My Sex Instructor (Jenlisa G!P) [Corrigiendo Errores]

Capítulo 32

– ¡Que tú le gustas, idiota! ¡Le gustas!

– Bien, la verdad es que no sé si reirme o llorar por tu mal chiste, Nayeon.

– No es ningún chiste, ¡le gustas, Jen!

– Oye, no es por ponerme de estupida e impertinente ante tu argumento, pero eso no
tiene sentido ¿Cómo puedes gustar de alguien de un dia para otro?

– Es bastante posible comenzar a sentir
atracción por alguien de un dia a otro – dijo – y más aún si llevan dias jugando a la maestra y a la alumna versión erótica – rió – cosas como esas le despiertan cierto interés a cualquier persona.

– Lalisa se ha acostado con miles de chicas y no se ha visto realmente interesada por
ninguna... al menos hasta donde yo sé.

– Tú no vives en su cabeza para saberlo, tal vez sí se ha visto interesada por varias ¿Quién sabe?

– Bien – dije con incredulidad – ¿Entonces
cuál es tu punto?

– Mi punto es que, tal vez debas considerar
lo que te digo y bueno, me iré antes que Mark
comience a husmearme – dicho esto soltó una risa y culminó la llamada.

Luego de hablar con Nayeon, mi cabeza había
quedado dando más Vueltas de las que por sí
ya daba. Si juntaba el hecho de las extrañas
miradas de Lisa en todo el dia de hoy, su actitud en el pasillo y el beso en la lavanderia, lo que decía Nayeon comenzaba a tener un poco de coherencia, pero ella no podia estar viéndose interesada en mí... ¡Esa mierda no tenia sentido alguno!

Entre tanto pensar y no conseguir una respuesta lo bastante coherente ante todo esto, el sueño poco a poco fue consumiéndome hasta dejarme totalmente inconsciente.

•••

Mis ojos se abrieron con dificultad, mi espalda adolorida hizo un sonido cual chasquido al levantarme del sofá, «maldición, no debí haberme quedado dormida ah» Con los ojos entrecerrados aún y con la mente
en blanco, busqué torpemente mi celular para ver la hora -6:30 am- pasé las manos por mi rostro soltando un gruñido y me dirigí hacia la habitación a cambiarme, parecía como si hace unos segundos hubiese cerrado mis ojos y justo ahora debía cambiarme para ir a la universidad.

Entre gruñidos y a regañadientes me dirigí
hacia el baño para mi aseo personal, luego me dediqué a buscar alguna ropa decente para colocarme, tomándome mi tiempo en ello, después de todo me quedaba media hora para estar lista.

Mientras luchaba para conseguir alguna prenda que ponerme, mi teléfono vibró indicando un mensaje

Kai: "Amor, paso por tí en veinte"

Maldije soltando el teléfono, sin siquiera
responderle

– Veinte minutos, veinte minutos – repetia mientras buscaba desesperadamente.

Optando por lo simple y básico «como de costumbre» jeans, camiseta, zapatos y bolso
que convinen con la camiseta, me dirigí hacia
el espejo para arreglar mi cabello, dejándolo
caer sobre mis hombros, a fin de cuentas esta
mañana no estaba tan desastrosa como otras
veces, y por último maquillando mi rostro para disimular aquella cara de espanto fantasmal que cargaba en ese momento.

Era de esperarse, dudo que algún ser en este
mundo se despierte a las seis de la mañana con un aspecto de portada.

Kai pasó por mi justamente a los veinte minutos, por suerte estuve lista para ese entonces, de manera apresurada nos dirigimos hacia el instituto llegando justo a la hora «pura suerte»

Entré al aula y como de costumbre todos
estaban reunidos en ciertos grupos separados charlando hasta que el profesor se dignase a llegar.

– Llegas tarde, Ruby Kim – dijo Mark mientras me veía pasar frente a ellos.

– Siete en punto, el reloj no miente – señalé mi celular.

– ¡Exclamó el señor puntual! – dijo Nayeon
quien venía detrás dando referencia a Mark.

– Pues... – encogió sus hombros.

Ambas reímos y seguimos hasta la parte
trasera del salón, el resto de la clase fue algo
totalmente irrelevante y poco interesante.

– ¿Haz hablado con Lalisa? – me
preguntó Nayeon mientras saliamos del aula.

– No –  respondi buscando a Kai con la mirada.

– ¿Por qué?

– ¿Qué se supone que deba decirle?

– ¡Oh vamos, no me digas que estás molesta
con ella!

– No estoy molesta con ella – aclaré – me disgustó que me besara de la nada, eso es todo, pero no estoy resignada, Nayeon no soy tan estúpida.

– Entonces ve y siéntate con ella – señaló a Lalisa quien se encontraba a unos metros
de nosotras sentada en un banco mientras
jugaba con su celular – mira lo sola que está

– Necesito conseguir a Kai.

– Vamos a saludarla. – insistió

– ¡Mierda Nayeon, qué pesada eres!

– Oh vamos, solo mírala...

– Bien – dije.

Nayeon sonrió ampliamente y con entusiasmo se dirigió hacia ella. La verdad no sé que pretende con todo esto pero, creo ya haberles mencionado que tengo una amiga bastante entrometida.

– ¡Manoban!– exclamo Nayeon despeinándole el cabello.

– Hola Nay – dijo subiendo la mirada mientras peinaba nuevamente su cabello.

– Vaya pero que delicada, Lisa – rió – Ven aquí, dejame despeinar tu Fleco.

– No gracias y sigue soñando – dijo riendo

– ¿Qué estás haciendo, eh? – preguntó
sentándose a su lado, vaya creo que no le da vergüenza.

– Nada – dijo dirigiendo su mirada hacia mí
mientras guardaba su celular en uno de sus
bolsillos – ¿De qué clase acaban de salir?

– Fisica – respondi.

– Ah... – musitó asintiendo – ¡Hey, Jennie! exclamó levantándose frente a mí – ¿Tienes un segundo?

– Claro.

– O tal vez no – dijo Nayeon señalando a Kai quien caminaba en sentido hacia nosotras

– Lo siento, luego hablamos ¿si? – dije hacia
Lalisa

Ella desvió su mirada unos segundos y sin ninguna expresión en su rostro asintió, sentándose nuevamente.

Ignoré su gesto de disgusto hacia lo sucedido, me di la vuelta sobre mis talones y me dirigi
hacia Kai quien me observaba sonriente.