¿Vale la pena defender esta sociedad?
Si me hubieras preguntado en el pasado sin dudas te diría que sí, pero ahora todo cambio.
Esa misma sociedad que buscaba defender me dio la espalda, me dijeron múltiples veces que no podía ser un héroe, me compa...
Ya habían pasado algunos días desde que la liga de villanos había rescatado a Eri, pero las cosas desde ese día no fueron de la mejor manera.
Eri ya se había recuperado por completo, lo más resaltante era que su cuerno se había encogido y que ya había hablado con la mayoría de la liga al menos una vez.
Si bien, la joven aún no estaba estable emocionalmente para ver a cualquier persona debido a los muchos eventos que sucedieron de repente en su vida, no tenía otra opción, no es que la liga de villanos pudieran dejarla en una guardería o parecido.
Después de todo, Eri solo tiene a la liga de villanos, los cuales la hicieron sentir bastante bien, es más, ¿Por qué no ver que es lo que pasó durante esos días?
—S-Señorita Uravity... —una pequeña se acercó a la castaña algo tímida.
—¿Sí? ¿Qué sucede, Eri? ¿Te duele algo?
—N-No... Es solo que... E-Esta ropa es algo incómoda... —susurró mirando que aún usaba la ropa que tenía desde el ataque hacia Chisaki.
—Oh, comprendo, quieres nueva ropa, ¿No es así? —Uraraka sonrió ante el pequeño asentimiento de la niña —Pues... Espero que te lleves una sorpresa.
Al lugar entró Toga con una pequeña bolsa —Me costó mucho encontrar ropa decente para Eri.
—La compraste, ¿Verdad? —Ochako miró a Toga sonreír un poco con nervios —La compraste... ¿Verdad?
—¡Veamos cómo te ves con esto! —ignoró a Uraraka extendiéndole unas ropas a la pequeña.
Después de unos minutos, Eri salió de la habitación donde se estaba cambiando.
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—¡Te ves preciosa, Eri! —chillaron las dos villanas mirando a la albina.
Eri simplemente se sonrojó algo insegura, recibir esta clase de afecto no era nada común para ella.
—¿Qué te parece si nos haces unas trencitas? —Uraraka se hincó hasta quedar a la altura de la niña.
—¿Trencitas? —tragó un poco de saliva sin entender exactamente a qué se refería.
—¡Eres tan tierna! ¡Te quiero apuñalar! —Toga miraba a la pequeña con bastante emoción.
—¿Apuñalar? —Eri jugó con sus manos un poco nerviosa.
—Ejem... Volvamos al plan de las trencitas —interrumpió Uraraka con nervios.
Por otro lado, se encontraban algunos miembros de la liga platicando un poco con respecto a la nueva integrante.
—Sabes, creo que fue una muy mala idea tener a esa niña acá —bufó Mustard —. Nadie de la liga está capacitado para cuidarla correctamente.
—¡Claro que la podemos cuidar! —Twice intervino de forma agresiva —Aunque probablemente si la cuido termine muriendo —se contradijo.
—Bueno... Eso es verdad considerando que los únicos adultos aquí son Dabi y Mr. Compress —señaló Izuku un poco cansado.
