05.

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Una sonrisa se forma en mi rostro al ver lo lejos a Kawaki, este se detiene en un puesto de carpas doradas, de pronto un sujeto se aproxima a el haciendome alarmar.

—Se dicen que son amuletos que atraen el dinero y alejan los males.—Kawaki se queda callado.—¿No quieres una carpa dorada?.

—No. No tengo dinero.

—Kawaki.—Ellos casi pegan un brinco al verme junto a ellos.—¿Que haces aquí? ¿quien es el?.

—Eh. ¿Usted es su madre?.—El se endereza a verme.

—No es algo que le incumba saber.—Me colocó enfrente del niño.—¿Que estaba haciendo con el?.

—Lo ví observar las carpas doradas y pensé que compraría unas.—Explica el hombre para después extendernos un anunció.—Habra una exposición de carpas doradas al pie de la montaña. Si asisten será gratis.

—Tal vez, lo pensaré.—Le extiendo mi mano a Kawaki esperado a que la tomé.—Vamonos, se hace tarde.

El asiente y acepta mi mano para que los dos comenzaramos a caminar lejos de aquel sujeto, no confiaba en las personas de este pueblo, mucho menos en forasteros.

—Kawaki. No hables con extraños.—El alza su mirada a verme.—Mucho menos si no son de este pueblo.

—¿Porque?.

—Podrian lastimarte o llevarte con ellos.—Retiro mi capucha con mi mano suelta.—Lo digo por tu bien.

—Mi papá también suele decirme eso.—Confiesa sosteniendo la botella en su otra mano.

—Primera vez que digo esto; tu padre tiene razón en ese dato. cualquiera aprovecharía de un niño.

Mire a otro lado al mencionar eso, me sentía identificada.

—Me duelen los pies.—Me detuve mirándole de nuevo.

Suspiré agachándome enfrente de el mientras esperaba a que se subiera a mi espalda. Este al no hacerlo volte mi cabeza a el.

—¿Que esperas? sube.

—Tengo miedo de que se rompa la botella.—El ma sostiene con cuidado.

—Yo la cargaré.—Me levanté de nuevo para extenderle mi mano, este me mira no tan confiado.—Prometo no romperla.

—¿Segura?.

—Claro.

El me la entrega para luego volverme agachar hasta que al fin se sube a mi espalda, lo único complicado era cargar la botella y tener cuidado de que Kawaki no se cayera.

—Carpas doradas...—Le oi susurrar.—Queria unas carpas doradas.

—¿Te gustan?.

—Si... se veían lindas..

—Quiza pueda darte unas carpas doradas como regaló.—Menciono calmada.—Solo procura alimentarlas.

—¿Y que comen?.

—Creo que... mosquitos, lombrices y vegetales.—Kawaki asiente.—¿Nunca has tenido una mascota?

—No, a mi papá no le gustan los animales.

—No te ofendas, pero tú padre es un amargado.

Kawaki suelta una risa.

—El lo hace por mi bien, o eso es lo que me dice.—La voz de Kawaki se apagó un poco.—¿Le luego hacer una pregunta?.

—Ya la me la has hecho.—Solte una risa al girarme un poco y verle confundido.—¿Que sucede?.

—¿Cómo es posible que usted aparezca de la nada?.—El niño levanta una ceja curioso.

—Es ninjutsu. Tal vez pueda enseñarte un poco, para que puedas defenderte.

—¿Que es ninjutsu?.

—Eres muy preguntón.

—No es verdad, solo tengo curiosidad.

Rei al verle así, se que no tenía permitido encariñarmé con un niño o persona, pero es inevitable, este chico da ternura.

Rei al verle así, se que no tenía permitido encariñarmé con un niño o persona, pero es inevitable, este chico da ternura

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—¿Que estás viendo?.—Pregunte al verle observar el mismo anuncio de las carpas doradas.—¿Otra vez eso?.

—Mi papá dice que no le gustan los peces.—El dice cabizbajo.—Ademas, no tengo dinero.

—¿No sabes leer? ahí dice que los primeros tres que lleguen les serán gratis.—Señale las pequeñas letras del cártel.

—No se leer.—Alze una ceja.

—Puedo enseñarte.—El me mira de inmediato.—Aunque tal vez tarde tiempo.

—¿Encerio me enseñaría a leer?.—Asenti a lo que el feliz me abraza sonriendo.—¡Muchas gracias, _____!.

Acaricié la cabeza de Kawaki mientras que aún se aferra a mi, se veía tierno he inocente.

¿Porque el tenía que acabar siendo uno de los niños de prueba de Jigen?. Un niño inocente y gentil no merecía algo así. Deje de pensar y nos fuimos a un lago que estaba cerca del lugar, nos sentamos en la orilla para luego yo sacar una libreta que tenía frecuentemente.

—Bien, primero que nada necesitas aprender el abecedario. No puedes decir palabras sin saber su significado.—Saque una pluma iniciando escribir la primera letra pero me detuve en cuanto una pregunta rondó mi cabeza.—Se que es una pregunta tonta pero ¿Sabes escribir?.

—Un poco, mi padre nunca me ha inscribió a la escuela...—Explica cabizbajo.

—Esta bien, tendré que enseñarte lo básico para iniciar.—Incie a escribir la primera letra del abecedario.—Creo que ya conoces la palabra “A” ¿no? ¿podrías escribirla?.

El asiente a lo que le pasó la libreta para que la escriba, después me la entrega una vez termino.

—Bueno, nadie es perfecto.—Me encogí de hombros.—Sigamos.

Y a si fue como estuvimos toda la tarde prácticando la escritura de Kawaki, siendo honesta aprende rápido.

𝐈'𝐌 𝐇𝐄𝐑𝐄 |Kawaki.| [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora