Capítulo 25

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Ginny peinaba a la pequeña Lily. Intentaba hacerle dos trenzas pero su mente estaba en la casa de los Potter frente a Lily. Sabía que toda su familia, tarde o temprano, la iban a perdonar, inclusive James, pero Lily... ella era especial.

- Mami – se quejó Lily al sentir un estirón de cabello.

- Perdón cariño.

- Mejor que me peine mi papi.

- Anoche no dormiste bien – le dijo Harry tomando el cepillo de manos de Ginny para peinar a su hija – escuché que estabas en el baño vomitando.

- ¿Qué más te dijo? ¿Estaba enojada? ¿Sabes lo que me va a decir? ¿Crees que ya no quieran saber de mí? ¿Piensas...?

- Ginny, cálmate.

- Papi, quelo mi cabello suelto como mi abue Lily – Ginny dio un suspiro.

- Pero intento hacerte una coleta.

- Tú no puedes – se puso frente a él con las manos en la cintura.

- ¿Qué? Claro que puedo. He visto como lo hacen tu mamá y tus abuelas – le dijo Harry ofendido.

- Ay, Potter – le dijo la pequeña Lily negando con la cabeza y saliendo de la habitación.

- Creo que mi madre es una mala influencia para nuestra hija.

- Deja de decir eso – le dijo Ginny preocupada – tu mamá... tu mamá...

- Ginny, mi mamá te adora.

- Pero no ahora, o tal vez... ya nunca.

- Deja de preocuparte.

- Claro, para ti es tan fácil.

- ¿Fácil? ¿Sabes lo que se siente tener la mirada de tantos pelirrojos encima de ti y saber que lo único que tienen en mente es como matarte lenta y dolorosamente?

- No exageres. Además, mi familia me regaño a mí.

- Pero no les gusto nada que yo haya llegado a tu casa comportándome como tu novio sin serlo realmente.

- Aun así – se levantó rápidamente Ginny de la cama pero en seguida se tomó la cabeza.

- ¿Qué te pasa?

- Nada, estoy bien, solo un pequeño mareo.

- Vamos a que comas algo, anoche vomitaste por los nervios y has de tener el estomago vacio.

James y Sirius estaban en la sala con los brazos cruzados mientras Lily ponía la mesa. Con solo verla resoplaban molestos como dos niños pequeños. Remus, ayudaba amablemente a Lily a poner los cubiertos.

- Sushi – volvió a resoplar Sirius.

- Arroz con camarones – negó James.

- ¿Quieren callarse?

- Déjalos Remus, por nada del mundo iba a permitir que intentaran hacer una carne asada al estilo muggle e incendiaran el asador de nuevo.

- Ya sabemos bien cómo hacerlo – le aclaró Sirius.

- No me importa. Hoy vamos a tener una comida normal.

- ¿A quién le gusta el sushi?

- A mi nieta, Canuto – le dijo James – y a mi esposa... y a Ginny.

- Pura pelirroja – resopló Sirius.

Ginny y Harry llegaron a casa de los Potter con su hija. Los primero en saludar fueron Sirius y Remus, quienes se comportaron igual que siempre. James, dio un suspiro y abrazó a Harry dándole unos pequeños golpes en la espalda. De hombre a hombre. Después vio a Ginny y en ese preciso instante Lily salió de la cocina.

¿Te utilizo, Te necesito?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora