22.

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-Pasad, poneos cómodos.

Namjoon murmuró desde su ordenador después de gritar un "Está abierto".

Jimin y Jungkook accedieron a la penumbra de la desastrada habitación de el de hoyuelos acto seguido. Al parecer, su madre y él tenían su pequeño apartamento escondido entre todas las habitaciones del Omelas, justo tras la recepción.

Nada más entrar, Jimin cubrió su nariz por el hedor a calcetines sucios y sudor. El escritorio estaba repleto de latas de bebida energética vacías, platos con bordes de pizza y bolas de papel higiénico arrugadas. Había un rollo de papel a punto de acabarse junto al monitor de su gigante y brillante ordenador de gamer.

-Abre un poquito ¿No?- Jungkook masculló entre dientes con una mueca- Que corra el aire, dios.

Namjoon se encogió de hombros, se estiró un poco sobre el escritorio y abrió la ventana.

Jimin podía compadecerse de su pobre madre.

Era curioso cómo era la vida. Unos tenían la libertad de tener un dormitorio así de desastrado, lleno de lujos y una madre que lo permitía, mientras otros rezaban por tener toda la casa limpia y la comida hecha antes del medio día.

-Ya he configurado el ordenador para poner aquí las cámaras- Namjoon musitó despreocupado y se sacó de las orejas sus cascos a juego con el ordenador- ¿Queréis ver?

Jungkook asintió y se apoyó del escritorio para ver.

Namjoon puso en el monitor las imágenes de las cámaras y fue pasando.

-Tenemos cámaras prácticamente en todas partes. Mi madre no se fía de nadie.

-Tu madre es muy inteligente, entonces- Jungkook contestó observando detalladamente todos los ángulos, en busca de puntos ciegos.

-Esta es la del parking, restaurante, pasillo del primer piso...- Namjoon fue pasando- Lavandería- murmuró con sorna.

-Ay, dios...- Jimin cubrió su rostro.

Sí, justo ahora fingía ser un puritano, después de que Jungkook lo nalgueara mientras lo follaba a cuatro contra la pared.

Ese no era el punto.

-En cuanto a planos...- Namjoon rebuscó en uno de sus cajones, lanzando más papel higiénico, algunas hojas y un calcetín arrugado- He conseguido este. Los cuartos que has encontrado cerrados con llave son de mantenimiento. Agua, electricidad... Esas cosas. En cuanto a salidas... Realmente sólo hay una, la de incendios. Está junto a las tragaperras de la recepción.

-La vi.

-Bueno, también se puede entrar al Omelas desde aquí, desde el apartamento de mi madre, pero ni si quiera nosotros usamos esa puerta. Da al descampado de atrás, donde están las basuras.

Jungkook asintió lentamente.

Namjoon dejó de pasar las cámaras en el ordenador y se giró en su silla de ruedas. Rebuscó en el bolsillo de su sudadera y extrajo una cajetilla de tabaco que extendió hacia Jimin. Los ojos del azabache se abrieron entusiasmados, pero antes de poder cogerla, la mano de Jungkook la interceptó.

-Eso es un poco tóxico por tu parte, tío- Namjoon expuso hacia Jungkook.

-Tóxico es la mierda que le meten a esto- alzó la cajetilla.

-¡Dámela!- Jimin gruñó abalanzándose contra él y tratando de alcanzar su mano. Jungkook se puso de pie para evitarlo, y Jimin saltó sobre la cama de Namjoon para llegar a él.

-Bueno- Namjoon continuó despreocupado y calmado mientras Jimin escalaba a Jungkook como un koala- Yo ya he cumplido mi parte del trato, ahora os toca a vosotros cumplir la vuestra.

GUARDIÁN - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora