Capitulo 1

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Ginny Weasley era una chica segura de sí misma, fuerte e independiente porque así lo había decidido desde los quince años. Cansada de ser la niña protegida por sus padres y sus seis hermanos mayores, decidió irse a estudiar a Estados Unidos con su tía Muriel para que nadie la estuviera cuidando las 24 horas del día. Era algo que odiaba terriblemente, no le gustaba que le estuvieran diciendo que hacer y que no, fue por eso que quiso alejarse de su familia, pero sobretodo de sus hermanos sobre protectores.

Ahora, a sus 23 años, ya había terminado la carrera de auror y trabajaba día y noche para convertirse en la jefa del cuartel de aurores del ministerio de Estados Unidos. Esa era su meta y no le importaba lo que tuviera que hacer para conseguirlo.

Su mejor amiga, Hermione Granger, siempre la criticaba por eso, no le parecía correcta la manera en que Ginny utilizaba a las personas para lograr sus objetivos, sobre todo a los hombres. Y es que su belleza los volvía locos y ella le sacaba provecho a eso. En varias ocasiones pudo resolver casos con una simple declaración de algún idiota que había caído en las redes de sus encantos o lograr asistir a los mejores congresos (excelentes para su curriculum) por solo aceptar salir con alguno de los organizadores.

Pero además de llegar a ser la primera mujer jefa del cuartel de aurores en Estados Unidos, también quería ser madre. Tenía ese instinto maternal que le había heredado su madre y siempre había deseado un hijo, pero sin un hombre a su lado. Los hombres estorban, no se cansaba de repetirlo.

Harry Potter era un hombre que tuvo una vida sumamente difícil. Había sido el elegido para derrotar al mago más peligroso en todo el continente Europeo: Lord Voldemort. Desde pequeño tuvo que estar rodeado de excelentes magos para aprender todo lo relacionado a la magia negra, defensa contra las artes oscuras y sobre los horrocruxes que Voldemort había hecho en su juventud. Entre esos magos estaban sus padres, que en ningún momento lo dejaron solo en esta dolorosa travesía.

Ahora a sus 24 años, era libre. Había podido destruir los horrocruxes, junto con sus padres, su padrino Sirius Black y su tío Remus Lupin, y había logrado vencer a Voldemort. Sentía que por fin podía respirar aire puro. Pero la fama no lo dejaba en paz. No podía salir a caminar sin que alguien no lo reconociera, siempre era el invitado de honor en todos los eventos de cualquier país de Europa y eso lo tenía sumamente cansado.

Había tomado la decisión de estudiar la carrera de Auror, pero en el ministerio de Inglaterra le dijeron que no era necesario, tenía el puesto de Auror sin necesidad de un titulo. Una vez dentro del cuartel de Aurores, todos lo obedecían a él hasta su propio jefe, eso era algo que a él no le gustaba, pero los casos que se llevaban a cabo en el cuartel para él eran sumamente fáciles debido a la infinidad de entrenamientos que él había tenido.

Ginny comía su cereal dándole vueltas a la carta que recién le había llegado esa mañana. No quería abrirla, era de su madre y sabía perfectamente lo que decía. Termino su cereal y no tuvo otra más que abrir la carta para leer lo mismo de cada tercer día. Llevaba apenas dos párrafos de leer cuando llego su mejor amiga y compañera de departamento, Hermione.

— ¿Dónde estabas? – Le pregunto Ginny dejando a un lado la carta – Me tenias... ¿Qué te pasa?

— John – le decía Hermione llorando – John me dijo...me dijo que...se iba a casar con su novia.

— Te lo dije, pero ahí vas.

— Es que él me dijo que la iba a dejar.

— ¿Cuántas veces te he dicho yo que no le creas a los hombres? – le dijo negando con la cabeza y abrazándola — ¿Te acostaste con él? – Hermione asintió sin dejar de llorar – y él muy cínico te lo dijo hasta hoy en la mañana.

¿Te utilizo, Te necesito?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora