𝙻𝚒́𝚖𝚒𝚝𝚎𝚜 [𝚂𝚎𝚟𝚖𝚒𝚘𝚗𝚎]

Sueños✳

Los paseos diarios al lago negro se convirtieron en una especie de rutina bienvenida para Snape y Hermione. A veces simplemente se sentaban a leer, disfrutando del cómodo silencio, mientras que otros días mantenían conversaciones profundas sobre un montón de temas diferentes.

Hoy era una de esas tardes, los dos estaban hablando y Severus decidió preguntarle a la bruja por sus amigos, o más bien por la falta de ellos después de la guerra "¿Cómo les va a Potter y a los Weasley?" la pregunta era casual. Intentaba no presionarla al respecto si no estaba preparada.

"Harry se casó con Ginny y ella está esperando. Parecen muy felices por lo que he oído. Ron, bueno supongo que también está bien aunque tengo que admitir que perdí la cuenta de todas las chicas con las que se involucró." Se limitó a explicar.

"¿Cuándo fue la última vez que las viste o al menos hablaste con ellos? Seguro que están muy preocupados por ti..." dejó escapar un suspiro antes de murmurar un lo dudo mucho. No podía entender lo que quería decir. Eran amigos desde hacía 7 años y ¿ahora? No podían dejarla ir así como así, ¿verdad?

"Ya no somos niños, Severus. Las cosas han cambiado, las circunstancias han cambiado. Ellos tienen su vida y yo la mía, eso es todo". Se metió una fresa en la boca.

"¿Qué ha cambiado?" Pregunté confundido.

"Ellos están ocupados con el trabajo del ministerio, haciendo bebés o siendo un pavo real de cabeza hueca. Yo simplemente no encajo en esa trama. Ya no soy 'útil'".

Él la miró con incredulidad "Hermione, eso es.."

Ella cortó a Snape levantando la mano. "Está bien, Severus. Cambiemos el tema a otra cosa, ¿está bien?" Él no discutió aunque quería hacerlo.

"¿Cómo crees que me fue en los exámenes finales?" Preguntó mirando a lo lejos.

"Estoy seguro de que lo hiciste increíble y estoy deseando que seas mi aprendiz". Él le sonrió y ella le devolvió la sonrisa con una propia.

Era tarde y el aire cálido se transformó en un viento fresco. Hermione se estremeció pero se negó a retroceder. En su lugar, recostó la cabeza en su regazo y miró el cielo nocturno. Se estremeció ligeramente cuando el viento aumentó y Snape se quitó la capa envolviéndola suavemente.

"Gracias", susurró ella antes de cerrar los ojos y acurrucarse más en su regazo.

Unas horas después; de vuelta en las mazmorras de los dormitorios de Snape

Snape

Estaba tumbado junto a Hermione pero no conseguía dormirme. Demasiados pensamientos pasaban por mi cabeza.

"¿Quería decir lo que había dicho unas noches antes?", "¿podría ser este sentimiento realmente mutuo?", "¿por qué querría a alguien como yo? Soy viejo y sarcástico... ella podría tener algo mucho mejor".

Salí de mis pensamientos cuando sentí que se movía a mi lado. Murmuró algo y su respiración se entrecortó. ¿Estaba teniendo una pesadilla? Sus gemidos me demostraron que estaba equivocado. Parecía más bien un sueño íntimo y, no voy a mentir, disfruté viéndola así. Era tan caliente...

"Severus" gimió y se me heló la sangre.

¡Estaba soñando conmigo!

Una sonrisa perversa se dibujó en mi rostro mientras la observaba. De repente, abrió los ojos y me miró directamente.

"¿Severus?", preguntó un poco ronca "¿Te he despertado?". Me reí y negué con la cabeza. "No pequeña leona, de todas formas no estaba durmiendo. Pero  dime ¿qué fue lo que soñaste que te puso tan... excitada?" Aunque la luz de la habitación era tenue pude ver el rubor que se extendía por su pecho y su cara. "No es nada", murmuró antes de esconder su cabeza en mi costado.

Es increíble los unidos que nos hemos vuelto a lo largo de este último año. Incluso diría que es la única a la que he dejado estar tan cerca...

"Pues no ha sonado a nada, cariño" mis dedos recorrieron delicadamente su columna vertebral provocando escalofríos en su cuerpo.

Ella, distraídamente, dejó escapar un gemido y al instante se tapó la boca.

"No te avergüences. Me gustan los sonidos que haces cuando estás excitada".

Ella se sonrojó de un tono más intenso de rojo, si es que eso era posible "Yo no..." intentó formar una frase coherente pero mis manos errantes parecían ser una gran distracción.

"No es nada malo que estés excitada" ronroneé en su oído antes de lamer el lóbulo de su oreja y hacerla gemir.

Quería hacerla mía, pero sabía que ahora no era el momento.

Volví a llevar mis manos a su espalda y la atraje hacia mi lado. "Ya es hora de dormir. Hablaremos de esto por la mañana". Ella emitió un gruñido de decepción, pero no discutió.

Se acurrucó a mi lado y cerró los ojos, inhalando mi aroma.

Esta bruja era algo especial.