Capítulo 7

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En todo el camino no se dirigieron la palabra. Todo había salido al revés. Ni Harry quería que Ginny estuviera cerca de sus padres y ni Ginny, quería tener algo que ver con los Potter. Pero para ella, después de conocer a Lily, le pareció verse en un espejo. Muchas veces había deseado tener una hermana, así como Lily una hija. Ginny lo había logrado cuando conoció a Hermione, porque eso era para ella, una hermana. Pero Lily aun se sentía sola y lo podía entender a la perfección.

Harry la acompaño hasta la puerta de su casa, una vez que Ginny metió la llave en la cerradura se dio la media vuelta para enfrentarlo.

— ¿Te molesta que vaya a acompañar a tu mamá mañana con el sanador?

— ¿Qué no te diste cuenta? No nos creyeron nada.

— Pues vamos a decirles la verdad – Harry se quedó callado, con las manos en sus bolsillos y la mirada puesta en el piso — ¿Harry?

— Hace mucho que mamá no reía como hoy – Ginny lo vio sorprendida – tu lograste que ella volviera a reír.

— Solo te estaba remedando – dijo inocentemente, Harry sonrió de lado – eso la hizo reír.

— ¿A ti te molesta acompañar a mi madre al sanador? – ella negó con la cabeza sonriendo – bueno, te lo agradezco entonces.

— ¿Seguimos con lo mismo?

— Si, aunque dudo que nos crean pero si ya empezamos esto, pues vamos a seguir.

— De acuerdo.

Harry se agachó para estar a la altura del vientre de Ginny.

— Adiós, bebe, te portas bien – Ginny se le quedó viendo con los ojos bien abiertos sorprendida, de nuevo le estaba hablando al bebe como en el hospital el día que se había puesto mal – duerme y come mucho para que estés fuerte – se levantó — Buenas noches, Ginny.

— Buenas noches, Harry.

Ginny se quedó parada en la puerta de su casa hasta que Harry se alejó en su auto.

— Tu papá se esta portando raro, bebe ¿Qué le pasará?

Al día siguiente, Ginny no vio para nada a Harry. Lily y ella se habían puesto de acuerdo en encontrarse en San Mungo. Ginny no se despegó ni un momento de Lily mientras le hacían todos los estudios necesarios para su operación.

Una de las enfermeras le iba a sacar sangre a Lily, pero al momento de querer hacerlo, la lastimó sin querer.

— Mas cuidado, señorita – le reclamó Ginny.

— Perdón. Es que las venas de la señora son muy delgadas.

— Pues si usted no puede, habrá quien si pueda. No quiero que la este picoteando, le va a doler.

— Llamaré a mi supervisor para que él lo haga.

— Por favor.

— Tienes un carácter fuerte – le dijo Lily una vez que se quedaron solas.

— Un poquito. Lo que pasa es que si no le digo que lo haga bien, capaz te que iba a seguir lastimando.

— Te lo agradezco – Lily se le quedó viendo — ¿Harry te ha hablado de Cho?

— ¿De quien?

— De Cho, Cho Chang, su exnovia.

— No – Ginny sintió una punzada de fastidio sin saber porque, solo se acarició su vientre.

— Me lo imagine. Tú eres completamente lo opuesto a ella.

— ¿A sí? ¿Y porque? – le pregunto fingiendo desinterés tomando unos instrumentos médicos que había sobre la mesa. Lily sonrió satisfecha.

¿Te utilizo, Te necesito?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora