GUARDIÁN - Kookmin

37.

Jungkook despertó en medio de la noche con un sobresalto. Pensó que lo que lo había provocado era una pesadilla pero lo que realmente lo causó fue la ausencia de Jimin en sus brazos. Todavía desorientado por el cansancio acumulado, Jungkook se tensó y se incorporó mirando a todas partes en la oscuridad de la habitación antes de encender la luz de la lámpara. Su corazón golpeaba tan fuerte que sentía que se le saldría de su pecho.

Sus ojos se detuvieron en el baño y en la puerta abriéndose. Jimin surgió de allí, frotando sus ojos y apagando la luz. Se detuvo a mitad camino cuando descubrió que Jungkook estaba despierto. Lucía adorable con la camiseta de manga larga del mayor cubriendo hasta la mitad de sus muslos.

-¿Te desperté?- musitó acercándose a la cama.

Jungkook respiró profundamente y negó restándole importancia.

-¿Otra pesadilla?- Jimin gateó por la cama hasta sentarse a su lado.

-No- musitó. Quedaron hombro contra hombro. Jungkook lo miró de soslayo y encontró ojos grandes y enamorados. Jimin siempre lo había mirado así.

Como si fuera alguien a quien admirar.

Que la gente lo mirara de ese modo siempre había subido su ya de por sí gran ego, pero en esos instantes en los que se encontraba derrotado consigo mismo lo necesitó más que nada. Necesitó sentir que era importante para alguien, que alguien lo necesitaba para ser protegido por él. Que su protección servía.

Jungkook enganchó su mano en la nuca de Jimin y se giró para besarlo. Fue automático el modo en que cayeron en la cama, Jungkook encima y Jimin abriendo sus piernas para que se situara entre ellas. Lo habían hecho cientos de veces, pero sabrían que esta vez sería distinto.

-Tienes que descansar- Jungkook murmuró en su boca cuando las manos de Jimin bajaron por su torso desnudo hasta tirar de la cinturilla de sus pantalones.

-He descansado por días. ¿Sabes que dormí nueve días seguidos? No sabía que eso era posible.

-Volviste de la muerte- Jungkook confesó cogiendo sus manos y apartándolas de su entrepierna con una sonrisa maliciosa- Detente.

-No quiero- Jimin susurró sonriendo de vuelta- Si sigo vivo, tendré que aprovecharlo ¿No?

-Te dispararon- el mayor dijo con un nudo en el estómago- Has estado en el hospital recuperándote hace menos de un día.

-Pero ahora estoy aquí, contigo- Jimin enredó sus brazos en el cuello de Jungkook y aproximó sus rostros de nuevo.

-Porque te has escapado del hospital, mocoso- el mayor murmuró en su boca.

Jimin lo besó fugazmente en los labios.

-Al menos nadie va a perseguirnos por eso- Jimin soltó una risita nerviosa.

-Menos mal- Jungkook jadeó una risita entrecortada cuando Jimin volvió a colar sus manos bajo sus pantalones- Si sigues haciendo eso, voy a tener que follarte, y todavía estás curando una herida de bala.

-Pues fóllame despacio. Puedes ser cuidadoso si te lo propones ¿Sabes?- Jimin se burló, apretando su erección a través de la tela del bóxer.

-¿Estás pidiéndome que te haga el amor, quizás?

-Quizás...

Jimin terminó de cruzar la última barrera de ropa y comenzó un vaivén en su miembro despierto.

-Yo no sé follar despacio, mocoso- gruñó segundos después.

-Pues aprendes. ¿Lo harías por mí?- musitó persuasivo.