Capítulo 1

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Izuku

Fui un lector ávido en la secundaria. Leía diferentes cosas. Libros, mangas, cómics —los últimos son los que más me gustan—, revistas u alguna cosa que me quitara el aburrimiento. Leía todo. Hasta las instrucciones o ingredientes del champú, pasta de dientes o las bolsitas de papas, chetos y comidas.

Supongo que eso desarrolló mucho mi pensamiento rápido. Soy consciente de que puedo pensar mucho más rápido sobre las cosas que la mayoría de las personas. Eso me gusta.

Saber que no sirvo solamente para ganarle a un tipo a base de golpes.

—Izuku, ¿estás bien?

Miré a mamá, que está sentada enfrente de mi, tejiendo con sus dedos temblorosos. Verla así me recuerda mucho a la madre que tuve en mi niñez: bajita, delgada y con una sonrisa que iluminaba mi vida por completo. La diferencia es que ahora está demacrada por el cáncer, sin su cabello largo por las quimioterapias y con una sonrisa que apenas le llega a los ojos.

Aún así, sigue iluminando mi vida.

—Claro que sí —respondo, sonriendo de lado—. Estaba pensando que te ves hermosa, mamá.

—Mi niño, eres muy tierno. Ves a tu mamá hermosa aun cuando estoy de esta forma. Eso me llena el corazón.

—Eres hermosa siempre, no importa que pase con tu apariencia. Mi mamá siempre va a ser la mujer más linda del mundo.

Mamá suelta una risa, ladeando su cabeza.

—¿Y tu novia?

—¿La soledad? Uh, no sé, supongo que es guapa.

Ambos reímos juntos. Ver a mamá riendo me da mil años de vida. Ella es mi soporte. Solo ella. A veces pienso que nací por partenogénesis, que es la concepción sin un hombre de por medio pues Inko Midoriya ha sido mi madre y mi padre.

Ese hombre jamás estuvo en mi vida, ni tampoco quiero que lo esté. Supongo que debe ser feliz teniendo una nueva familia.

Siendo un cobarde que abandonó a su esposa a su suerte.

Tampoco necesité a un padre, con ella me basta y me sobra.

Mamá es la mejor.

—Hoy tengo una pelea —le dije. Las risas ya cesaron y una nueva mueca aparece en su rostro. Preocupación—. Parece que voy contra un tipo de los barrios altos. Ochako dice que es una apuesta segura hacia mi.

—¿Volverás tarde? No quiero que estés mucho tiempo fuera. Aún me preocupan esas peleas.

—Tranquila. En caso de que me tarde mucho, Ochako vendrá. Creo que tiene la noche libre. Su padre irá a ver la pelea. Apuesta por mi.

—¿Quieres que te guarde la cena?

—No te preocupes. Veré por ahí si como algo. —Me levanto del sofá, dejando un beso en su mejilla—. Si pasa cualquier cosa, solo dime. Iré contigo mañana a la clínica. Lo prometo.

—De acuerdo. Cuídate, por favor. No permitas que arruinen tu bonito rostro.

—Pff, claro que no.

Le sonrío una vez más antes de tomar mi mochila y salir de casa.

No se lo dije, pero hoy no solo daré esa pelea. Tengo toda la noche llena con dos peleas aparte de esa. Son las peleas que necesito para poder hacer el dinero de las quimioterapias de mamá.

Al inicio solo peleaba para el líder. Recibía una cierta cantidad para mamá y para mi, pero casi todo se lo llevaba él.

Cuando cumplí dieciocho, pude exigir casi la totalidad de lo que ganaba, quedándose él con el veinte por ciento.

Clandestino (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora