Capítulo 23

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JENNIE.

Mantenia mis ojos cerrados mientras dejaba
que el agua cayera por todo mi cuerpo, por
mi mente no pasaba absolutamente nada en
ese momento, estaba totalmente despejada y
como por arte de magia y de manera repentina sentí unas manos rodear mi cintura desde atrás, aquello me exaltó al instante provocándome dar un pequeño salto del susto.

¿Que mierda le pasaba a Lalisa?

Antes de que pudiese reaccionar o sacarla a
patadas del baño, me volteó rápidamente hacia ella, besándome con desenfreno aunque de una manera demasiado excitante. No podia alejarme porque me sostenía firmemente por la cintura, sus labios me obligaban a seguir el juego, me era dificil separarme de ella, aunque debo admitir que hubieron unos instantes en los que ni siquiera lo intenté.

– ¿Que mierda haces? – pregunté cuando al fin pudimos acabar con el beso, cubriendo mis pechos con ambas manos algo avergonzada.

– Te había dicho que luego iríamos por una
ducha, lo había olvidado – me observó con
descaro y una pequeña sonrisa pícara se dibujó en su rostro mientras las gotas de agua bajaban por su rostro –, por suerte lo recordé y ya no hace falta cubrirse amor, no tienes nada que no conozca.

– Pero, no puedes entrar y solo... – las palabras no brotaban, estaba muy avergonzada – ¿Que no te cansas? ¿Tanta energía tienes?

– No, no suelo cansarme, soy como una
máquina, capaz de causar cien orgasmos y seguir dando para más ¿te lo demuestro? – preguntó acercándose a mí con aquella sonrisa de "sé que lo quieres" pegada a su rostro, dejándome contra la pared sin escapatoria alguna.  Yo por mi parte luchaba por mantener la vista fija en sus ojos y no bajarla hacia donde no debería

– ¡Yah, Lalisa!

– Jenduki – dijo con un poco mas de seriedad
– seré clara, quiero hacerlo contigo de nuevo
¿bien? Porque sé que mañana no podremos hacerlo, pero no te forzaré, solo lo haré si tu
quieres seguir con esto.

Maldita sea, por supuesto que quería, pero
al decirle "Si quiero" ella tal vez lo estaría
tomando como un: "sí Lisa, házmelo duro justo aquí, yo te dejo, haz conmigo lo que quieras ¿no ves lo fácil que soy?"

– ¡No puedo! – exclamé.

– ¿No puedes o no quieres?

– No puedo – repeti.

– ¿Puedo hacer el intento de cambiar tu
opinión? – sonrió.

No dije nada al respecto, solo asentí.

– Si has cambiado de opinión solo pídemelo – dijo pasando sus manos por mi cintura.

– De acuerdo.

Lisa sonrió, abrió un poco más la regadera, acercó sus labios con lentitud y dió comienzo a un beso, tan erótico y lujurioso que resultabaimposible no querer seguirle a la par. Imposible. Sus labios bajaban hacia mi cuello, recorriéndolo una y otra vez, causando que jadeara una que otras veces.

– ¿He mencionado antes que puedo darte el
mejor orgasmo de tu vida? - preguntó besando mi cuello.

– No, solo has dicho que puedes causarme cien orgasmos sin cansarte.

– Pues también puedo causarte los mejores cien – dijo sin parar de besar mi cuello.

– Vaya... que... modesta.

– Cuando tienes una habilidad debes
presumirla.

– Tomaré nota de eso.

– ¿Sabes de qué debes tomar nota también? – preguntó subiendo hacia mis labios pero sin
besarme aún

– ¿De qué?

– Que es mejor presumirlo mientras lo
demuestras.

Sonreí y Lisa parecía estarse impacientando debido a mi resistencia, frunció un poco el ceño y procedió a besarme nuevamente pero esta vez sin guardar distancia alguna, acercó su cuerpo hasta el punto en el que pudiese sentir su miembro contra mí.

Solté un gemido sobre sus labios pues esta
acción me hizo encender en llamas, mi
feminidad pedía a gritos tenerla dentro.

– ¿Quieres saber algo mas?

– ¿Qué?

– Este chica está lista para darte cuantos
orgasmos quieras – sonrió y pasó su miembro
nuevamente por mi feminidad haciendo que
perdiera el control completamente.

My Sex Instructor (Jenlisa G!P) [Corrigiendo Errores]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora