Ginny peinaba a la pequeña Lily. Intentaba hacerle dos trenzas pero su mente estaba en la casa de los Potter frente a Lily. Sabía que toda su familia, tarde o temprano, la iban a perdonar, inclusive James, pero Lily... ella era especial.
- Mami – se quejó Lily al sentir un estirón de cabello.
- Perdón cariño.
- Mejor que me peine mi papi.
- Anoche no dormiste bien – le dijo Harry tomando el cepillo de manos de Ginny para peinar a su hija – escuché que estabas en el baño vomitando.
- ¿Qué más te dijo? ¿Estaba enojada? ¿Sabes lo que me va a decir? ¿Crees que ya no quieran saber de mí? ¿Piensas...?
- Ginny, cálmate.
- Papi, quelo mi cabello suelto como mi abue Lily – Ginny dio un suspiro.
- Pero intento hacerte una coleta.
- Tú no puedes – se puso frente a él con las manos en la cintura.
- ¿Qué? Claro que puedo. He visto como lo hacen tu mamá y tus abuelas – le dijo Harry ofendido.
- Ay, Potter – le dijo la pequeña Lily negando con la cabeza y saliendo de la habitación.
- Creo que mi madre es una mala influencia para nuestra hija.
- Deja de decir eso – le dijo Ginny preocupada – tu mamá... tu mamá...
- Ginny, mi mamá te adora.
- Pero no ahora, o tal vez... ya nunca.
- Deja de preocuparte.
- Claro, para ti es tan fácil.
- ¿Fácil? ¿Sabes lo que se siente tener la mirada de tantos pelirrojos encima de ti y saber que lo único que tienen en mente es como matarte lenta y dolorosamente?
- No exageres. Además, mi familia me regaño a mí.
- Pero no les gusto nada que yo haya llegado a tu casa comportándome como tu novio sin serlo realmente.
- Aun así – se levantó rápidamente Ginny de la cama pero en seguida se tomó la cabeza.
- ¿Qué te pasa?
- Nada, estoy bien, solo un pequeño mareo.
- Vamos a que comas algo, anoche vomitaste por los nervios y has de tener el estomago vacio.
James y Sirius estaban en la sala con los brazos cruzados mientras Lily ponía la mesa. Con solo verla resoplaban molestos como dos niños pequeños. Remus, ayudaba amablemente a Lily a poner los cubiertos.
- Sushi – volvió a resoplar Sirius.
- Arroz con camarones – negó James.
- ¿Quieren callarse?
- Déjalos Remus, por nada del mundo iba a permitir que intentaran hacer una carne asada al estilo muggle e incendiaran el asador de nuevo.
- Ya sabemos bien cómo hacerlo – le aclaró Sirius.
- No me importa. Hoy vamos a tener una comida normal.
- ¿A quién le gusta el sushi?
- A mi nieta, Canuto – le dijo James – y a mi esposa... y a Ginny.
- Pura pelirroja – resopló Sirius.
Ginny y Harry llegaron a casa de los Potter con su hija. Los primero en saludar fueron Sirius y Remus, quienes se comportaron igual que siempre. James, dio un suspiro y abrazó a Harry dándole unos pequeños golpes en la espalda. De hombre a hombre. Después vio a Ginny y en ese preciso instante Lily salió de la cocina.
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¿Te utilizo, Te necesito?
Lãng mạnHarry el salvador del mundo mágico. Ginny un auror con grandes ambiciones. Ambos se utilizaran para obtener lo que desean, hasta convertirse en una necesidad. Créditos absolutos a Nat Potter W