a Harry.

— Oh por Dios, mamá ¿Es necesario esa información? – todos, excepto Harry, reían divertidos.

— Dobby estará ayudándonos.

— ¿Quién es Dobby? – preguntó Ginny.

— Un elfo domestico que perteneció a mi familia – le dijo James viéndola por el retrovisor del auto – cuida de las casas que me heredaron mis padres. Cuando Harry era pequeño, lo cuidaba, incluso mejor que nosotros. Es encantador, te vas a llevar muy bien con él.

La casa era hermosa, grande y acogedora en medio del bosque. A unos cuantos metros estaba un lago con un muelle y un bote. La casa tenia árboles inmensos alrededor de ella y pequeño huerto muy bien cuidado a un lado. Entre James y Harry bajaron las maletas y Lily tomo de la mano a Ginny para entrar juntas a la casa.

Ginny agradeció infinitivamente la invitación de James y Lily a ese lugar. Era perfecto, era acogedor y se podía respirar paz. Era como estar en el cielo.

Ese viernes, después de acomodar las maletas en las respectivas habitaciones, cenaron los cuatro juntos. Como estaba un poco frío para salir a caminar, decidieron acostarse en la sala a ver una película, pero Ginny inmediatamente se quedó dormida usando una pierna de Harry como almohada. Cuando terminó la película, Harry la cargo entre sus brazos y la subió a su habitación.

A la mañana siguiente, Ginny despertó mejor que nunca, había dormido increíblemente bien, pero lo primero que vio fue unos grandes ojos verdes como pelotas de tenis y una gran nariz.

— ¿Tu quien eres?

— Soy Dobby, ama – hizo una reverencia.

— No tienes que hacer eso conmigo, yo no soy tu ama.

— Pero lo será – Ginny frunció el ceño – la ama Lily me pidió que le dijera que la están esperando para desayunar.

— Gracias, Dobby.

Ginny bajo a la cocina donde ya la estaban esperando Lily y James, pero se extraño que Harry no estuviera con ellos.

— Buenos días ¿Cómo dormiste?

— Excelente ¿Y Harry?

— Salió a correr. Siempre que viene aquí aprovecha para ejercitarse al aire libre. Se levanta muy temprano, se prepara algo ligero de desayunar y sale a hacer ejercicio, llegará en un par de horas – le dijo James sirviéndole su desayuno.

¿Te utilizo, Te necesito?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora