Ginny correspondió el beso mientras que Harry la acercaba más hacia él abrazando su cintura. Era un beso dulce y lento. Se separaron cuando escucharon un ruido en la cocina. Ron los observaba con el ceño fruncido, como analizando la escena detenidamente.
— Hola – dijo muy serio — ¿interrumpí?
— No, claro que no – le dijo Harry.
— Ginny, mamá necesita que la ayudes con unas flores.
— De acuerdo.
Ginny salió por la puerta de la cocina mientras que Ron volteó a ver a Harry y después salió detrás de su hermana, sin decir absolutamente nada.
Todos los Weasley e invitados, saludaban a Harry como no creyendo que estuviera ahí. Era una persona famosa, casi un ídolo para ellos. Harry se portaba muy educado con todos quienes se acercaban a él para saludarlo, tomarse fotos y algunas primas, pedirle un autógrafo, a lo que Ginny resoplaba molesta. No puedo creer que sean mis primas, pensaba. Pero en todo momento, Harry no soltó a Ginny de la mano. Se portaba cariñoso, atento y detallista sin importarle quien los estuviera viendo.
Llego el momento esperado por todos: la entrada de la novia. Ginny iba caminando por el pasillo principal junto a la hermana de Fleur. Harry la observaba directamente sin perder el más mínimo detalle. De repente se la imaginó a ella vestida de novia entrando por ese mismo pasillo directo hacia él. Sonrió y Ginny volteó a verlo cerrándole un ojo.
Durante la ceremonia, Ginny volteaba a ver a Harry y le sonreía y él le correspondía. Llego un momento en que ninguno de los dos ponían atención a lo que decía el juez por estar en su comunicación privada a través de la mirada.
Cuando fue el momento del baile, Harry inmediatamente tomo a Ginny de la mano y la sacó a bailar. Ginny rodeó el cuello de Harry con sus dos brazos y él la abrazó por la cintura. Cerró los ojos para disfrutar mejor el poder perderse en el olor de su cabello. Adoraba ese olor. Toda su casa olía a ella y su hija también. Podría morir en ese instante y lo haría feliz. Se movían al compas de la música lentamente, a pesar de que en realidad era un poco más movida la canción. Harry junto su frente con la de ella, rozando su nariz, y el verde esmeralda con el café chocolate se encontraron directamente.
— Estas hermosa – le susurro – eso es lo que te tenía que haber dicho aquella vez que te utilice en Estados Unidos ¿lo recuerdas?
— Sí, me había arreglado por horas y tú solo me dijiste: "te ves diferente" – lo remedó haciendo que Harry sonriera.
— Me habías dejado impresionado, entiéndeme, eso no suele pasarme.
— Bueno, ahora dime lo que me hubieras dicho si no te hubieras impresionado.
— De acuerdo — carraspeó la garganta – Ginevra, te ves hermosísima, que digo hermosísima, divina, sensual, una mujer en toda la extensión de la palabra – Ginny se reía.
— Tonto.
— ¿Qué? Eso fue lo que me dijeron de ti en la fiesta – Ginny frunció el ceño – y yo estaba furioso porque ellos dijeron exactamente lo que yo había pensado y no lo había dicho por idiota.
La fiesta transcurría normalmente. Todos los invitados bailaban y otros platicaban afuera de la carpa para fumar un cigarro. Ron siguió a Hermione hacia la mesa de aperitivos. Tomó un plato y se puso detrás de ella.
— ¿Qué tal tu cita con Krum? – Hermione volteó extrañada, pero Ron no la veía a los ojos, solo se servía unos canapés.
— Bien.
— ¿Por qué no me dijiste que ibas a salir con él?
— No tengo por qué decirte todo lo que hago con mi vida – Ron volteó a verla sorprendido.
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¿Te utilizo, Te necesito?
RomanceHarry el salvador del mundo mágico. Ginny un auror con grandes ambiciones. Ambos se utilizaran para obtener lo que desean, hasta convertirse en una necesidad. Créditos absolutos a Nat Potter W