DEFINITIVAMENTE, NO ES LA PRIMERA VEZ

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Se podría decir, que esta persecución se clasificaba como una de las más agotadoras y duras que había tenido en toda su carrera como héroe profesional.

El suspenso lo estaba matando. El enemigo al que se enfrentaba era sin dudas habilidoso. Además de que, el espacio en donde se encontraba era muy reducido, y la nula visión de su alrededor le complicaba más las cosas.

La casa era un desastre, las sillas habían salido volando en cuanto fue interceptado. Intento hacer el mínimo de daño, pero su contrincante no parecía importarle mucho. Estaba dispuesto a atrapar a su objetivo, y su objetivo era él.

Izuku se encontraba escondido, entre el espacio que había del armario y el librero de la habitación. No sabía en qué momento había dejado de respirar, pero si hacía el mínimo ruido revelaría su posición.

Necesitaba tiempo y una estrategia, aventarse de la ventana que estaba enfrente suyo, a pesar de que estaban en un noveno piso ya no le parecía tan mala idea. Podía usar Flotar y Black Whips para salir rápidamente del centro de la colisión.

Pero este enemigo, era el más poderoso al que algunas vez se había enfrentado, así que tenía que pensar bien sus movimientos para no morir en el proceso.

-- ¡¡¡YOU HAVE A CALL, HAHAHA!!! --

Izuku maldijo en todos los idiomas habidos y por haber. El característico ringtone de su móvil con temática de All Might empezó a sonar. Estaba a tan solo 2 metros de él, gracias a la oscuridad podía leer el nombre Shoto en la pantalla. Seguramente era porque iba tarde a su reunión anual.

_ Puta madre, Shoto _ Masculló por lo bajo el peliverde. Pero tarde se dio cuenta de su error.

La puerta de la habitación fue abierta de manera violenta. Casi pudo jurar que sintió el sitio estremecerse, en cuanto el invasor puso un pie dentro de la estancia.

Fue una trampa. Su móvil había sonado 3 veces exactas, y en ninguna el recién llegado había hecho acto de presencia, fue hasta que Midoriya susurro aquella maldición que descubrió su escondite.

_ I-zu-ku, ¿Dónde estas?~ _ De solo escuchar aquello, un escalofrío de terror puro recorrió toda su espalda. Era su fin.

Ni siquiera había podido ir a México a ver un ajolote. ¡Aun quería ver a un ajolote!.

_ Ya no tienes a donde corres~. _ La siempre grave voz que él conoce a la perfección, ahora es tranquila y cantarina.

La luz de su cuarto se encendió, cegándolo por un momento y cuando aclaró su visión, su rubio esposo apareció frente a él, con una dulce sonrisa en su rostro y mirándolo tan confiadamente.

_ K-kacchan, no. _ Su voz salió entrecortada. No debía mostrar miedo, Katsuki se alimentaba de su miedo.

_ Kacchan si~. _ Para que el rubio, dijera sin problemas el apodo con el que él lo llamaba desde la infancia, debía de estar muy enojado.

Desde el marco de la puerta, Katsuki seguía sonriente. Izuku debía aprovechar cualquier hueco para escapar. Activo el OFA, y corrió directo a la ventana. Si no sobrevivía, que en su tumba pusieran un peluche de ajolote.

Pero no llegó a tocar siquiera el marco de la ventana. Katsuki lo derribó enseguida y lo acorraló en el piso sin el mínimo esfuerzo. Y sin dejar de sonreír.

UNA VIDA DE CASADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora