| El Demonio Que Vive Dentro De Ti (ο δαίμονας που ζει μέσα σου) | SeHo•HunHo

날 먹어

Una brisa golpeaba en su vientre, aún con sus ojos cerrados sentía el cuerpo pesado y los párpados no respondían con rapidez.

Casi cómo si se despertara lentamente del letargo que produce una anestesia, poco a poco sus extremidades reaccionaban y cuando se percató de sus muñecas adormecidas con algo rodeándolas fuertemente abrió los ojos confundido.

Esa era la enfermería, estaba seguro por su aspecto junto al olor de los medicamentos y desinfectantes, pero no se veía como la que recordaba...

Parecía más antigua, desordenada y totalmente abandonada, lucía bastante lúgrubre con apenas un poco de iluminación encima suyo, le hacía pensar que era el personaje principal allí. Esa habitación se sentía como si estuviese atrapado en el mismo lugar pero distinta dimensión ¿Que rayos era todo eso?

Quiso moverse y aún así no pudo lograrlo, su cuerpo se encontraba paralizado aunque intentó con todas sus fuerzas.

Finalmente obtuvo respuesta pero aquello le hizo percibir el frío metal bajo su espalda desnuda, probablemente por ello sentía su cuerpo helado.

Levantó levemente su cabeza estirando el cuello hacia adelante para ver a lo largo de su cuerpo, entonces comprendió que estaba congelado porque no llevaba puesta ninguna prenda que cubriera su torso... Miró hacia arriba encontrando sus muñecas sujetas a cada lado de la camilla, empezaba a sentir su ritmo cardíaco acelerándose con desesperación y al bajar nuevamente la mirada confirmó que al igual que los brazos sus piernas no podrían moverse por tener apresados los tobillos, las cadenas sonaban contra la superficie cada vez que se retorcía asustado y aunque había conseguido mover su cuerpo no era capaz de emitir sonido alguno.

¿Se encontraba sobre una camilla de autopsias? ¿Esas manchas de allí eran sangre?

¿Estaba soñando otra vez? No podía dejar de cuestionarse, todo se sentía irreal pero al mismo tiempo era difícil distinguir si aquello le ocurría en verdad o sólo estaba teniendo una pesadilla.

Era una extraña sensación que no desconocía y por ese mismo motivo su preocupación iba en aumento, ninguna experiencia similar había resultado bien.

—Al fin despiertas... —Otra vez estaba allí, reconocía su voz aún si no le miraba, pero no sonaba como aquel muchacho que le agradaba, ésta vez se sentía completamente incómodo, definitivamente era igual que la última vez...—. Creí que no lo harías nunca ¿A lo mejor me excedí ésta vez?

No entendía a qué se refería y no podía preguntarlo tampoco, un nudo en su garganta no le dejaba expresarse.

Otra vez sentía pavor de estar allí junto a él...

—No te preocupes, no voy a hacerte daño, ya deberías saberlo... —Se acercó al mayor y acarició su pecho bajando hasta detenerse en el ombligo.

El contacto le produjo escalofríos y se removió inquieto sin saber cómo reaccionar.

—Aah... Aunque... Debería aterrarte más seguido, en serio te ves increíble cuando te retuerces de miedo —Sonrió ladino y acomodó su cabello hacia atrás.

—¿P-p-po... —Al fin consiguió soltar un murmullo pero aún no lograba formular las palabras.

—¿Qué pasa, no puedes hablar? —Aún no cambiaba esa expresión de su rostro, parecía estar disfrutando de aquello, se le hacía familiar toda esa situación.

—¿Por qué... me haces e-esto? —Con mucho esfuerzo completó aquella pregunta.

—No mentí cuando dije que quiero devorarte... —El muchacho empezó a moverse con más fuerza golpeando un metal contra el otro y tirando para liberarse—. Shh... tranquilo, no voy a hacer nada que no te guste...