Capítulo 1: Ilusiones de un niño

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Vivo en un mundo maravilloso y bastante curioso si me lo preguntan, todos nacemos diferentes unos de otros, ¿Por qué? ¿Acaso nos crecen dos cabezas? ¿Alas? ¿Nos falta un ojo? Pues eso suena bastante tonto, ¡Pero es verdad! Todos tenemos particularidades que nos hacen distintos unos de otros, se le conocen como "quirks", "dones" o simplemente "poderes" y hay de todo tipo. Así de maravilloso como suena, todos nacemos con poderes... O casi todos.

Antes de que lo preguntes, sí, existen los héroes, gigantes, pequeños, musculosos y delgados, de todos los tamaños y formas que puedes llegar a imaginar, normalmente nadie tendría problemas con algo así, después de todo vivimos en una sociedad llena de héroes y personas con poderes incomparables.

Pero hay un secreto que todos ignoran, todos quieren mantener esa preciosa fachada de que vivimos en un mundo perfecto donde todos son felices, pero yo sé la verdad.

Ser querido en un mundo de héroes debería ser sencillo, ¿No? Pues no, no todos pueden ser queridos de la misma forma, es simple lógica. Cuando les dije que hay Quirks de todo tipo es que en serio, hay de todo tipo, desde los útiles, como lanzar electricidad o crear explosiones con tu sudor, hasta los inútiles, como sacar tus ojos de las cuencas de tu cabeza o el de estirar tu cuello... Y ya.

Pero entre ellos hay gente que aún es menos querida que los que tienen un quirk inútil, esos son los que directamente nacen sin uno, ¿Quién sería el desgraciado que nacería en un mundo con poderes y no tener uno?

Pues damas y caballeros, déjenme presentarme, yo soy ese desgraciado, Izuku Midoriya. Intente convertirme en un héroe, pero las cosas no salieron como yo creía, ridículo, ¿No? Un héroe sin poderes. Simplemente no era mi destino, pero me negaba a escuchar lo que otros me decían, desde mi punto de vista yo tenía muchas opciones para convertirme en un héroe, pero con el pasar del tiempo, todo iba cambiando.

Termine quedándome sin opciones.

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Esta es la historia de Izuku Midoriya, un joven que por más que lo intento no logro completar ninguno de los requisitos para poder ser un héroe o, mínimo, una persona respetada en el mundo, era menospreciado, utilizado y muy subestimado.

Normalmente a los 4 años de edad es cuando los dones llegan a manifestarse, pero si el don aún no se manifiesta en el niño, lo mejor que pueden hacer sus padres es ir al médico a que verifique el estado de su pequeño.

Esto mismo es lo que hizo la madre de Izuku e Izumi, Inko Midoriya con sus dos hijos, Izuku, ambos gemelos aún no habían despertado su don.

—Su hija se encuentra en muy buena salud, señora —un doctor levantaba unos rayos X frente a la familia —. No se preocupe, no tardará en despertar su don, solo es cuestión de tiempo.

—¡¿Oíste Izuku?! ¡Ya no tarda! —una pequeña peliverde abrazaba feliz a su hermano.

—¡Felicidades, hermana! ¡Pronto seremos como All Might! —el pequeño movía su cabeza hacia enfrente y hacia atrás de una manera bastante preocupante.

—¿Y mi hijo? —la peliverde observaba a su pequeño hijo moverse contento en su silla esperando la misma respuesta.

—Como se lo digo... —el anciano bigotudo tomaba otros análisis —... Su hijo no tendrá un don.

—¿Qué? —Inko miraba sorprendida al médico, Izumi se quedó completamente en silencio y con la boca muy abierta e Izuku... Él estaba de piedra y con una mirada perdida.

—Mire —coloca ambos análisis de los hermanos juntos —, su hija tiene una sola articulación en su dedo meñique, pero su hijo...

—Tiene dos... —la madre aún no podía creer lo que observaba.

Sin mas opciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora