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OCTAVO MES.

Estoy sentada en la cama llorando mientras masajeo mi enorme panza de ocho meses, son las 3 de la mañana y yo sin poder dormir.

—¿Que pasa amor?- la ronca voz de archi me hizo saltar en mi lugar.

— me asustaste.

Sentí que se incorporó para quedar sentado a mi lado.

— cuéntame que te pasa hoy.

— Es.. es.. que me duelen mis pechos- solloce.

Sentí como Santiago levantaba mi olgada camiseta para después quitármela y dejar mis grandes pechos expuestos.

—santi..

—shhh- susurró suavemente mientras ponía su dedo índice en mis labios- solo disfruta princesa.

El sentir tu boca chupando uno de mis senos mientras que con una de sus mano lo masaje me hizo quedarme callada y no protestar.

Dios, esto se siente taaaan bien.

Gemí al sentí su mano libre hacer a un lado mis bragas y comenzar a jugar con mi clitoris.

Después de un rato sentia que iba a explotar y sin más lo hice soltando un fuerte gemido y dejándome caer un la cama, ya más relajada.

Vi de reojo a Santi, el cual estaba exitado, lo podía notar por el gran bulto que saltaba de su pijama.

Así que sin más me dispuse a relajarlo a él también.

La princesa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora