Capítulo 2

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Izuku

—Bien. —Tomura se sentó enfrente de mi, entregándome el primer fajo de billetes de la noche—. Fue justo que te hayas dejado golpear. Si no, la apuesta no habría tenido mucho sentido. ¿Te duele mucho?

Negué. —Es soportable. Los golpes que me dio fueron ligeros por el cansancio de ir de acá a allá. ¿Él está bien?

Soltó una risa. —Sigue sorprendiéndome lo mucho que te preocupas por tus contrincantes, y lo mucho que te contienes para no darles un golpe mortal.

Recuesto mi cabeza en el sofá pequeño que hay en esta sala, suspirando con fuerza.

—No respondiste.

—Sí, está bien. Él y su representante ya se fueron, aunque estaba furioso. No me sorprendería saber que quiere la revancha.

—¿Y el otro chico? ¿Ya está aquí?

—No, pero creo que está por llegar. Bueno, tengo que ir a revisar las siguientes apuestas con Kai, así que descansa. Himiko vendrá a...

—Que no se te ocurra enviarme a Himiko, Tomura. ¡Cada vez que limpia mis heridas las lame!

Otra risa. —¡Está bien! ¡Está bien! Le diré a tu amigo ese que venga a ayudarte, y de paso le daré un reproche por haber quedado como idiota en la última pelea. Nos hizo perder un montón de dinero.

—No seas duro con Denki. Él ni siquiera debería estar aquí —farfullé.

—Tuvo la oportunidad de irse y no lo hizo. Al quedarse aquí solo tiene que atenerse a las normas. Todos lo saben.

—Solo... solo tiene que entrenar un poco más. Yo le ayudaré y verás que va a ganar todo lo que le pidas.

—Eso espero, Izuku, eso espero. Nos vemos.

Luego de eso, salió de la habitación dejándome en una soledad que no duró por mucho tiempo porque entró Denki con toda su electrizante energía de siempre, acompañado de dos chicos.

—¡Eso fue brutal! —gritó, abrazándome—. Hiciste ¡pum! y luego ¡pam! Después ¡Bam! ¡Y cayó!

—Me asfixias —murmuré. Se separó y sonrió aun mas—. ¿Cuánto ganaste?

—No te diré —canturreó. Pareció recordar algo y después miró donde estaban los otros dos chicos mirando toda la situación—. Oh, ellos son Eijiro y Katsuki. Vinieron a ver tu pelea. Quedaron muy sorprendidos.

—Mucho gusto —saludó el pelirrojo, alzando su mano con alegría. ¿Es mi idea o él y Denki comparten la misma vibra?—. Fue muy varonil la pelea, ¿verdad, Katsubro?

—Supongo.

—Un placer. —Sonreí de lado—. Oye, Denki, ¿Eijiro es tu novio?

Reacción en cadena. Mi amigo se sonroja alternando su mirada entre el pelirrojo y yo. De igual forma ese chico, el cual ya parece estar tan rojo como su cabello.

—¡N-No! ¿Qué dices, Izuku? ¡Somos amigos!

—Claro, amigos —susurra el rubio cenizo, rodando los ojos.

—Somos buenos amigos —dice Eijiro, asintiendo una y otra vez—. Nada más que eso.

Auch. Creo que me dolió a mi por los dos.

—Va —respondo—. Ahora que estamos hablando de amigos, Denki, querido, ¿podrías ayudarme con las heridas? Supongo que para eso te envió Tomura

—¡Perdón! Lo había olvidado. —Levantó en sus manos el botiquín—. Solo tengo que ponerte un par de vendas. Tu rostro sigue intacto, pero tu cuerpo tiene un par de golpes. Y tu labio... Uf, amigo, ¿Cómo demonios te golpeó el labio? Nunca dejas que te golpeen el rostro.

Clandestino (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora