Ginny lo besó con más intensidad, despeinando más el cabello de Harry. Esas palabras que él había pronunciado en su oído, habían sido como una chispa para encender un fuego en su interior. Harry la necesitaba. Empezó a quitarle desesperadamente el traje de gala, pero tenía muchos botones.
— Maldita sea, Potter, ultima vez que te pones este traje – le decía Ginny desabrochando al fin el ultimo botón y quitándole el saco.
— Lo siento – le decía entre besos – si hubiera sabido que me dejarías quedarme contigo, te juro que me hubiera quitado todo mucho antes – Ginny continuo besándolo y quitándole la demás ropa – Espera, mis lentes – le dijo al querer Ginny quitarle la corbata por la cabeza porque no había podido deshacerle el nudo.
— Perdón, pero ¿Por qué llevas tanta ropa? – le decía frustrada Ginny.
— Así son los trajes de gala.
— Los odio – continuo besándolo – aunque debo admitir que te veías guapísimo.
— ¿Me viste por televisión?
— Si, con este maldito traje difícil de quitar.
— Pero me veía guapo, tú misma lo has dicho – sonrió de lado.
— Te ves más guapo sin ropa – le dijo de manera seductora en el oído.
Harry sonrió aun más y la cargo para llevarla a la cama. Ginny solo llevaba una pijama sencilla, así que Harry no tuvo mucho problema al quitársela.
La besaba sin prisa, saboreando cada parte de su cuerpo. Ginny disfrutaba cada caricia que Harry le daba, se sentía plena y feliz, el hombre que amaba la estaba besando con infinita dulzura. A pesar de que lo estaba disfrutando, Harry quería más. Necesitaba estar dentro de Ginny. Sin dejarla de besar, se acomodó entre sus piernas. Sintió como Ginny formo una sonrisa en sus labios. Dejó de besarla para verla directo a los ojos y entró en ella. Ginny gimió de inmediato cerrando los ojos por unos segundos, pero después se conectó de nuevo con los ojos de Harry, esos ojos que desde que lo conoció, le habían encantado.
Hicieron el amor, sin ningún trato de por medio, sin ninguna condición.
Harry se acostó aun lado de ella para recuperarse. Todo le daba vueltas y su respiración era acelerada. Ahora no tenía ninguna duda: Ginny era genial en la cama. Pensó que la primera vez que habían estado juntos, ella le había hecho vivir la experiencia sexual más grande de su vida, pero solo porque sabía que llevaba más de un año sin hacerlo. En cambio ahora, estaba seguro que Ginny siempre era así.
— Otra vez – le dijo Ginny acostándose en su pecho.
— Tiempo.
— ¿Qué pasa, Potter?
— Me vas a matar – le decía tocándose el corazón.
— La primera vez no te quejaste.
— No me estoy quejando, simplemente...estoy respirando.
Ginny sonrió y tomo entre sus dedos el dije con el signo de las reliquias de la muerte que llevaba Harry en su pecho. Era el que ella le había regalado en su cumpleaños.
— ¿Aun lo conservas?
— Siempre.
— La otra noche no lo tenías.
— Me lo pongo cuando – se vieron a los ojos – cuando necesito que estés conmigo. Es como llevarte junto a mí. Y definitivamente esta noche, te necesitaba más que nunca.
— Entonces... ¿no estás aquí por Lily? ¿No viniste aquí para sentirte mejor estando con ella?
— Lily es mi fuerza para salir adelante, pero a ti – acarició un mechón de cabello pelirrojo – a ti es a quien necesito día con día para poder seguir con mi vida.
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¿Te utilizo, Te necesito?
RomanceHarry el salvador del mundo mágico. Ginny un auror con grandes ambiciones. Ambos se utilizaran para obtener lo que desean, hasta convertirse en una necesidad. Créditos absolutos a Nat Potter W