LALISA.
Todo el maldito día estuve sintiendo una endemoniada mirada acosándome, proveniente de La tierna Nayeon. Las primeras horas me causaban paranoia y molestia, pero luego conseguí ignorarla, aunque no sé qué demonios es lo que quiere y realmente me tiene incómoda que no aparte esa mirada de muerte sobre mí.
– ¿Cómo te fue con Sungmis ayer? – me preguntó Mark ignorando la clase por completo.
– Me fue bien – sonreí y él rió
– Ella está en el club de gimnastas.
– No lo sabia, no sé nada de ella y no me interesa en realidad pero es accesible y deliciosa, así que puede que la invite a salir de nuevo.
– Serías una idiota si no lo hicieras.
– Lo sé.
– ¿Oye Puedo preguntarte algo?
– Depende... – bromeé y él rió
– Idiota ¿Por qué Sungmin?
– ¿Cómo que por qué?
– ¿Por qué fue ella la chica a quien decidiste coquetearle al darte cuenta de que no tenías oportunidad alguna con Jennie?
– No lo sé – me encogí de hombros –. Sólo la vi y me pareció hermosa.
– ¿No te has dado cuenta de que ambas son muy parecidas? – preguntó enarcando una ceja – ¿es pura coincidencia?
– Es pura coincidencia, supongo.
– Sé que no lo es Manoban.
– Cree lo que quieras.
– ¡Oh no te amargues pedazo de idiota! Siempre te amargas cuando una chica te rechaza o algo.
– No lo hago, suele darme igual.
– No, no suele darte igual.
– Esta bien ¿si? Me gusta porque se parece a Jennie, ¿Feliz?
– No tanto ¿Prefieres a Jennie o a Sungmin?
– Prefiero a la que puedo tener.
– ¿No será al revés?
– Sabes que sí lo es – admití – ¿Pero qué sentido tiene decirlo?
– Tiene mucho sentido.
– ¿Por qué así me convenzo de mi fracaso?
– Así te dejas en claro que quieres a Jennie.
– ¿Pero qué jodido sentido tiene tenerlo claro cuando ella esta con el maldito de Kai?
dije lo suficientemente fuerte como para que consiguiera escucharse en todo el salón de clases, por suerte ahí no estaba Jennie, ni Kai, tan solo Nayeon y Mark.
– Intenta hablar un poco más bajo si no quieres que esto llegue hasta Sungmin.
– Lo sé, pero es que me colmas la paciencia, Tuan
– Oye, para eso estoy – río.
– El punto es que si ella está bien con ese idiota ¿Qué puedo hacer? No te miento, la extraño y no la quiero lejos pero no puedo hacer nada, así que entre más lejos esté de ella mejor le irá con Kai ¿no? Y así también me evitare un lió con este tipo.
– Tienes razón pero...
– Yo sé lo que hago, si él le llega a hacer daño estaré ahí para ella, siempre estaré ahí para ella pero por ahora es mejor alejarme.
Mark dejó de insistir con el tema luego de esto y al salir de la clase me dirigí hacia la cafetería, ya que había quedado con Sungmim en vernos ahí. Sé que es estúpido escoger a una chica parecida a ella, pero no pude evitarlo y he estado luchando para no decirle Jennie en ningún momento, pues ahí sí estaría realmente jodida
– Hola Lalisa – dijo sonriente mientras se levantaba de la silla a saludarme.
– Hola linda – dije besando su mejilla.
– Te estuve esperando aquí casi diez minutos.
– Lo siento, estaba con Mark y al llegar aquí hay tantas personas que no podía encontrarte.
– Está bien – sonrió.
Me senté junto a ella a platicar de estupideces, sin duda hablaba demasiado para mi gusto, pero daba igual, cualquier defecto de ese tipo me daba igual.
Había pasado casi una hora y yo estaba ahí sentada escuchándola hablar sin parar, preguntándome si no se habría quedado sin saliva todo ese tiempo. Y la necesitaba con su boca húmeda, así que esperaba que tomara algo de agua luego de esto. También me preguntaba cómo demonios hacía para conseguir tanto de que hablarme, yo en lo personal no soy de pocas palabras pero tampoco de tantas y eso es seguro.
Si, estaba algo aburrida ahí con ella, pero no me importaba ya que tan solo reír y asentir ante Cualquier cosa era lo suficientemente encantador para ella.
– ¡Hola, pero que lindas ustedes dos! – exclamó una voz conocida detras de mí – Que lindas, de verdad ¿no creen?
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My Sex Instructor (Jenlisa G!P) [Corrigiendo Errores]
Fiksi PenggemarKim Jennie a sus no muy escasos 18 años era totalmente ignorante cuando de sexo se trataba, esta no solía darle importancia a tal hecho, hasta que notó que la oportunidad pronto tocaría su puerta y estaba totalmente convencida de lo humillante que s...