My Sex Instructor (Jenlisa G!P) [Corrigiendo Errores]

Capítulo 5

LISA.

– Claro – dijo caminando con lentitud nuevamente al sofá.

– ¿Por que nunca antes habías... tenido sexo?. – pregunté sentándome a su lado – es decir, tu eres ya sabes... sexy ¿Cómo es que ningún chico o chica se ha interesado?

– No lo sé – se encogió de hombros – No soy de andar por ahí pensando o relacionando todo con sexo y tampoco se había presentado la oportunidad hasta ahora.

– Pensé que dirías algo como "Esperaba que fuera especial".

– ¡Soy realista! – exclamó ella – Todo es muy lindo y especial hasta que terminas tu relación y el chico comienza a hablar con sus amigos de como le hizo para follarte con lujos y detalles.

– ¡Vaya! – exclamé – Eres lista. – río

– Tal vez, o tan solo dudo, pero tu no lo harás, confió en ti... – puede que suene anticuado pero, para mí entregar la virginidad no es cualquier cosa.

– Claro que puedes confiar – dije sonriendo, no solían pedirme cosas como estas y la verdad no soportaría que alguien la humillara al hablar sobre su persona de esa manera.

– Gracias – correspondió a mi sonrisa.

– Tranquila– hice una pausa – pero ¿Cómo estas tan segura de que no te sentirás incomoda?

– No estoy segura de ello, pero sé que me siento más cómoda contigo que con Kai – admitió – pues con él me pondría nerviosa y no quiero cometer alguna estupidez – reí

– Me encargaré de que eso no suceda – observé mi reloj – pero ahora es algo tarde y debo irme...

– ¿Tan rápido? – reí

– Son las 10 de la noche, Jane.

– Mierda, pensé que era más temprano – dijo levantándose del sofá a la par junto a mi.

– De acuerdo, adiós Jenduki – dije cuando esta logró abrir la puerta.

– Adiós Lili.

– Hasta mañana – sonreí – iré pensando en algo que enseñarte.

– Esta bien – dijo un poco avergonzada antes de cerrar la puerta.

Aun seguía perpleja por aquel favor que ella me había propuesto, he estado con muchas
chicas... algunas solteras otras no, pero con Jennie es distinto, ella es como una hermana para mí y no me agradaría la idea de que Kai piense que es una cualquiera al verse en esta situación conmigo, así que supongo que estoy metida en algo serio.

Pero viendo el lado positivo, no creo que sea tan malo enseñarle, pues tuvimos un buen comienzo, para ser virgen y con poca experiencia le sería fácil llevarse a quien
quisiera a la cama si lo besa de esa manera, incluyéndome, ya que si no me hubiese
separado estuviese volviéndola toda una experta en estos momentos. Pero acordamos
que sería de manera pausada así que esto será divertido.

– ¿Dónde estabas?

– ¡¿Que demonios?! – exclamé al entrar a casa y encontrarme de la nada a Mark en el sofá.

– Vaya, que buena manera de saludar.

– ¿Qué haces aquí?

– Pues en casa me aburría y antes de que me preguntes como entré, conozco sobre la llave
que escondes bajo la maceta. – reí

– Cierto, yo de idiota te dije en donde las escondía para que pudieras fingir que este era tu departamento.

– ¡Eres mas ordenada Manoban! No podía meter a esas dos rubias en mi...

– ¿Pocilga? – terminé su oración. Él río

– Exacto.

– Pues no te acostumbres –me dirigí a la cocina – mi departamento no puede ser tu motel.

– Lo sé, fue solo una vez – levantó sus manos para demostrar su inocencia.

– Más te vale – lo señalé con un tenedor.

– ¿Dónde andabas?

– Con Jennie – dije colocando el tenedor en su lugar.

– ¿No crees que a Kai le moleste que pases tanto tiempo con ella? – bufé

– Eso sería una completa idiotez, no es como si yo se la fuese a robar o algo así.

– Solo digo que a cualquiera en su sano juicio le molestaría la presencia de la mejor amiga, con miembro y preferencia hacia las mujeres, de su chica todo el tiempo.

– Nunca he estado estorbando cuando ellos
están juntos.

– No, pero pasas mucho tiempo con ella...

– No soy yo quien pasa mucho tiempo, es él quien pasa poco.

– Buen punto – hizo una pausa – ¡Oye! Kai me comentó que la invitaría a salir y que al fin se acostaría con ella.

– Bien por él – dije mientras me dirigía nuevamente al sofá.

– ¿Crees que ella sea buena?

– No lo sé, ni tendrías por que preguntármelo.

– ¿Que? ¿Nunca te lo haz preguntado con ella o con otra chica?

– Pues sí, pero nunca me pongo a debatirlo con alguien más. Esta mal.

– ¡Tú te acuestas con todas las mujeres que conoces! No digas lo que está mal y lo que no lo está- reí

– Tal vez, pero no es como para andar por ahí comparando.

– ¡Oh cuanta caballerosidad, Manoban! – exclamó con voz de niña mientras agitaba sus manos.

Solté una carcajada

– No del todo pero si soy discreta en ese aspecto ¿Cuándo será su cita?

– ¿Te aparecerás ahí cierto? - río.

– No imbécil solo quiero saber.

– Es el sábado de la semana entrante.

– ¡¿Qué?! ¿Qué día estamos hoy?

- Viernes

– ¿Entonces mañana?

– No idiota ¡El sábado de la semana entrante!

– Oh.– exclamé un poco aliviada

Pero al parecer debía adelantar un poco mis planes pues, solo nos quedaba una semana.