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Louis deseaba oírle decir algo, aunque fueran las duras palabras que esperaba, pero Harry seguía mirándolo como si fuera la primera vez que lo veía.

ㅡYo también tengo algo para ti.

Era lo último que esperaba que dijera, pero se dio media vuelta y fue a sacar un paquete del maletín. Louis lo agarró y pudo comprobar que pesaba demasiado como para ser otra joya. Esperaba poder mostrarse agradecido, aunque tuviese el corazón destrozado desde que él no había dicho nada al oír su declaración de amor.

ㅡÁbreloㅡ le pidió ㅡA mí no se me dan bien las palabras y tengo muy poca práctica en decir lo que tengo que decirte, así que he pensado que el regalo podría explicártelo mejor.

Louis comenzó a retirar el papel, sorprendido por el temblor que había percibido en su voz. Reconoció el libro de su infancia y de pronto el corazón empezó a latirle a toda prisa.

ㅡFábulas y cuentos de hadas rusos..., el libro que solía leerme mi padre ㅡsusurró ㅡNo puedo creerlo. Es el regalo más maravilloso que me has hecho, Harry. ¿Dónde lo has conseguido?ㅡ ¿y por qué?, quería preguntarle, pero tenía miedo de hacerlo.

ㅡUna de las razones del viaje a Nueva York era reunirme con el coleccionista particular que lo tenía e intentar convencerlo de que me lo vendieraㅡ le pasó la mano por la mejilla suavemente, con una ternura y una emoción que lo dejaron sin respiración. ㅡSé cuánto echas de menos a tu padre y quiero...ㅡ tuvo que tragar saliva antes de poder continuar. ㅡQuiero ser un buen padre para nuestro hijo, Lou. Un padre que le lee cuentos a su hijo todas las noches y que lo quiere incondicionalmenteㅡ hizo una nueva pausa y tuvo la sensación de estar a punto de lanzarse por un precipicio, pero entonces miró a Louis a los ojos y vio tanto amor en ellos que se llenó de valor ㅡpero sobre todo, busqué el libro porque no sabía de qué otro modo decirte que eres toda mi vida, agapi, y que todo lo que tengo y todo lo que soy, no vale nada sin ti.

Louis apenas se atrevía a creer aquellas palabras.

ㅡNo tienes por qué... no es necesario que digas lo que crees que quiero oír. Sé hasta qué punto te ha afectado todo lo que has vivido y que no puedes confiar en nadie...

Harry le puso un dedo sobre los labios.

ㅡConfío en ti, Louㅡ dijo y de pronto se sintió libre y lleno de una felicidad que no había experimentado jamás.

Su esposo era generoso y valiente, y lo amaba con todo su corazón, un amor que lo impulsó a confesar su amor por él.

ㅡTe amo, Louisㅡ anunció por fin antes de estrecharlo en sus brazos con cierto temor, como si pensara que se iba a romper. ㅡCreo que me enamoré de ti cuando te confundí con un camarero durante el baile... y sin duda, cuando descubrí que habías desaparecido después de que hiciéramos el amor en la cueva. Te busqué por todas partes y, si hubiera conseguido encontrarte, te habría dicho que quería tener algún tipo de relación contigo.

ㅡ¿Quieres decir que ibas a pedirle a Saúl que fuera tu amante?

ㅡEra lo único que habría podido ofrecerle en ese momentoㅡ admitió con ternura, arrepintiéndose de todo el tiempo que había perdido ㅡJuré que no volvería a casarme y mucho menos a enamorarme... pero entonces me enteré de que estabas embarazado y no tardé en romper la primera promesa... Tampoco tardé mucho en romper la segunda.

ㅡDios, Harryㅡ la expresión de sus ojos era más evidente que cualquier palabra que pudiera decirle.

Era increíble, un milagro, pero era cierto. Harry lo amaba. Y él lo amaba más aún porque sabía lo duro que debía de haberle resultado admitirlo y atreverse a amar de nuevo, a mostrarse vulnerable. De pronto las palabras no eran suficientes, así que Louis le tomó el rostro entre las manos y lo besó con pasión y emoción, con amor.

ㅡNo lloresㅡ le dijo él al tiempo que lo levantaba en brazos ㅡNo quiero que llores nunca por mí, agapi.

Él también estaba llorando.

Una vez en el dormitorio, se colocó frente a él y fue desvistiéndolo lentamente hasta poder contemplarlo completamente desnudo.

ㅡEres tan hermoso, tan suave y perfectoㅡ susurró contra su boca mientras él también se despojaba de la ropa. ㅡDespués de lo que me pasó con Greta tenía la sensación de estar helado por dentroㅡ admitió al tiempo que se tumbaba a su lado en la cama. —Si te soy sincero, me alegraba que nada me emocionara, porque no quería que nadie me importase. No quería casarme contigo y mucho menos esperaba enamorarme de ti, pero poco a poco fuiste derribando todas mis defensas. Eres tan generoso y te preocupas tanto por aquéllos que no han tenido la misma suerte que túㅡ dijo y lo miró con una enorme sonrisa en los labios. ㅡA veces creo que quieres cambiar el mundo. Por el momento ya me has cambiado a mí, Lou. Has hecho que vuelva a sentir y que me diera cuenta de que estaba siendo un cobarde por negar lo que sentía por ti, a pesar de que estaba seguro de que tú no podías quererme después de haberte obligado a alejarte de tu casa y de tu familia. Volveremos a Aristo si tú quieresㅡ le ofreció.
ㅡQuiero que seas feliz, Lou, y esta semana que he estado lejos de ti, me he dado cuenta de que no me importa dónde estemos siempre y cuando te tenga a mi lado.

Louis negó con la cabeza sin dudarlo.

ㅡTu sitio está en Atenas, Harry, y el mío, a tu lado. Pero estoy de acuerdo, no importa dónde vivamos siempre que estemos juntos... tú, yo y el bebéㅡ le pasó la mano por la mejilla y luego por los labios y fue sintiendo cómo el deseo se apoderaba de su cuerpo
ㅡ¿Podemos dejar de hablar ya?ㅡ dijo con un susurro ㅡQuiero demostrarte cuánto te amo.

Y lo hizo con tal pasión y generosidad que Harry sintió que tenía el corazón repleto de todas las emociones que se había negado durante tanto tiempo. Cuando se colocó sobre él y se convirtieron en un solo ser, tuvo la sensación de que no sólo se unían sus cuerpos, sino también sus almas, y supo que aquel amor duraría siempre.

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Aquí otro capítulo.

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Un Príncipe para un Millonario | Larry Stylinson | adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora