Capítulo 13

2.6K 464 154
                                    

Katsuki

Suspiro una vez que me quedo solo en los vestidores.

¿Qué tantas mentiras dije en esta conversación?

Muchas. "¡Eso fue algo que hice inconscientemente!", "¡Tú no me gustas!", "¡Apenas te soporto!", "Porque no es como si hubiera querido besarte", "No me parecías lindo en ese momento". Y esas son solo las que dijiste en voz alta, porque las de tus pensamientos, ni tú mismo te las crees.

Mierda.

Paso mi mano por mi cabello, frustrado. ¿Por qué esto se complicó así? Ya sabía yo que el alcohol es el causante de todos los males del mundo.

Maldigo a la estúpida de Mina por llamarme y decirme que fuera con ellos. Maldigo a Eijiro por llevar al Pikachu y yo tener que ir en su rescate. Maldigo haber estado con Deku en ese momento. Maldigo los estúpidos impulsos.

Pero más maldigo al vodka desgraciado, que en ese mismo bar, me hizo evitar la mirada de cuanta perra hubiera, solo para observar a Deku y sus expresiones incómodas y tiernas.

Porque desde que llegamos al estúpido bar, mi propósito fue mirar mal a cada perra y a cada maldito que tuviera la osadía de mirar a Deku por más de tres segundos. ¿Qué creían?

Él fue conmigo.

Conmigo.

Con-mi-go.

—Carajo —suelto, enfadado.

¿Qué demonios es esto?

¿Por qué me interesaba tanto lo que hiciera en ese bar?

Ya sé. Apuesto que me drogaron. Sí, es el único motivo por el cual Deku me pareció extremadamente hermoso. Nada más.

Ay, ajá. ¡Cómo te mientes! Al menos nuestro cerebro y corazón ya comprendieron lo que pasa, y tú sigues en negación. Muérete.

Muérete tú.

Camino hasta la puerta, abriéndola de golpe para salir aún más enfadado. La aglomeración de personas sube dos rayitas más la furia. El ver a Deku con la niñita a un lado del ring, hace subir cinco rayitas más.

Veo que una chica pasa con botellas de agua en una bandeja y tomo una, ganándome una mala mirada. La espanto con mis super ojos llenos de ganas de asesinar y se va rápidamente. Siempre sirve. Abro la estúpida botella de plástico y comienzo a beber de un tirón. 

Podríamos ir por vodka, no sé.

No aprendes, ¿cierto? ¿Quieres que termine besando al maldito otra vez? ¿Eso quieres?

Sabes que soy tu voz interna, ¿no? Yo sé todos tus secretos y el único que quiere ir a besarlo con o sin vodka de por medio, eres tú. Ríndete ante la tentación y aparta a la perra que toquetea sus abdominales con tanta familiaridad ahora.

Gruño al ver como la rubia esa hace lo que quiere y el bastardo no la aparta. 

Ugh. Quiero matar a alguien.

—¡Katsubro!

Perfecto.

Eijiro me hace una seña con su mano para que me acerque a donde están. Lo veo al lado de su novio —por fin, ya me estaba jodiendo demasiado con su depresión de "¿Por qué no me ama, Katsubro? ¿Qué me falta? ¿No soy lo suficientemente varonil? ¡¿Qué pasa?! Tengo el corazón tan roto,  mi Denki que no es mío, él no me quiere, lloro" y todo eso. No soy un jodido psicólogo—, el cual sonríe animadamente, conversando con la desgraciada de Kyoka, que me engañó para venir hasta aquí.

Clandestino (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora