JunMyeon había logrado evitar encontrarse con ese chico durante todo el día. Chanyeol no fue de mucha ayuda pero al menos le mantuvo distraído lo suficiente como para no sentirse perseguido por sus recuerdos constantemente, era un poco bruto pero no un mal chico... Tal vez había sido muy duro con el.
Cuando menos lo esperó la hora pactada para encontrarse en el aula treinta y tres estaba acercándose. Sus manos sudaban y sus pies dudaban de seguir avanzando o dar la media vuelta al encuentro con su compañero de habitación.
No, no sería un cobarde ahora ¿O tal vez lo fue desde un principio? Si ese era el caso entonces éste es el momento de revertirlo.
Allí estaban los números en el cartel. Treinta y tres, el auditorio donde dictaban clases de canto...
Efectivamente nadie estaba allí a excepción de un jóven alto que forcejeaba para escapar del más pequeño quien le sujetaba insistente del brazo.
—Te dije que te quedarías conmigo Tao, no seas tan mariquita
—¡Ya déjame de una vez JongDae! No me involucres en tus locuras
—No son locuras, ya verás que es divertido
—Claro que no, no tienes remedio ¡Maldita sea, suéltame!
—Ejeem... —Interrumpió el recién llegado haciendo que ambos jóvenes dieran un pequeño respingo mirando en su dirección.
—Oh ya estas aquí... No tienes escapatoria, te quedas con nosotros —El pelinegro rendido bufó y se posicionó al borde del escenario, con total desgano—. Ven siéntate aquí novato —Señaló haciéndose a un lado y palmeando la madera, en el medio suyo y de su amigo Huang.
JunMyeon hizo caso subiendo al escenario y tomó un lugar al lado del compañero Kim quien parecía extremadamente ansioso por hablar del famoso Oh SeHun.
Tal vez era el único que se encontraba de esa manera, los otros dos jóvenes no se veían demasiado convencidos... Uno menos que el otro, pero no habría vuelta atrás, había llegado hasta allí para encontrar respuestas y eso es lo único que esperaba conseguir.
JongDae se levantó del suelo y en un instante hizo un juego de luces que lograron darle un toque lúgubre a aquel salón.
—Entremos en clima... Bien, no se exactamente que esperas oír. Pero hay infinidad de rumores acerca del chico 666, estoy seguro de que no todos son acertados por eso solo diré aquellos que no difieren de una realidad que muchos afirman haber visto...
—¿Quieres decir que muchos alumnos vieron algo extraño alrededor de él?
—Exactamente... Cuentan que él desde un comienzo fue extraño
—Todo lo que sale de su boca es una mentira, no creas en sus engaños. Déjate de estupideces ¿Quieres? —El más alto giró sus ojos en las cuencas con un rostro hastiado.
—¿Cómo sabes que son mentiras? ZiTao hasta los mismos maestros le tienen miedo ¿Por cuál motivo crees que todos temen de él?
—No lo sé... Y te dije que no me interesa saberlo
—Yo si quiero escucharlo... —Confirmó curioso SuHo.
—¿Te gustan las cosas tenebrosas nuevo?
—Si, c-claro... —Mintió observando los atemorizados ojos del chico corpulento al frente suyo.
—Nosotros dos podríamos llevarnos bien entonces...
—Seguro —Contestó sin darle demasiada importancia—. ¿Por que es que todo el mundo teme de ese joven? —Interrogó volviendo al tema.
—Escuché hace mucho tiempo que ese chico es huérfano, prácticamente se crió en este lugar... Nada de eso es extraño ¿Verdad? —JunMyeon negó con la cabeza—. Pero también oí que sus padres fueron cruelmente asesinados... El día en que sucedió, la policía llego a la escena del crimen y no lograron hallar a nadie más que el pequeño retoño de los difuntos, bañado en sangre. Quién me contó ésto es hijo del detective que estuvo a cargo de aquel caso, con los años el hombre perdió la razón y confesaba constantemente aquello que había visto al llegar allí... Dijo que siempre susurraba como ese niño balanceaba su cuerpo repitiendo una vaga melodía mientras rasgaba la piel de sus brazos
—Deja de ver películas Chen, esa historia es demasiado cliché
—¿Qué sabes tú idiota? Nunca escuchas lo que digo
—Continúa por favor —Pidió quien estaba en medio de los dos amigos, evitando que éstos empezaran una absurda pelea.
—Como decía... El niño clavaba sus uñas en la piel de sus regordetas extremidades hasta hacerlas sangrar y se negaba a dejar que alguien tocara a sus inertes padres. Era tan sólo un bebé pero parecía una fiera capaz de morder a los oficiales que intentaban evaluar la situación
—¿Cómo es que no fue enviado a un correccional? Es decir... ¿No había cometido un crimen? —JunMyeon se encontraba totalmente curioso de aquél relato.
—Apenas tenía cinco años cuando esto sucedió... El pequeño cayó desmayado instantes después de luchar por mantener a todos lejos de sus progenitores. Nadie pudo comprobar que haya sido él quien los asesinó... Claro, el ADN del niño estaba en todos lados. Nunca se supo realmente que ocurrió
—¿Eso es todo? —El único molesto allí de los tres cuestionó con voz desafiante—. Creí que sería más tenebroso
—Este es sólo el comienzo cariño —Contestó el narrador en tono burlón—. La muerte de sus padres hasta el día de hoy es un misterio, además... Nunca habían visto un caso así, cuentan las lenguas que los cuerpos de aquellos pobres señores estaban totalmente destruidos. Sus rostros no eran siquiera capaces de reconocerse como tales y sus cuerpos lucían de un modo que daba la impresión de haber sido estallados desde el interior de sus viseras, no había armas posibles en la escena, siquiera señales de que alguien mas irrumpiera en el hogar. Simplemente imposible de explicar u encontrar un culpable, nadie más que el joven Oh SeHun ha de saber lo que sucedió allí...
—¿Explosivos tal vez? ¿Qué tal si se mataron por algún motivo?
—¿Cómo habría de ser eso Tao? ¿Quién en su sano juicio se haría reventar por cuenta propia frente a su único hijo de cinco años? Los rumores de la muerte de sus padres son muchos más, pero en mi investigación de casos inexplicables éste es el que me resulto más acertado. Conseguí enterarme también de que el niño incluso desde su concepción se rodeó de historias escalofriantes...
—¿Qué quieres decir con eso? —SuHo tenía la piel de gallina puesto a que al igual que Tao nunca fue muy bueno soportando escuchar historias de esa índole.
—Mi madre es enfermera en el hospital del pueblo Nagoro... Cuándo tenía solo dos años nos mudamos allí puesto a que mi abuela paterna vivía en ese pueblo. SeHun aún no existía en éste mundo pero su madre estaba esperando gemelos al momento en que mi mama comenzó a trabajar en ese lugar.
—¿Por qué nunca me enteré de éstas cosas? —Se sintió un tanto dolido el más alto de los tres.
—Ya te lo dije... Tú nunca me escuchas, no sé por que demonios eres mi amigo
—Lo siento Dae, sonaba aburrido...
—Como sea. Al poco tiempo mi madre fue contratada por ellos, era la única en hablar coreano aquí así que trabajaría únicamente para la familia Oh, quienes por cierto eran los mas adinerados en éste funesto pueblo
—¿Y que le sucedió a tu madre? — Averiguó SuHo en tono curioso.
—Pues a ella no le sucedió nada malo por suerte, me enviaron aquí porque ya nadie me soportaba en casa jeje
—Nadie te soporta en ningún lado JongDae —Bromeó Tao, molestando al otro.
—Vete al infierno idiota. Eso no es cierto, mi madre simplemente quiere la mejor educación para mí...
—Si claro, como digas
—No te desvíes Kim, cuéntame qué sucedió después —JunMyeon no estaba en absoluto interesado en sus discusiones "amistosas".
—Cuando ella comenzó a trabajar en esa casa...
—¡DIOS MÍO! —El muchacho de oscuro cabello gritó totalmente aterrado mientras el interesado en los rumores se abrazo de este, incluso cuando apenas intercambiaban palabras en clase...
Y no es que se hubiesen asustado del relato que oían, sino que en ese preciso instante las luces del auditorio se apagaron por completo, sumiéndolos en una total obscuridad.
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| El Demonio Que Vive Dentro De Ti (ο δαίμονας που ζει μέσα σου) | SeHo•HunHo
Fanfiction¿Haz escuchado las gélidas voces susurrantes del averno? ¿Alguna vez le haz temido al demonio? Al final del pasillo, dentro del instituto Takahami habitaba uno... ¿Cuan profundo se permitiría caer en el abismo? Tu... ¿Te dejarías poseer por el? -De...