𝙻𝚒́𝚖𝚒𝚝𝚎𝚜 [𝚂𝚎𝚟𝚖𝚒𝚘𝚗𝚎]

Es una sorpresa✳

Como Hermione ya no era oficialmente una estudiante, sino la aprendiz de Snape, se le permitió sentarse con él en la mesa alta durante las comidas. Snape utilizó este privilegio en su beneficio y posó su mano en el muslo de ella, como hacía siempre desde hacía un mes.

Se habían convertido en pareja, pero lo mantenían en secreto para el personal y los alumnos. Bueno, eso era hasta hoy.  Severus decidió que era el momento de anunciar su relación, para que todos supieran que ella era su bruja. (Realmente le molestaban todos los silbidos y coqueteos que los hombres lanzaban tras ella)

No, ella era suya, y sólo suya y hoy le pediría que se uniera a él. Lo había planeado muy bien, y ahora estaba a punto de hacer su movimiento.

Al terminar la cena, la guió hacia el pequeño jardín de rosas en la parte trasera de la escuela. Era un lugar escondido que le encantaba y lo eligió para su propuesta. En cuanto estuvieron fuera, le cubrió los ojos con las manos, guiándola hacia su destino.

"¿Qué estás haciendo, Severus?" Ella soltó una risita.

"Es una sorpresa" respiró él en su oído.

Pronto llegaron al jardín y él la guió suavemente para que se sentara en un banco, quitándole las manos de los ojos.

Un grito ahogado salió de sus sonrosados labios al descubrir la belleza del lugar "Severus" sus ojos seguían escudriñando el lugar "esto es taaaan hermoso".

"En efecto, lo es. Pero aun así no es nada comparado contigo, mi dulce bruja". Depositó un suave beso en su sien antes de sentarse a su lado.

Ella se sonrojó ante su cumplido y sonrió dulcemente.

"Este lugar es algo especial para mí". Comenzó "Planté el primer rosal cuando estaba en segundo año aquí en Hogwarts y añadí uno cada año después."

"Vaya" exclamó Hermione asombrada.

"Eres la primera en ver este lugar, en estar aquí. Eres especial para mí. Yo... no sé qué haría sin ti; tu actitud de mala leche cuando alguien se mete contigo o con alguien que te importa, tu bondad, tu amor y tu comprensión. Me encanta todo de ti. Está tu impresionante intelecto emparejado con una mirada igualmente impresionante. Tus hermosos ojos que cambian de color según tu estado de ánimo, tus rizos color caramelo que enmarcan con tanta gracia tu cara y Merlín, esas largas piernas que me vuelven loco cuando no llevas nada más que mi camiseta". A estas alturas las lágrimas se estaban formando en los ojos de la bruja mientras miraba al mago oscuro con adoración. "Todavía no puedo entender cómo he tenido tanta suerte de acabar contigo, pero doy gracias a Dios todos los días por ello. No quiero pasar ni un solo día sin ti a mi lado. Quiero apreciarte, amarte para hacerte la bruja más feliz de la tierra que.." Jugueteó con algo en su bolsillo antes de arrodillarse "Hermione Jean Granger, te quiero más que a la vida misma, ¿me harías el honor de convertirte en la Señora Snape? Hermione, ¿quieres casarte conmigo? ¿Te unirías a mí?" Preguntó, con la voz temblorosa.

"¡Sí, sí, lo haré! Oh, Severus, ¿qué he hecho para merecerte? Por supuesto que seré tu esposa!" Ella le echó los brazos al cuello, besándolo apasionadamente. "Te amo tanto" gritó en su cuello, antes de retroceder dejando que él se levantara.

"Te conozco desde hace tanto tiempo y todavía consigues sorprenderme". Él sonrió poniéndole el anillo en el dedo.

"No voy a mentir, estaba ansioso de que dijeras que no" se rascó la nuca.

"¿Por qué demonios iba a hacer eso, Severus? Eres todo lo que siempre quise y más!" Ella le sonrió de forma tranquilizadora.

"¿Siempre quisiste un viejo sarcástico y roto?" Bromeó y ella le golpeó juguetonamente el pecho

"Siempre quise un mago amable y cariñoso" le acarició la mejilla con ternura. Él sólo negó con la cabeza y se rió. "El anillo es muy bonito, Severus" sonrió admirando la joya.

"Estuvo en mi familia durante muchas generaciones. Estoy orgulloso de que seas tú quien lo lleve" le besó la parte superior de la cabeza."Y ahora", dijo alegremente "es hora de plantar un rosal"

"¿De verdad quieres incluirme en tu tradición?" Su voz era temblorosa, esto significaba mucho para ella. Era algo tan privado e íntimo y él le permitía formar parte de ello.

"Nuestra tradición" le susurró al oído antes de empezar a cavar un agujero para la planta.

Hermione la bajó lentamente dentro y juntos cubrieron las raíces con tierra antes de que Snape dejara salir agua de su varita, para regarla.

"Es increíble" exclamó Hermione "gracias por compartir esto conmigo".

"No hay nada que agradecer" sonrió él antes de lanzarla por encima de su hombro, haciéndola jadear y reírse.

"Creo que nos espera una celebración en nuestros aposentos" gimió antes de dirigirse a las mazmorras...