015.- Desenfreno. Amigo de infancia.

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Esa semana sí que había sido una locura, no podía describirse de otra manera más que eso o una semana donde algo tan simple se había convertido en una adicción. Era la primera vez que iba al baño después de una semana, no había comido, apenas si había dormido. Tenía el trasero adolorido y adormecido además de sus piernas. Se toco el cuello que estaba lleno de huellas de chupones y mordidas delineando sin querer esa marca que había logrado detener la adicción que había tenido con su pareja y que casi mueren por culpa de esa adicción irrefrenable, la marca de la unión.

Aun recordaba todos los cambios que Akashi y él habían pasado esa semana, aun no creía que hubiesen podido hacer tanto.

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Furi al despertar después de haberlo hecho por primera vez con su prometido de ambas formas se levantó con pereza, aunque con algo de dificultad, descubriendo que era de día. Le dolía algo el trasero, aunque supuso que era normal para la primera vez y sobre todo con el tremendo tamaño que tenía su pareja. Con esfuerzo, se dirigió hacia el baño para lavarse los dientes y darse un buen baño, esperaba que esta vez su celo amainara un poco. Llego a este soltando un ruido de exclamación cuando ve sus ojos en el espejo, sus pupilas parecían más grandes ¿Qué rayos había pasado? ¿Estaba enfermo?

Con el ruido el león se había despertado para ver a su pareja preocupado por su reacción sin embargo al ver a Akashi, de nuevo se sobresalta: Los ojos de este eran completamente dorados, ambos.

T-tus ojos...

― ¿Cambiaron mis ojos también? ―Dice mirando Akashi a su pareja viendo los ojos de este ― Mmmm, creo que mi padre dijo algo así que cuando las parejas se unían los ojos cambiaban, debe ser de esta forma para ambos por nuestras formas animales supongo.

―Es, muy extraño...

―Si-Se encogió de hombros.

―Ahora no podre saber quién es Bokushi u Oreshi.

Seijūrō se acercó a Kōki riendo y lo abrazo. Desde que se levantó sintió la necesidad, quería hacerlo otra vez.

― ¿Qué tal si lo hacemos antes de que te vayas a trabajar?

El chihuahua quería, rayos que lo quería, desde que despertó sentía el cuerpo caliente como nunca, tenía que irse a trabajar, pero no podía negarse, menos al sentir la virilidad ajena contra sus nalgas.

―De acuerdo―Beso a su pareja y terminaron haciendo el amor.

Una, dos, tres, cuatro y más sin darse cuenta de que el día fue pasando y que era de noche cuando terminaron cansados y durmieron.

Solo tres horas porque necesitaban hacerlo otra vez.

Ambos sentían que tener tantas ganas era anormal y que ni siquiera habían comido o ido al baño, pero suponían que quizás era cosa del celo y pasaría...

Pero los días pasaban y no se soltaban, no podían, querían soltarse pero en cuanto lo intentaban se sentían demasiado mal y necesitaban hacerlo.

Akashi siendo embestido sin parar por Furihata llamaba a sus encargados y les decía que aplazaran cualquier cita o reunión de esa semana, simplemente no podía separarse del cuerpo del otro. Furi hizo lo mismo llamando a la tienda de pasteles, excusándose con cualquier cosa.

―Tenemos que pedir ayuda... ¡ah!... ¡más! ¡AH! ¡Sí! ¡Más adentro! ―Jadeo el chihuahua mientras era poseído por su león quien arremetía más fuerte contra el cuerpo ajeno― ¡Tengo hambre! ¡Aaaah! ¡Apenas si hemos...arsg dormido!

―Lo...nhsg...Sé... ¡Aprietas tan delicioso! ―Beso las mejillas de su amado, preocupado, aunque no podía dejar de tener sexo con él ni al revés―Pero... ¿A...QUIEN...Llamamos? Demonios Kōki, ya no aguanto...hasta acabar...se está haciendo doloroso.

―Jajá...yo siento que me estoyyyy ahogando... ¡AH! ¡Aaah! ¡ME VENGO! ―De improviso fue eyaculando mientras que al sentir el apretón cuando su pareja se venía Akashi se corrió dentro de él rebalsándolo ya pues estaba lleno del líquido de este tantas veces que se había venido. Él estaba absolutamente igual que su pareja.

Apenas si se recuperaron y se separaron, el cachorro penetro a su pareja porque la necesidad podía más, ni siquiera necesitaban prepararse, estaban tan dilatados, calientes y mojados con semen del otro que solo era llegar y penetrar.

―S-Sei ¡Llama a tu padre! Ngh...quizás él sepa algo―-Golpeo con fuerza el trasero ajeno con su pelvis al penetrar duro a su pareja, tomo a Akashi con la fuerza que podía y lo puso en el tatami donde estaba el celular para que llamara sin dejar de tomarlo como suyo.

―Papá... ¡Ah Kōki! ―Gimió altísimo―Contesta demonios...amor umnh...si me haces gemir tan alto no querrá oírme... ¡AH! ¡Quiero más!

///////////////En el otro lado de la línea//////////////////

― ¿Para qué llamas Seijūrō? ¿Quieres sacarme en cara de que estas acostándote con ese perro? ―Gruñó indignado al escuchar los gemidos de su hijo siendo penetrado. ― ¿Ah? Ah...-El hombre entendió la situación a pesar de que era algo traumatizante escucharlos así―Tienen que unir el lazo para que sus deseos incontrolables se hagan normales. ― Respondió exasperado―¿Qué cómo se hace? Pues tendrás que cortar la piel de ese chihuahua y... ¿Seijūrō?

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―No... ¡AH! resulto, quiere que te lastime... ¡Nunca lo haré! Um ¡Se aprovecha de las circunstancias!

―Dame...gk! ¡EL PUTO CELULAR! –No sabe si es por tanta actividad, o el no haber comido por días o apenas haber dormido, que le dolía todo el cuerpo. Tomo el celular del pelirrojo y marco a duras penas a Kuroko.

/////////Por el otro lado de la línea /////////

―Akashi-kun ¿Qué pasa? Ah, eres Furihata-kun... No sabía que tuvieras esos fetiches de llamar a las personas en el acto sexual, te voy a cortar... –Y de hecho estaba a punto de hacerlo cuando el chihuahua le explica la situación rápidamente― ¿Eh? ¡Eso es peligroso! ¡Si no comen morirán! ...Espera creo que tú y Akashi-kun deben unir sus sangres cortándose un dedo, creo que el índice si no mal recuerdo, solo así podrán sellar la unión-

Kuroko le pregunta con la mirada al tigre, que había escuchado la conversación, un poco descolocado con lo oído quien asiente a lo último.

―Kagami-kun dice que sí. Deben hacerlo pronto... ¡No demoren más tiempo! Suerte con ello Furihata-kun.

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Así lo hicieron con una tijera filosa que encontraron a mano Akashi había hecho un corte a ambos para unir sus sangres poniendo sus heridas juntas, mágicamente pudieron ver como las heridas se cerraban solas y un símbolo aparecía en el cuello de ambos. La lujuria incontrolable había parado, ahora era normal. Apenas si se separaron tuvieron ganas de ir al baño ¿hacia cuanto que no habían ido?

― ¡Déjame entrar a mi primero yo tengo más ganas que tú!

― ¡Yo también lo necesito! ¡Tu casa debería tener más baños Kōki! ¡Déjame entrar a mi primero!

― ¡No quiero! ¡Tú déjame entrar a mí! ―Le dio un empujón a su pareja.

― ¡No Kōki yo quiero hacerlo primero!

Al final el león entro primero estando más de una hora allí y Furihata aguantando como podía sus ganas, al entrar se dio cuenta que el pelirrojo se había dormido y lo tuvo que sacar para entrar él.

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Después de por fin hacer sus necesidades se miró al espejo, su piel se veía pálida y esa marca en forma de un sol parecía brillar o quizás era su imaginación. Sus ojos seguían distintos, sinceramente no le gustaba porque parecía otra persona. Tenía tanto sueño... de pronto todo se volvió negro.

Lazos Involuntarios (Re Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora