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Jimin balbuceaba palabras incoherentes luciendo desorientado y perdido. Se encontraba en los brazos de Jungkook, tumbado en su regazo en los asientos traseros. El azabache lo acunaba y no le quitaba los ojos de encima. Temía que si lo hacía Jimin cerrara los suyos y no volviera a abrirlos. Había utilizado su camiseta como torniquete pero la sangre no dejaba de fluir. Si no encontraban pronto un lugar para atenderlo, iba a perderlo. Iba a jodidamente perderlo para siempre.

-M-me duele mucho- el rubio dijo forzosamente.

-Lo sé- Jungkook se oyó decir. Se sentía distante de sí mismo y fuera de la realidad. Aquello no podía estar sucediendo. No había estado en ninguno de sus planes. No podían haber disparado a Jimin- Pero pronto dejará de doler. Vamos a ir a un hospital y te van a curar. No tienes que preocuparte por nada ¿De acuerdo? Siempre te he dicho que las cosas importantes me las dejes a mí.

Jimin asintió lentamente.

-No quiero morir- confesó asustado- No he hecho nada con mi vida.

Jin los miró a través del retrovisor con los ojos cautos. El ambiente era tan denso en tensión que apenas se podía respirar.

-No vas a morir- Jungkook gruñó- No pienses en eso. Sólo es una herida, una como cualquier otra.

No lo era pero Jungkook no ganaba nada preocupándolo.

Jodidamente lo habían disparado.

Jungkook, reacciona.

-Eso es cierto, Jimin- Seokjin habló para aligerar la tensión dentro del coche- No sé si Jungkook te lo ha dicho pero yo también soy militar y he recibido algún que otro disparo a lo largo de mi vida y aquí me ves, de una pieza.

-P-pero Taehyung murió de un disparo- Jimin respondió con ojos asustados.

Seokjin enmudeció.

Jungkook lo miró con una tormenta en sus ojos. Se sentía furioso, impotente y preocupado hasta la médula. ¿Por qué decía eso? ¿Por qué no podía callarse la jodida boca? ¿Por qué tenía que meter a Taehyung en todo esto? Él no era Taehyung y nunca lo sería.

-Tú no eres Taehyung- Jungkook masculló entre dientes.

-Pero tú dijiste...-

-No dije una mierda- Jungkook gruñó- No era cierto.

Jimin enmudeció y lo miró con ojos grandes.

-¿N-no lo soy?- el rubio preguntó tembloroso.

Sabía todo lo que había detrás de esa pregunta, sobre todo después de la discusión de día anterior. Jimin quería oír de los labios de Jungkook que no, que no lo era.

-No lo eres- Jungkook sentenció cerrando los ojos y forzándose a respirar.

No, no lo era. Nunca lo sería. Taehyung fue su mejor amigo y un hermano. Jimin era el mocoso del que estaba enamorado. Eran dos formas de amar incomparables y a años luz la una de la otra.

¿Qué tenía para perder confesándolo? ¿Qué era peor que perder a Jimin en sus brazos?

Nada, jodidamente nada.

El rubio sonrió débilmente.

-Me quieres- susurró como si estuviera confesando un secreto.

-Cállate- Jungkook musitó.

-Dilo. Di que me quieres.

Jimin no quería que Jungkook estuviera diciendo todo eso sólo por el estado en que se encontraba, y que después, si es que se curaba, dijera que no lo sentía de verdad. Mucho menos quería morir en una mentira.

GUARDIÁN - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora