013.-Destino,Mayuzumi

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Midorima estaba sentado al lado de Takao mientras le hablaba a este ultimo de su petición de encontrar pareja. El chico rana iba a prestar especial atención a lo que le diría la diosa, cuando esta le pasa una taza de té con flores a Midorima quien mira a la chica: "Debes tomártelo, es el lucky ítem de hoy de Cáncer"

Hace caso y se bebe el té tranquilamente, aunque le da la impresión de que en cuanto lo bebe se le nubla la vista y se siente algo mareado. Apenas si se lo termina su mente queda en negro

Hay un hermoso lugar lleno de flores donde Midorima se despierta, un prado con todas las flores que te pudieras imaginar, el cielo despejado, pero no demasiado caluroso. Era un paraíso con flores y animales digno de admirar, simplemente precioso podría acotar. Iba a caminar hacia un lado por el lado suroeste pero algo lo tironeo desde una de sus manos, o más específicamente del dedo meñique, se miró descubriendo un hilo rojo que en un principio no había notado para nada y en verdad era muy delgado y casi invisible a simple vista.

¿Era el llamado hilo del destino?

Llevado por su curiosidad buscó donde estaría el otro extremo donde seguramente estaría la persona con la cual se enlazaría, mientras a medida que más caminaba el paisaje se nublaba más, en una pequeña colina estaba la persona del otro extremo que vestía una capucha.

Tú eres mi...

Sin embargo no termino la frase al descubrir que la persona trataba de romper el hilo.

―¡NO! ¿Qué haces?

―No importa si estamos destinados, no tiene sentido si amas a otra persona. ―Respondió cortando el hilo y acercando a otra persona a su lado, una chica de cabello rubio. El de la capucha se descubre y Midorima descubre el rostro de Takao, sorprendido. ―Uniré mi hilo con ella, quiero sentirme amado de verdad.

―Espera... ¡Takao! ―Corrió hacia el halcón, pero simplemente parecía que no podía avanzar por más que corriera, incluso resbalo por el piso mientras la pareja salía de ese lugar a un lugar más iluminado y bonito. Midorima fue arrastrado por una ventisca hacia atrás y...


Abrió los ojos ¿Qué había pasado? Estaba en casa y era de noche ¿A que hora había llegado? ―Miro el reloj, las dos de la mañana, lo mejor sería seguir durmiendo, aunque sinceramente lo dudaba con ese extraño sueño que tuvo.

―Takao...―Miro sus manos como si fuese a encontrar un hilo rojo. O más bien deseando poder ver uno.

O tal vez simplemente su destino era quedarse en la soledad.
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Mostró la sonrisa más amable que pudo a la clienta que le miraba con deseo al sentir el olor a celo del joven castaño a pesar de que tomaba los supresores más fuertes que se conocían del mercado.

― ¿Desea llevar alguna cosa en especial? ―Pregunto de manera cortés.

― ¿No te puedo llevar a ti?

―Yo no soy un dulce, así que lo siento la respuesta es no―Parecía que la gente que venía solo quería coquetear con él. Aunque trataba de ser amable a veces le sacaban de quicio.

―Furi, yo creo que ya deberías tomarte un descanso―Salió un hombre bastante alto castaño como él, pero con un aire que se veía fresco y agradable, era un canino también: un Terranova para ser más precisos, un perro característico de ser amable pero bastante protector.

―Es que me gusta trabajar Kiyoshi-senpai. ―Y así no pensaría tanto en Akashi.

―Pero tampoco te fuerces tanto, el exceso de trabajo es malo y creo que con tu olor traes a demasiadas clientas, está bien si te tomas un descanso.

―Gracias. ― Se fue a la cocina a preparar un jugo para los demás cuando los vio: Al parecer Kuroko y Kagami tenían una pequeña discusión.

― ¿Por qué no lo dices de frente Kagami -kun? No estoy molesto créeme, pero dime ¿Era necesario hacerme comer un pastel para quedar unido a ti? ―Kuroko parecía muy animado de que ahora fueran prácticamente una pareja oficial.

Lazos Involuntarios (Re Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora