026. Reunión ¿Solución?

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El híbrido emperador de hebras castañas había llegado justo en ese momento cuando el castaño parecía que de nuevo había recuperado las ganas de matar al pelirrojo.

Donde luego convenciendo al chihuahua le dieron un baño de tina lleno de flores violeta, Furihata sintió al principio una especie de picazón muy intensa cuando entro al agua, pero su "gemelo" híbrido le hizo meterse completamente al agua solo asomando parte de la nariz, mientras las flores violetas se pegaban a su cuerpo y cambiaban a un color amarillo cuando se despegaban; Las primeras salieron casi naranjas, pero en cuanto pasaba el tiempo, las otras flores que cambiaban de color eran de un amarillo cada vez más claro, hasta que las ultimas cambiaban a blanco o simplemente se les aclaraba un poco el color violeta. Furihata había regresado a la normalidad.

Mientras tanto este mismo quien había accedido puesto el mismo se daba cuenta que había algo anormal en él en un principio, había sentido bastante incomodidad cuando las primeras flores se pegaron a su cuerpo, pero luego cuando estas se despegaron pronto empezó a sentir como si le hubiesen sacado una venda de los ojos, un yugo en su espalda, sus recuerdos eran normales, no estaban bloqueados, no sentía un odio irracional ni ganas de matar porque si, su mente estaba clara, todo era normal al final, pero...se dio cuenta que había tratado de matar al amor de su vida y no pudo si no sentirse horriblemente culpable por eso mismo.

―No puede ser―Dijo apenas levanto su cuerpo de la tina sentándose en esta y flores violetas caían de su cuerpo que se habían pegado a él en un principio. El agua era totalmente amarilla donde antes había sido violeta. Yo traté de matar a Sei...

―Sí, pero no lo hiciste de manera consiente―Le dijo el híbrido que en ese momento no llevaba ese ridículo sombrero de siempre y se le veían sus orejas de chihuahua. ―No te culpes por algo que no podías controlar.

―Es que no puedo evitar no hacerlo, Sei, no merezco que me quiera...―Derramo lagrimas sin poderlo evitar.

―No digas tonterías. Él te ama y es por eso que soportó todo eso con una sonrisa.

―Pero...―Suspiró y se apoyó en el borde la tina―Necesito vestirme...jum, no me gusta que me miren y no me digas que somos iguales así que no importa―Furi miro con las mejillas infladas a aquel chico quien se rio y asintió.

―De acuerdo...vístete, me alegro que seas normal ahora Kōki Akashi. ―El emperador segundo salió por la puerta.

Cuando Furi creyó que se podría vestir apareció otra persona, era su pareja.

―¿Estás bien Kōki? ― El león se acercó a este de manera tranquila y el primer impulso que tuvo el chihuahua fue abrazarlo así mismo desnudo como estaba y lleno de flores en el cuerpo.

―¡Te amo Sei! ¡Perdóname! ―El chihuahua no pudo evitar sentirse mal, es que en verdad que se sentía culpable por todo lo que había hecho―Yo nunca te eh odiado.

―Lo sé Kōki, está bien―Amaba demasiado a su pareja, era tan lindo como había salido de la tina solo para disculparse le enterneció demasiado, lo abrazó protectoramente y besó su frente―Ahora estas bien y es lo que importa.

―Te lastime, no me puedo sentir bien. ¡Yo no puedo sentirme digno de ser tu esposo! ―Miro hacia abajo haciendo un puchero, que su marido fuera bueno con él le hacía sentir mal.

―No digas tonterías Kōki.

―Es la verdad Sei, creo que no merezco ser tu pareja, yo creo que es mejor que nos divorciemos...

El león parpadeo dos veces antes de mirar a su esposo ¿Había oído bien, su esposo se quería divorciar? No, no algo estaba mal. Esa no era su hermosa pareja.

―Creo que aun te falta tiempo en el baño Kōki, aun estás diciendo disparates.

―Sei...―Tomo el rostro ajeno para que viera que estaba bien―Te intente lastimar, acabar con tu vida, no puedo sentirme digno de ser alguien como tu esposo, te amo y nunca debería haberme atrevido siquiera a decirte esas cosas tan horribles, nunca podría odiarte ¡Hice actos aberrantes! ¡Me atreví a lastimarte! No soy un esposo digno de ti.

Seijūrō se separó del castaño de manera prudente y le puso una toalla en la cabeza y otra en su cintura para luego cargarlo antes de que su pareja dijese nada para protestar siquiera, hasta la habitación de ambos y colocarlo en la cama de manera suave.

―Sécate el cabello Kōki y dime ¿Por qué rayos piensas cosas tan absurdas? ―Se cruzó de brazos esperando la respuesta de su pareja algo molesto.

―¡No son absurdas Sei! ¡Te lastime! ¡Mi instinto me pedía matarte! ¡¿Cómo puedo sentirme un buen esposo siquiera?!

Su esposo suspiro y tomo del mentón suavemente a Kōki para que se miraran de frente, para leer sus expresiones y su mirada.

―¿Me odias? ―Pregunto directamente.

―No, nunca podría ¡Jamás! ¡Ni siquiera sé porque dije esas cosas! ―Negó de manera insistente completamente sincero.

―¿En serio soportarías que estuviésemos separados ahora? ―Miro de una manera más dura a los ojos de su amado. ―Kōki entiende, a mí no me interesa lo que hiciste, porque no eras tú en ese momento, estabas siendo manipulado. Mi esposo es un chico que me ama y con el cual tenemos unos hijos maravillosos.

Secó con suavidad el cabello de su pareja y acariciándole las mejillas dijo lo siguiente.

―Eres mío, jamás te dejaré ir mi cachorro―Sentenció finalmente acercándose más a su esposo. ―¿Acaso ya no me amas?

El chihuahua no resistió oír decirle esas cosas y lo abrazo fuertemente, aferrándose quedando encima de su pareja, dándole besos cariñosos en el rostro.

―¡Claro que no soportaría estar lejos de ti! Te amo demasiado Sei, pero me porte mal...―Lagrimeo en el hombro de su esposo― Soy un mal chihuahua no trate bien a mí león.

―Que bien que entiendas que te portaste mal, pedir el divorcio te hace un mal chihuahua.

―No me refería a eso Sei. ―Inflo las mejillas el castaño en un gesto infantil que hizo reír a su pareja de manera leve.

―Pero es lo que importa ahora, no te voy a perdonar eso tan fácil, voy a cobrarte todas esas malas acciones en que me des caricias y besos y finalmente un "te amo" por cada "te odio" y derivados que me dijiste.

Dicho esto beso a Furi que estaba un poco sorprendido por lo que su amado decía, pero que correspondió al acto con amor y mucho cariño. Se besaron nuevamente, pero cada vez el beso iba tomando más pasión, más necesidad del otro, de perderse en las sensaciones, no importándole nada más que ellos dos allí.

―Sei~―Lo lleno de besos en el rostro y en el cuello de manera insistente y muy cariñosa.-Hagamos el amor~-

―Tan deseoso como siempre mi cachorro, pero no podemos. ―Le nalgueo el trasero acariciándoselo luego, provocando un sonrojo en su pareja―Recuerda que por eso discutimos la última vez. Iremos al médico a verificar que estemos bien, además. ―Lo beso con mucho cariño en una mejilla―Tenemos visita, no está bien que cedamos a nuestros impulsos en este momento.

―Pero aun hueles a celo. ―Se ruborizó un poco con la mención de las visitas―Es verdad están los emperadores... ¿Y dónde se supone que están?

―Creo que están viendo a los bebés. Será mejor que te vistas, me estas tentando mucho. ―Le volvió a acariciar las nalgas de manera tentadora, Kōki se dejó hacer un poco porque necesitaba sentir a su amado, pero comprendió que, si seguían así, si terminarían cogiendo.

―Ya voy entonces...―Se terminó de secar y fue por la ropa.

Lazos Involuntarios (Re Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora