Capítulo 35

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– Hagámoslo divertido ¿si? – musité separando nuestros labios observando la confusión en su rostro – ¿puedes enseñarme algo más?

– Claro – dijo –, lo que quieras.

Corri mi mano lentamente por su abdomen
hasta llegar a su miembro, posándola sobre este sintiendo así lo endurecido que estaba.

– ¿Como juego con él?

Lisa dejó escapar una pequeña risa, noté que mordió su labio inferior y luego de unos segundos procedió a decirme

– Déjame enseñarte amor.

Se acomodó un poco más recta, en el momento en el que se movió pretendí retirar mi mano de su miembro para bajarme de encima de ella, pero Lalisa me detuvo.

– No hermosa, justo ahí – dijo colocando una
de sus manos en mi cadera y dirigiendo su mano derecha a posarla sobre la mía. No dije nada, tan solo asenti.

Ella sonrió y condujo mi mano despacio con intenciones de hacerla llegar dentro de su boxer, en ese momento una voz apareció en mi cabeza.

¿Que demonios es lo que estás haciendo? Pues no lo sabía la verdad.

Dejé que las preguntas, advertencias y sermones de mi conciencia sonaran solos, dejaría de mortificarme de una vez. Finalmente introdujo mi mano dentro de su ropa interior y una pequeña y sensual sonrisa se asomó en su rostro en ese momento.

– ¿A-Ahora qué? –  pregunté.

– No lo sé – dijo – tómalo

No hice nada ante eso, es decir, ¿qué demonios?

Lisa rió nuevamente

– Claro, soy la instructora déjame guiarte.

Condujo su mano un poco más adentro y finalmente quedó sobre su miembro. Tenia suerte de que las luces estaban apagadas y no podia notar lo rojo que estaba mi rostro en ese momento. Lisa sacó su mano y bajó su boxer un poco más.

– Tómalo... – repitio

Esto era sucio, realmente sucio y en mi vida
habia pensado en hacer algo como esto, pero mis manos estaban sedientas de conocimiento y  por primera vez en la vida mi conciencia me dejó en paz.

No dije ni una sola palabra y solo lo hice, luego me avergonzaría, pero eso seria mañana, tal vez. Nuevamente colocó sus manos sobre las mías, me observó un segundo y procedió a hacer "lo suyo". Sus dedos se entrelazaron un poco hacia los míos para sostener mis manos y comenzarlas a mover verticalmente sobre su miembro una y otra vez.

– Asi es como se hace.

Luego de unos minutos mis manos inexpertas
masajeaban su miembro por sí solas, sus ojos se encontraban entre cerrados, no obstante dejaba salir maldiciones y gemidos, y aquella picara linea curveada que se asomaba por su
rostro no se borraba en ningún momento.

Dejó salir un gruñido y de un momento a otro consiguió quedar sobre mi, se deshizo completamente de su ropa interior, dejándome algo desconcertada por su repentina acción

– ¿Qué? – pregunté.

– No quería llegar aún.

Asenti con una leve sonrisa y me sujeté a su cuello, introdujo sus manos por detrás de mi espalda y desabrochó mi brasier, al deshacerse de este sus ojos quedaron fijos unos segundos, y procedió a posar sus labios a un costado de mi cuello, bajando poco a poco hasta llegar hacia mis pechos, solo dejé escapar una pequeña risa al sentir el contacto de sus labios.

Ella pareció notarlo, tan solo subió su mirada
hacia mi, sonrió y siguió en lo que estaba, plantando pequeños besos desde mis pechos hasta llegar a mi abdomen, mi piel de inmediato se erizaba y escalofrios subían y bajaban por todo mi cuerpo.

– ¿Como es que nunca me di cuenta de ese
lunar que tienes en tu cintura?

– Sí lo sabías, Lalisa – repliqué.

Rió, siempre desde pequeñas solia bromear cada que se le daba la oportunidad sobre el lunar que tenía en la cintura, y que hasta hoy solo ella conocía.

Tomó mi braga por ambas ligas y procedió a
bajarla despacio. Al dejarme completamente desnuda se apoyó sobre mi, colocando su mano derecha en la almohada para no dejar caer todo su peso sobre mi cuerpo.

– Jennie... – susurró contra mi cuello mientras plantaba pequeños besos en este.

– ¿Uh? – pregunté estremecida ante el contacto de sus labios.

Se quedó en silencio unos segundos y procedió a decir.

– ¿Recuerdas cuando me dijiste que todo esto no era como si fuéramos a hacer el amor o algo así? – preguntó sin parar de besarme.

– Si Lisa, lo recuerdo – dije un tanto exasperada abrazando mis piernas a su cintura.

– Pues...esta vez te haré el amor así que olvídalo

Asentí con mis ojos cerrados sin prestar mucha atención a lo que me había dicho, tal vez no haberle prestado atención y analizar bien a lo que se refería sería una de las más grandes torpezas que he cometido.

My Sex Instructor (Jenlisa G!P) [Corrigiendo Errores]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora