Complicated Lessons

Capítulo 15 Mixed memories

I

La cosa de tener depresión es que no es estar triste todo el tiempo, hay buenos momentos dependiendo de las circunstancias. Es una mezcla de tristeza, vacío y enojo. Eran pensamientos intrusivos que por mucho que yo sabía que estaban mal no podía evitarlos.

No había motivo para sentirme así. Mi vida no era mala, la vida de muchas personas eran mucho peor que la mía, pero no podía evitar sentirme como la mierda. Quisiera que alguien me explique porqué.

Había periodos en los que intentaba ser positiva, pero nunca estaba segura si me creía ese positivismo. No podía recordar desde cuando me sentía así, pero sé que fue desde pequeña. Mi personalidad se formó alrededor de ese sentimiento, estar deprimida era mi modo por defecto. Odiaba sentirme así, pero una parte de mí, una gran parte de mi tenía miedo de mejorar, porque si dejaba de sentirme mal entonces ¿seguiría siendo yo?

Podía escuchar a mi madre hablar con mi padre por teléfono, bueno los escuchaba pelear por teléfono desde mi cuarto, era estresante, me hacía sentir impotente. Pero estaba muy vieja como para dejar que esas cosas me afecten.

—¿está todo bien? —pregunte a mi madre mientras estaba parada en su puerta, después de colgar el teléfono.

—sí, si está bien —me respondió lanzando su celular a lado de ella en la cama.

Me quedo en silencio mirándola, ella se veía apagada, y de mal humor, ya había pasado tanto tiempo desde que la veía sonreír que ya estaba acostumbrada a verla así.

—¿no quieres hablar? —le pregunte. Me senté en el borde de la cama.

—de que ¿Qué tu padre es un imbécil? —me respondió con un tono irónico y giro los ojos.

—sí, pero eso ya lo sabíamos —respondí, estaba tan acostumbrada a las discusiones de mis padres y a los 21 ya empiezas a ver todos los defectos de tus padres. Bueno te das cuenta en la adolescencia.

—hey sabes que siempre pelean y luego todo vuelve a la normalidad —continúe —no pienses mucho en eso — intente aconsejar a mi madre.

Hubo un silencio.

—te amo ma —dije, ella me sonrió.

—yo también te amo.

Me pase las siguientes horas acostada a su lado. Ambas estábamos viendo la televisión en silencio hasta que fue la hora de dormir.

Me preocupaba la situación con mi madre. Recuerdo la época en la que mis padres pelearon, una pelea muy seria que mi madre y yo nos fuimos a vivir a la casa de mi abuela por unos meses. Yo tenía como 16 años. Mi abuela nos recibió en su casa con los brazos abiertos. Nos decía que siempre nos recibiría sin importar que. No fue una mala situación para mí solo fue diferente.

Claro que después de esos meses mis padres volvieron a reconciliarse y volvimos a la casa. Por un tiempo extrañaba la casa de la abuela y el ambiente que se vivía ahí era mucho más acogedor que el de mi propia casa. Y no lograba entender porque mis padres habían vuelto a estar juntos si peleaban tanto.

II

—Ari —me llamaron sacándome de mis recuerdos, era Chris. estaba sentado frente a mí. Estábamos en un restaurante y tenía el menú frente a mí.

—¿que? —pregunte saliendo de mi trance.

—¿qué vas a ordenar? —pregunto señalando al menú. Vi al mesero parado a lado de nuestra mesa esperando mi orden.

—¿qué pediste? —Le pregunte.

—pasta...

—no quiero eso —dije rápidamente. Di una repasada, el lugar en el que estábamos era uno de esos restaurantes donde hasta una hamburguesa es cara. Chris y yo solíamos reunirnos en pequeños cafés, bares, restaurantes locales y cines. Lugares donde sabíamos que no nos encontraríamos con nadie que conozcamos, pero ese día estábamos en plena luz del día en un restaurante muy famoso de la ciudad.