🌻Capítulo 11.

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Leves rayos de sol colaban por una ventana de cristal cubierto de cortinas gruesas que daba un agradable buen día a dos almas serenas dormidas a lados opuestos de una misma cama, la única persona despierta era un albino cansado admirando un libro de leyes que días atrás ojeada para su caso.

Necesitaba despejar un poco su mente del nerviosismo que gritaba a mares su corazón tras caer en cuenta que le había dado una oportunidad al castaño de espaldas a él, debía agradecer la compresión de su compañero cuando estaba fuera de sus cabales, y esos cabales era el estrés que sentía con el caso, además que decidió dormir a su lado para atender cada una de sus necesidades.

Willy suspiro de alegría por la persona que le otorgó tanto cariño, compresión incluso compañía esa anterior noche, a pesar, de estar enyesado de una pierna, cubierto de gasas todo su rostro o un humor de mierda todas las mañanas al levantarse, cosa que incluso agradecio al universo que aún Fargan no despertará de su eterno sueño.

Por alguna razón, estaba contento de la presencia del castaño, jamás había compartido cama con otra persona que no fuera Sofía cuándo tenía pesadillas, sólo que el hecho de compartir cama con una persona que te roba la memoria, sentir su serenidad o ese auge de protección mejoraba de poco su mal humor matutino.

Sin embargo, el albino decidió retirar ese libro de sus dedos elevándose un poco lejos de Fargan para deleitarse de su presencia, estaba acurrucado de medio lado abrazando fuertemente la almohada de tonalidad caobos logrando un suspiro ingenuo del único despierto que optó a dejarle un leve beso en la mejilla.

Willy retomó su posición inicial sintiendo un delicado peso en sus hombros, ahí estaba un Fargan somnoliento acurrucándose en su cuello.

—Si le despiertas todas las mañanas de esa manera, no me quejaría—Dijo ronco Fargan retirándose un poco.

—¿Dormiste bien?—Respondio de regreso Willy mostrando un burlona sonrisa.

—Si, hubiera dormido más temprano pero el señorito tenía hambre a las 2 de la mañana—

—Anoche no me alimentaste, te desapareciste durante dos horas para bañarte y resulta que te habías quedado dormido en la sala—Quejo entre dientes el albino tirándole directamente en la cabeza una pantufla.

Fargan esquivó el ataque mirando totalmente serio a Willy que percató una mala vibra provocando un chillido sonoro de sus labios tras buscar refugio entre las almohadas de la cama, el castaño no dudo mucho rodeando ese espacio directo a por ese menor aferrando ambas de sus manos en ese suéter amarillo para atraerlo a su frente.

Ese forcejeó entre risas cómplices duró bastante poco por la rápida habilidad del guardaespaldas al apresar a su víctima de las muñecas acariciando sutil aquel pálido rostro con ayuda de su nariz.

—Puedo alimentarte de otra manera con gusto—

—No gracias, no quiero que mis últimos momentos vivo sea comido por una rata—Ese comentario causó una pequeña sonrisa en el mayor que cortó la distancia entre ellos dejándole un beso.

Willy sintió cómo dejaban en libertad sus manos rodeando veloz aquellos hombros tras apresar las caderas contrarias con las piernas notando que lo levantaban de golpe.

—Calma, sólo me voy a sentar en el mueble para que no lastimes tú pierna—La voz aún adormilada del mayor causó dulzura en el albino que volvió a besar a su amante.

Entre pequeños tropezones, risas y caricias llegaron a un mueble negro sin apoyadero permitiendo al mayor acomodar al ajeno en su cadera resguardando que la pierna lastimada quedará lo más elevada del suelo posible.

Little Thinks | [Willgan] [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora