Capítulo 18

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Ginny correspondió el beso mientras que Harry la acercaba más hacia él abrazando su cintura. Era un beso dulce y lento. Se separaron cuando escucharon un ruido en la cocina. Ron los observaba con el ceño fruncido, como analizando la escena detenidamente.

— Hola – dijo muy serio — ¿interrumpí?

— No, claro que no – le dijo Harry.

— Ginny, mamá necesita que la ayudes con unas flores.

— De acuerdo.

Ginny salió por la puerta de la cocina mientras que Ron volteó a ver a Harry y después salió detrás de su hermana, sin decir absolutamente nada.

Todos los Weasley e invitados, saludaban a Harry como no creyendo que estuviera ahí. Era una persona famosa, casi un ídolo para ellos. Harry se portaba muy educado con todos quienes se acercaban a él para saludarlo, tomarse fotos y algunas primas, pedirle un autógrafo, a lo que Ginny resoplaba molesta. No puedo creer que sean mis primas, pensaba. Pero en todo momento, Harry no soltó a Ginny de la mano. Se portaba cariñoso, atento y detallista sin importarle quien los estuviera viendo.

Llego el momento esperado por todos: la entrada de la novia. Ginny iba caminando por el pasillo principal junto a la hermana de Fleur. Harry la observaba directamente sin perder el más mínimo detalle. De repente se la imaginó a ella vestida de novia entrando por ese mismo pasillo directo hacia él. Sonrió y Ginny volteó a verlo cerrándole un ojo.

Durante la ceremonia, Ginny volteaba a ver a Harry y le sonreía y él le correspondía. Llego un momento en que ninguno de los dos ponían atención a lo que decía el juez por estar en su comunicación privada a través de la mirada.

Cuando fue el momento del baile, Harry inmediatamente tomo a Ginny de la mano y la sacó a bailar. Ginny rodeó el cuello de Harry con sus dos brazos y él la abrazó por la cintura. Cerró los ojos para disfrutar mejor el poder perderse en el olor de su cabello. Adoraba ese olor. Toda su casa olía a ella y su hija también. Podría morir en ese instante y lo haría feliz. Se movían al compas de la música lentamente, a pesar de que en realidad era un poco más movida la canción. Harry junto su frente con la de ella, rozando su nariz, y el verde esmeralda con el café chocolate se encontraron directamente.

— Estas hermosa – le susurro – eso es lo que te tenía que haber dicho aquella vez que te utilice en Estados Unidos ¿lo recuerdas?

— Sí, me había arreglado por horas y tú solo me dijiste: "te ves diferente" – lo remedó haciendo que Harry sonriera.

— Me habías dejado impresionado, entiéndeme, eso no suele pasarme.

— Bueno, ahora dime lo que me hubieras dicho si no te hubieras impresionado.

— De acuerdo — carraspeó la garganta – Ginevra, te ves hermosísima, que digo hermosísima, divina, sensual, una mujer en toda la extensión de la palabra – Ginny se reía.

— Tonto.

— ¿Qué? Eso fue lo que me dijeron de ti en la fiesta – Ginny frunció el ceño – y yo estaba furioso porque ellos dijeron exactamente lo que yo había pensado y no lo había dicho por idiota.

La fiesta transcurría normalmente. Todos los invitados bailaban y otros platicaban afuera de la carpa para fumar un cigarro. Ron siguió a Hermione hacia la mesa de aperitivos. Tomó un plato y se puso detrás de ella.

— ¿Qué tal tu cita con Krum? – Hermione volteó extrañada, pero Ron no la veía a los ojos, solo se servía unos canapés.

— Bien.

— ¿Por qué no me dijiste que ibas a salir con él?

— No tengo por qué decirte todo lo que hago con mi vida – Ron volteó a verla sorprendido.

¿Te utilizo, Te necesito?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora