Sting Eucliffe, cansado de tener tantas decepciones amorosas, hace un juramento de no volverse a enamorar.
En su gremio nota que el estado emocional de su amiga Yukino baja por tristezas y perder un espíritu celestial. Desesperado, busca la solució...
Para más tarde, Lucy había acabado de cortar el cabello de Lenny y vaya que si obtuvo un buen cambio. El jugaba con Plue en el suelo a las palmadas de manos mientras ella se acercó a mi, sonriéndome colocando sus manos detrás, bajando un poco el cuerpo.
— Ara ara, el niño es muy bonito, ¿no lo crees?
__ Ah, claro, no entiendo cómo le pidieron hacer tanto daño. —Me cruce de brazos—
— ¿Alguna ves has pensando en tener hijos Sting?
Su pregunta me dejó mudo por leves minutos. Pasándola por la cabeza constantemente esas palabras en cuestión.
__ Bueno, no soy muy fan de los niños pero, si me agradaría tener uno probablemente. En unos años, por el momento no.
— Yo sí, siempre e querido tener muchos hijos, —Su mirada ahora estaba centrada en Lenny— que el legado Heartfilia permanezca y perdure por muchos años en adelante.
__ Buena respuesta, ya me imagino a tus hijos, serían demasiado parlanchines y curiosos.
— ¡¿Oye a qué viene eso?!
Sonreí y ella solo hacia puchero lo cual era muy gracioso, yo solo acaricie su cabello, despeinandola como era mi costumbre.
— Y entonces Plue, la otra ves vi dos mariposas, una era de un color cielo y la otra era amarilla como el sol. Es curioso por qué soñaba constantemente con ellas.
— Soñar con mariposas significa que es tiempo de cambiar y de realizar un cambio abrupto en la vida, según el libro del significado de los sueños — Fueron palabras de Lucy—
— Si, yo también lo leí señorita, aveces cuando mi papá no estaba en casa, me gustaba escaparme e ir a la librería, aunque aveces me sacaban a patadas, yo suelo esconderme bien cuando una persona está cerca —Lenny sonrió—
__ ¿Te gustan los libros?
El asintió con un leve sonrojo en su rostro, jugando con sus dedos.
__ Pues te vas a llevar muy bien con Lucy, por qué ella es un come libros de primera.
Tomo un libro de los que tenía en la mesa para después sentarse en el sofá, cerca de el pequeño y de Plue.
— Una mente hueca como la tuya, jamás entendería el amor por la lectura.
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__ Eres grosera rubia.
Después de que les leyera un cuento, bajamos del hotel para cenar en el restaurante de abajo, ella, el niño y yo. Tomamos una mesa y el mesero llegó inmediatamente a atendernos, dándonos el menú.
— ¿Ya tienen algo en mente?.
__ Un trozo de carne muy grande, con papas y todo lo que vea que tenga grasa.
