My Sex Instructor (Jenlisa G!P) [Corrigiendo Errores]

Capítulo 30

– ¿Quieres entrar de nuevo al juego, Lalisa, o prefieres quedarte observando como finge que no ocurrió nada?

– Está bien pero ¿Por qué haces esto?

– Noté lo mucho que la observabas, jennie es mi mejor amiga y... – la interrumpi.

– Oye no, no creas que estoy enamorada de
ella.    (Si si si y yo soy Activa :v, bueno sigan leyendo xd)

– Lo sė, al menos no ahora – rió – no trato de
hacer que ambas se enamoren, solo quiero que se diviertan, nada serio, ¿me explico? Por que claro está que ninguna de ustedes dos está feliz porque sus "encuentros" hayan acabado.

– Bien, de acuerdo ¿Que hay que hacer?

– Tú solo vé con ella cuando tengas la oportunidad y yo me encargo del resto – sonrió.

Asentí confundida, tomé la soda del refrigerador y salí de la cocina detrás de ella, para ser sincera en cierta parte siento que no me vendria nada mal su ayuda, a fin de cuentas mentiría si dijera que no me agradaría una vez más.

– ¿Que hora es? – preguntó Mark estirando sus brazos mientras bostezaba.

– Seis de la tarde – dije parándome frente a
ellos mientras abría la soda.

– Es temprano aún – dijo Nayeon – ¿Qué quieren hacer?

– Yo creo que debería irme – intervino Jennie levantándose del sofá.

– ¡No seas aguafiestas Jane! – exclamó JB.

– Debo ir a estudiar, pueden seguir con lo que
quieran pero yo debo irme – fingió una sonrisa, sacudió su pantalón y caminó hasta la mesa en donde se encontraba su bolso.

Nayeon estaba sentada en uno de los sofás y se levantó rápidamente detrás de Jennie, quien tenía que pasar por frente mío para ir hacia la mesa.

– ¡Oh vamos Jennie, JB tiene razón! – exclamó empujándola de una manera aparentemente accidental, provocando que Jennie tropezara conmigo, haciéndome derramar la soda sobre mi camiseta.

– ¿¡Qué demonios?! – pregunté disgustada
observando a Nayeon quien sonreia con
cinismo.

– Oh maldición, lo siento Lisa – dijo Jennie pasando su mano desesperadamente por mi
camiseta, consiguiendo solo empeorarla.

– No te preocupes, no fue tu culpa fue. – Nayeon interrumpió

– Demonios mujer ¿acaso tu torpeza no conoce limites? – bromeó mientras reía.

– Pero... – habló Jennie pero fue interrumpida por Nayeon nuevamente.

– ¡Ve a ayudarla con ese desastre por lo menos! – rió nuevamente.

– ¿Cómo? – pregunté.

– Solo le empeoré la camiseta.

– Ve al cuarto de lavandería – dijo Mark – y quiten esa mierda con algún producto.

– ¿Donde está? – preguntó.

– Subiendo las escaleras, la única puerta a la
izquierda – indicó.

– Bien, ven aquí – me hizo una seña para que
fuera detrás de ella.

Mientras subía las escaleras detrás de Jennie pude entender todo esto, además era bastante lo que había hecho Nayeon.

– Es aquí – dije al vernos frente a la puerta.

– Lo sé – la abrió lentamente y se adentró en la habitación.