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El brillo de sus ojos le decía que hablaba completamente en serio, así que Louis se dio cuenta de que no tenía más opción que retirarse, cosa que hizo con la cabeza bien alta. Volvió al vestidor y cerró la puerta tras de sí con todas sus fuerzas.

Lo odiaba, pensó mientras se miraba al espejo con los ojos llenos de lágrimas y se preparaba para ponerse el traje azul. Era el hombre más arrogante y autoritario que había visto en su vida... pero lo más irónico era que también era el único que lo había hecho arder de deseo.

Lo había deseado aquella noche en la cueva y lo deseaba ahora. Lo que le daba miedo no era el acto físico de hacer el amor con él, sino entregarse en cuerpo y alma y no recibir nada a cambio.

Sería muy fácil enamorarse de él, pensó mientras se cepillaba el pelo. Y también sabía que sería una locura entregarle el corazón porque el suyo era de hielo, un hielo que jamás se derretiría.

La puerta del vestidor se abrió unos segundos después y apareció Harry, que se acercó hasta detenerse detrás de él, frente al espejo.

ㅡEstás impresionante.

Louis llevaba toda la vida deseando que alguien le dijera que era atractivo, pero lo cierto era que el cumplido de Harry le causó tristeza. Sólo estaba siendo amable, decidió Louis amargamente.

ㅡNo es mi estilo ㅡmurmuró, incapaz de mirarlo a los ojos, ni siquiera en la imagen del espejoㅡ. Preferiría ponerme otra cosa que llamara menos la atención.

ㅡEstás precioso ㅡinsistió él con evidente impacienciaㅡ. Y deja de mirar al suelo ㅡle dio media vuelta y le levantó la cara para que lo mirara a los ojosㅡ. Un traje así hay que llevarlo con seguridad ㅡentonces se sacó una caja alargada del bolsillo de la chaqueta y, al abrirla, apareció un precioso collar con un rubí y un diamanteㅡ. Te va muy bien con el traje ㅡdijo mientras se lo ponía, sonriendo al ver que a él le había gustado.

Tenía las manos calientes y, sin embargo, Louis sintió un escalofrío cuando lo giró de nuevo para que se viera en el espejo. Una vez más sus miradas se encontraron y ambos volvieron a sentir la tensión sexual.  Louis se quedó sin aliento cuando le vio bajar la cabeza para darle un beso en el cuello.

ㅡEs hora de irnos, Lou ㅡdijo con voz profundaㅡ. Ten compasión de mí esta noche ㅡle dijo esbozando una sonrisa de inocenciaㅡ porque cada vez que te mire, te imaginaré sólo con el collar... sin nada más.

Louis tuvo que tragar saliva al ver la ansiedad y el deseo que reflejaban sus ojos.

ㅡNo deberías decir esas cosas.

Harry se encogió de hombros.

ㅡ¿Por qué no, si es la verdad? Y espero que dentro de poco esa fantasía se haga realidad. Ya no puedo más de impaciencia, agapi ㅡle advirtió antes de darse media vuelta y salir de la habitación.

Louis se quedó frente al espejo con el corazón a punto de escapársele del pecho.

Un Príncipe para un Millonario | Larry Stylinson | adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora