– ¡Hola, pero que lindas ustedes dos! – exclamó una voz conocida detras de mí – Que lindas, de verdad ¿no creen?
– Hola – murmuró Sungmin algo sonriente y confundida.
– ¡Hola Sungmin, cariño! y Lalisa ¿Tú no saludas? ¿Se te olvidó cómo?
– ¿Que tal Nayeon? – dije volteando hacia ella.
– Oh genial, genial – se sentó ami lado
repentinamente.– ¿Quieres algo? – pregunté.
– No, nada de nada – sonrió sin siquiera moverse de ahi.
– Entonces...
– No ¿Sabes qué? Si quiero algo – dijo de repente mientras tomaba mi soda y tomaba de ella con toda la confianza de este maldito mundo.
– ¿Qué es lo que quieres? – arranqué la soda de su mano.
– Hablar contigo, Manoban.
– ¿Sobre qué?
– Sobre Jennie, ya sabes la chica que amas – golpeó mi hombro molestamente.
Volteé hacia Sungmin a ver su expresión de inmediato. Lucía confundida y disgustada, estoy segura que mataré a Nayeon después de esto.
– ¿Jennie? ¿Quién es ella? – preguntó
– ¿No la conoces? – continuó Nayeon – Es una
castaña parecida a ti, muy muy parecida, incluso tienen la misma nariz, creo que van juntas en clases de idiomas ¿no? – sonrió falsamente – bueno da igual, Lisa está loca por ella ¿sabías eso? Y vengo a decirle algo sobre ella, espero que no te moleste linda. Es que tu amiga es una idiota y no se quiere dar
cuenta de algo – arrancó la soda de mi mano mientras me señalaba – Entonces necesito llevármela ahora para hacerle entender unas cuantas cosas ¿entiendes querida?– Lalisa ¿Qué mierda está queriendo decir ella?
Maldición, ya veía venir que no tendría acción esta noche.
– No lo sé, ya lárgate Nayeon.
– No, no lo haré, no hasta que vengas conmigo.
– No iré a ningún lado, maldita sea.
– Pues yo tampoco me iré.
Le dirigí una mirada de piedad a Sungmin para que me diera un segundo y no se fuera, estaba furiosa, fue fácil notarlo por su ceño fruncido, sin duda mataría Nayeon luego de esto.
– Esta bien, solo cinco minutos – accedí – solo será un par de minutos, amor – le dije a Sungmin, la cual asintió resentida.
– Ven conmigo idiota – Ordenó Nayeon ¿Idiota? ¿Me acaba de lamar idiota? Oh Nayeon me estás dando más motivos para no hablarte por el resto de mi vida
Me levanté y caminé detras de ella, ignorando su apodo por supuesto y haciéndole señas a Sungmin de que volvería con ella en unos minutos. Nayeon caminaba inspirada hacia la nada y yo no pretendia seguirla todo el día.
– Basta – dije deteniéndome – ¿Quieres hablar? Hablemos aquí.
– Bien – dijo devolviéndose hacia mí hasta quedar de frente – eres una imbécil.
– Sí lo soy, ya lo se.
– ¡No, no lo sabes! No sabes nada Lalisa y por eso estas allá con Sungmin.
– ¿Qué es lo que no sé según tu?
– No sabes nada – repitió – ¿Sabes por qué no estas allá con Sungmin?
– Porque tú me has traído aqui.
– Y deberías agradecérmelo.
– Oh claro Nayeon, gracias por arruinarme la charla con Sungmin además de la posibilidad de acostarme con ella esta noche.
– Deja el sarcasmo para otra ocasión – murmuró – Fuiste muy grosera con Jennie ¿Qué mierda te pasa?
– No he sido grosera con ella.
– ¿Y por eso está furiosa y sin ánimos?
– Qué sé yo – me encogí de hombros.
– Eres una maldita ciega, idiota, arrogante y...
– ¿Gracias?
– Pues es la verdad ¿Cómo es que le haces para de un día a otro ser una mierda con ella?
– Solo no quiero estorbar entre ella y Kai ¿Que más quieres que te diga?
– ¡Por eso digo que no sabes una mierda!
– ¿Qué?
– Ella terminó con Kai hace una semana, Lalisa
– Sí, claro.
– ¡Es en serio!
– Entonces ¿Por qué Kai no para de decir lo genial que le va junto a ella?
– ¿Qué? – frunció sus cejas en modo de confusión que sólo duró segundos ya que después negó con su cabeza
– Maldición, lo sabía, Kai es un idiota y él solo lo hace para que tu no puedas estar con ella y para que nadie sepa que fue Jennie quien lo mandó al diablo, tiene mucho sentido, él se preocupa mucho por sí mismo como para decir que una chica le terminó.
– ¿Por qué le terminó? – me crucė de brazos – ¿Por que se enteró de lo que él dijo sobre ella? ¿Por que se dió cuenta de que es un imbécil? O por qué no es suficiente para...
– iNo, porque ella quiere estar contigo!
– ¿Que?
– Seguro Kai no paró de decir que le fue genial y que han tenido sexo miles y miles de veces y tú le has creído – rodó los ojos – cuando la verdad es que ella lo dejó varado en la habitación esa noche por que no ha sido capaz de acostarse con alguien más que no seas tú, pedazo de inútil.
– ¿Como que lo dejó?
– ¡Lo dejó!- gritó- no fue capaz de acostarse con él, ¿sabes por qué? Porque pensó en tí todo el tiempo de la cita – dijo en un tono de voz que me hacía sentir cada vez más culpa – ¿Sabes por qué le termino también? Porque quiere estar contigo y no con él.
– ¿Qué? ¿Quieres decir que le gusto igual? – pregunté sin creer eso posible.
– Si idiota – Dijo como si fuera la cosa más obvia de este mundo – Jennie mandó a la mierda todo para estar contigo ¿Y tú solo comienzas a salir con una chica que bien parece una copia barata de ella?
– Mierda – murmuré llevando mis manos a mi nuca.
– Me dijo que se destrozaría si decidias alejarte, bien hecho cariño.
– Oye espera, espera no vengas a echarme el camión de la culpa encima ¿Crees que si yo hubiese sabido que ella dejó a Kai estuviera ahora saliendo con Sungmin? ¿Crees eso?
Se encogió de hombros dando a entender que sí lo pensaba.
– ¡No! Yo estaria justo ahora acompañandola en el almuerzo, tomando su mano o tal vez pidiéndole que sea mi novia o algo así.
– ¿Por qué no lo haces?
– ¿Y dejo a Sungmin ahí sentada así como así?
– Jennie dejó a Kai solo en su habitación asi como asi.
– Tienes razon.
– ¿Entonces qué vas a hacer? ¿Te vas a quedar aqui con la boca abierta por mi noticia o qué?
– No, iré a hablar con ella.
– ¿Ahora?
– No, iré a visitarla luego y a disculparme.
– Me parece perfecto.
– No le digas que me hablaste sobre esto ¿Bien?
– Siempre y cuando no metas la pata todo estará bien.
Retiro lo dicho, ya no la odio, amo a Nayeon por todo esto.
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My Sex Instructor (Jenlisa G!P) [Corrigiendo Errores]
FanfictionKim Jennie a sus no muy escasos 18 años era totalmente ignorante cuando de sexo se trataba, esta no solía darle importancia a tal hecho, hasta que notó que la oportunidad pronto tocaría su puerta y estaba totalmente convencida de lo humillante que s...