La princesa

•4•

En este momento vamos en camino hacia Culiacán, Santiago en todo el camino no a quitado su vista de mis pechos,tal vez piensa que no me doy cuenta pero no es ni por de simularla.

Verán les platicaré un poco sobre Santi, según mi nana es un muchacho súper tranquilo,inteligente, tímido y que nunca a tenido una novia,siento que es la muestra de un nerd.

Dicen que los nerd son muy buenos en la cama.

Por que rayos estoy pensando eso,ni que yo me quisiera dar a Santiago o si.

—ya llegamos Paulina- escuche que me llama el antes mencionado.

—excelente bajemos-conteste.

Bajamos y entramos a la plaza siendo vigilados por la gente de mi padre.

Llevo como cuatro horas de tienda en tienda y ya me estoy cansando así que decidí regresar al auto,según Santiago se fue a la camioneta desde hace como dos horas.

—y Santiago-le pregunte al chofer ya que no está en la camioneta.

—no estaba con usted señorita-me pregunta el muy estupido.

—no,acaso crees que si yo estuviera con el,te estaría preguntando-dije obvia,me iba a contestar cuando volví a hablar- quiero que encuentren a Santiago pero ya- medio grite.

Vuelvo a la plaza y empiezo a ver todas las tiendas buscándolo pero no lo veía por ningún lado.

—señorita paulina,ya logramos encontrar al joven.

No respondí y empecé a caminar atrás de él hasta que se detuvo frente a una librería,rápidamente entre y o sorpresa encuentro a un Santiago relajado charlando con una chica.

—Santiago-hablé sobresaltándolo a el y a su acompañante-té estado buscando como loca desde hace tres horas-hablé exagerada ya que solo había sido media hora.

—quien eres tú-hablo la acompañante del año-y por que tanto interés en Santiago.

—A ti que te importa niña metiche-no se por que pero tan sólo con verla me pongo de malas.

—claro que me importa,aparte no te enseñaron a no meterte en conversaciones ajenas- y esta que se cree.

—pero si hola,lo dice la moco..

—Paulina basta,vámonos-me interrumpió Santiago.

No dije nada y me dirijo hacia la camioneta bastante molesta,escuchaba los llamados de Santiago atrás de mi pero lo ignoré.

Me subí a una de las camionetas y cerré la puerta antes de que entrara.

—dile a Santiago que se vaya en la otra camioneta-le dije al chofer.

Al llegar al rancho me baje rápido del carro y entré a la casa.

—Pau puedes esperarme tan siquiera-no,pensé pero no contesté-Pau-Dios como castra-PULINA-grito esta vez.

—que son esos gritos.

—fernanda-hablé alargando la última vocal-solo se me quedó viendo confusa-soy Paulina.

—Dios mío santo,pero que grande estás pau pau-reí por su horrible apodo-como has estado,Iván ya me había dicho que habías regresado pero no te reconocía.

—nadie lo hacía no te preocupes-reí un poco.

—pero ven acá pequeña dame una abrazó.

Estábamos en medio abrazo cuando el castroso de Santiago nos interrumpe.

—Ah si hola mamá,me encuentro bien y tu.

—mi vida te vi hoy por la mañana no seas exagerado.

—si Santiago no exageres.

—tu eres la menos indicada para hablar de exageración-me dijo con ironía.

—veo que ya se conocen-nos miro feliz-espero se lleven muy bien y pau recuerda mi petición-dijo para después desaparecer de nuestro campo de vista.

Claro como olvidar el sueño de Fernanda,ver a su hijo casado conmigo,pero por favor eso jamás pasará por qué Santiago ni siquiera me llama la atención.

—paulina ahora si podemos hablar.

—No hay nada de que hablar Santiago-dije divertida.

—Bueno al menos te debo una disculpa por desaparecer así-pero que tierno.

—está bien te disculpo,buenas noches.

Subí las escaleras a paso lento,sabía que miraba mi trasero.