MELODÍA A MEDIANOCHE

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Pronto subiré la 3ra parte de San Valentín, pero mientras, os dejo este calenturiento capitulín. ✨✨

Nico cerró los ojos. Tomó a su pareja por el cuello y enterró los dedos en su pelo. Sus labios se movían acompasados, siguiendo el ritmo de la música que se escuchaba de fondo, una melodía rápida y feroz. Pasó la lengua por los labios del otro, pidiendo permiso para entrar. Necesitaba sentir algo, lo que fuera. Un mínimo de sentimiento, una pizca de placer. Pero a pesar de la caliente situación en la que se encontraba, no conseguía hacer despertar su emoción. Bajó su mano hasta su cintura, atrayéndole más contra él. Sus cuerpos se rozaron, sus respiraciones se volvieron más pesadas. Y aún así, Nico quería dejarlo. La curiosidad principal, la sensación de probar con alguien nuevo, la esperanza de por fin llegar a sentir algo se habían esfumado, dejando paso a la incomodidad y al mal estar. Cualquiera que hubiese visto al chico con el que compartía tal momento hubiese caído rendido a sus pies, pero si a Nico le ponían a besar a un orco o a él, como estaba haciendo, no sabría sentir la diferencia. Y eso le deprimió en sobremanera. Tal vez hay algo mal conmigo, pensó. O quizá simplemente no ha llegado la persona adecuada. Eso era lo que siempre pensaba. Trataba de autoconvencerse de que la ausencia de placer en situaciones como esas era tan solo por el hecho de que aún no había encontrado a la persona que le haría sentir algo. Pero a medida que pasaba el tiempo, a medida que las oportunidades pasaban, Nico empezaba a pensar que esa persona no llegaría nunca. O eso, o se estaba tardando mucho.

    Escuchó un sonido de fondo, el de una puerta abriéndose. Su pareja se separó bruscamente, con el pelo revuelto, las pupilas dilatadas y los labios hinchados. Nico retiró la mano de su cintura y la dejó caer a su lado. Vovió la vista para ver aparecer a su mejor amigo, el famosísimo Percy Jackson.

    -¿Ya estás otra vez trayendo a gente indebida? – preguntó sonriendo. Pero su sonrisa se esfumó cuando vio el pésimo semblante de Nico.

    -Tú llevas trayendo a la misma chica rubia durante meses y no te digo nada – replicó bruscamente. Deslizó la vista con pereza hasta el otro chico y le depositó un suave beso en la mejilla. Sonrió sensualmente y le guiñó el ojo –. Ha sido un placer.

    Le despidió con la mano, y el chico desapareció tras la puerta. Nico lo vió irse, para luego volver a mirar a su amigo, que apoyado contra la pared, le observaba fijamente, analizándole.

    -Ya sé que estoy buenísimo, pero deja de mirarme así – dijo Nico.

    -¿Qué tal la experiencia? Se te ve tan emocionado como si hubieses besado a un orco.

    -Me rindo – suspiró Nico y se desplomó en una silla que encontró –. Empiezo a pensar que tengo un problema.

    -No tienes ningún problema. Solo tienes que esperar.

    -¿Esperar a qué? ¿A cuantás personas más tendré que besar hasta por fin encontrar al indicado? Estoy harto.

    -Lo siento, bro – dijo Percy en voz baja, sin saber que hacer para animar a su amigo –. Y siento también decir que tendremos que posponer esta conversación. Deberíamos ir preparándonos.

    Nico asintió y se levantó con pesadez. Se alejó de su amigo y se encerró en su habitación. Se detuvo un momento frente a la ventana, desde donde conseguía ver toda la ciudad. Observó una por una todas las casas, preguntándose en cuál de todas se escondería su alma gemela.

    HORAS ANTES...

   -Ya os lo he dicho, no quiero ir.

    -¡Por favor, Will! ¡Te lo pasarás genial!

ONE-SHOTS SOLANGELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora