Capítulo 6

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Izuku

Ver a mamá sorprendida y emocionada es algo que me llena el corazón.

No recuerdo quien es esa mujer, o si alguna vez la vi en mi vida, pero sí sé que ella y mamá deben quererse mucho para abrazarse con tanto cariño.

Es lindo verlas.

—Mitsuki —escucho decir a mi madre—. Te ves hermosa. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez. Es emocionante volver a verte.

La mujer rubia sonríe y asiente repetidas veces.

—¿Cómo estás? ¿Todo va bien? Te ves un poco enferma.

—Tengo un resfriado —responde mamá, dándome una significativa mirada.

No quiere que sepa sobre el cáncer.

—Ven, ven, siéntate a mi lado. Vine con Katsuki y Kota. Mira, están jugando por allá.

Ella señala. Mamá y yo miramos.

Seguramente no tuvo la misma reacción que yo al hacer contacto visual con el chico que hace horas atrás conocí como Katsuki Bakugo.

Sus ojos rubí miran directamente los míos. Puedo sentir esa incomodidad desde aquí, y estamos a bastantes metros.

—Katsuki ha crecido mucho —asegura mamá, sonriendo.

La amiga de mamá mira en mi dirección, sonriendo de lado.

Son idénticos.

Dos gotas de agua.

La única diferencia es que ella es mujer. Nada más.

—¡Inko, Izuku también está muy crecido! —se acerca a mi, tomando mis manos con confianza—. No me recuerdas, ¿verdad? Eras un niño pequeño cuando te vi y ahora eres todo un hombre, ¡que lindo estás, Izuku querido!

—Eh... —Demasiado contacto físico, ayuda—. H-Hola...

—¡Pero sigue siendo igual de tímido! —ríe ella junto con mamá. Ambas parecen felices riendo a costa de mi tartamudeo.

—Lo siento, a veces sigo teniendo esa actitud infantil —me disculpo, sonriendo—. La verdad es que no la recuerdo mucho.

—¡No te preocupes, querido Izuku! Mhm, llamaré a Katsuki y Kota para que vengan a saludar. —Me suelta y se gira en dirección a las dos personas que siguen mirado hacia aquí. Mamá me toma del brazo. La aferro con fuerza a mi. A veces tiene mareos—. ¡EH, KATSUKI, VEN AQUÍ! ¡Y tú, Kota, también!

Tanto el chico como el niño ponen rostro de disgusto, pero de todos modos se acercan.

A medida que el llamado Katsuki avanza, puedo sentir como me taladra con la mirada.

Creo que sigue enfadado por lo de ayer...

—Este es Katsuki —lo presenta su madre—. Seguro tampoco lo recuerdas, a pesar de que jugaban juntos cuando eran niños. Oh, que lindos recuerdos.

Miro a mamá, preguntándole si es verdad. Ella asiente, aún con la sonrisa.

Aprieta mi brazo. —Izuku no recuerda mucho de su infancia. Katsuki, que apuesto te ves. Ah, claro. Tampoco debes recordarme. Soy Inko. Una vieja amiga de tu madre.

—Es un gusto —farfulla, desviando la mirada.

¿Yo jugaba con alguien como él? Se ve como si me fuera a asesinar en cualquier momento...

—Y este es Kota —dice Mitsuki—. Hoy está a nuestro cuidado.

El niño me mira directamente.

—¿Por qué tienes tantas cicatrices en los brazos?

Clandestino (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora